10 de marzo de 2004, Vol. 5, No. 2 ISSN: 1607-6079
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Los logros del equipo coreano


Brevemente, el protocolo del equipo de la Universidad Nacional de Seúl consistió en la obtención de 242 ovocitos de los ovarios de 16 mujeres voluntarias bien informadas de los objetivos de la investigación. Una vez extraídos los ovocitos, se cultivaron en un medio que les permitió su maduración. Del grupo original de ovocitos, fueron seleccionados 176 que lograron madurar in vitro. El criterio fue la eliminación del primer glóbulo polar y su detención en la Metafase II después de la primera división meiótica. (Es en esta etapa de maduración que el ovocito es expelido del folículo ovárico por el proceso de “ovulación” y junto con las células foliculares del “cumulus” es depositado en la región proximal del oviducto, donde normalmente espera ser fertilizado por un espermatozoide). A los 176 ovocitos maduros se les hizo la transferencia nuclear previa extracción de sus cromosomas detenidos en la Metafase II. La primera innovación de la técnica coreana fue el extraer los cromosomas por “extrusión” a través de una pequeña perforación de la membrana y comprimiendo suavemente al ovocito. En reportes anteriores, la extracción de los cromosomas se había hecho por succión con una micropipeta. Hay que hacer notar que tanto al aparato cromosómico extraído del ovocito, como al núcleo transferido son referidos erróneamente como el “ADN” por la mayoría de los medios de divulgación científica. Lo que en realidad se ha hecho hasta hora con las técnicas de clonación es manipular un complejo molecular altamente estructurado (la cromatina) que incluye además del ADN, diversas proteínas y otros factores del núcleo celular cuya función todavía no conocemos.

La transferencia nuclear hecha por el equipo coreano se realizó por fusión eléctrica del ovocito con la célula somática donadora siguiendo un protocolo similar al de otros grupos. Probablemente aquí está un punto débil del reporte del grupo de Seúl ya que como donadoras nucleares emplearon células foliculares del cumulus que acompañan al ovocito en el momento de la ovulación. Aunque los autores muestran evidencias que sugieren el origen somático de los núcleos clonados, la posibilidad de que se trate de líneas celulares procedentes de blastocistos partenogenéticos no puede descartarse por completo. No obstante, los autores aportan datos relevantes con su estudio, mejorando considerablemente el protocolo para la transferencia nuclear a ovocitos humanos. Establecen un tiempo óptimo para reprogramar el genoma del núcleo transplantado, un nuevo método para activar al cigoto reconstruido y un medio de cultivo para optimiza su desarrollo hasta blastocisto.

Sin duda, el logro obtenido por el equipo coreano va aunado al hecho de contar con recursos humanos y materiales adecuados. El proyecto fue realizado por 14 investigadores coreanos calificados y bien coordinados en la Universidad pública de un país hasta hace pocos años ubicado en el mundo subdesarrollado. Las críticas al trabajo publicado al menos tienen dos vertientes, las de la comunidad académica y las del público en general. Para la primera, el reporte representa sólo un avance ya esperado en base a los resultados previos obtenidos por otros grupos en varias especies de mamíferos. Además, la necesidad de optimizar un protocolo particular para cada especie es bien conocida y el éxito además de una buena organización y capacidad del equipo, dependía de contar con un número adecuado de ovocitos humanos para que los resultados sean estadísticamente significativos. Se comenta que el haber conseguido 16 mujeres voluntarias para iniciar el estudio con 242 ovocitos fue la principal ventaja que tuvo el equipo de la Universidad de Seúl sobre grupos de investigación competidores trabajando en países con más restricciones legales y/o culturales.