10 de julio de 2004 Vol. 5, No. 6 ISSN: 1607 - 6079
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Un siglo de cine mexicano en formato electrónico

El primer trabajo que analizaremos es el documento electrónico Cien años de cine mexicano 1896-1996, editado en CD-ROM por CONACULTA e IMCINE en 1999, cuya elaboración fue coordinada por Fernando Martínez Ruiz y Ricardo Reynoso Serralde. A pesar de apoyarse en la herramienta informática para la construcción de una filmografía mexicana,no aplica las normas del formato MARC II o del formato CCF.

Cien años de cine mexicano 1896-1996, es un ambicioso proyecto. Además de ser una base de datos filmográfica total sobre el cine mexicano, presenta varios ensayos monográficos sobre su desarrollo histórico y una base de datos biográfica de personalidades selectas de la industria.

La base de datos filmográfica incluye cortos, medios y largometrajes del periodo mudo y los largometrajes producidos durante el periodo sonoro hasta 1996. Aunque incluye una amplia bibliografía, las fuentes de la información fílmica no son explícitas, pero podemos suponer que son los trabajos filmográficos de García Riera, de De los Reyes y de Viñas, complementados con la información proporcionada por las instituciones patrocinadoras. Cada título va acompañado de su ficha técnica y de una sinopsis. A pesar de ser una base de datos su sistema de consulta es totalmente disfuncional. Como herramienta auxiliar es muy limitado. Esta obra es un claro ejemplo de que por sí misma la computación no resuelve los problemas de organización y recuperación de la información y que genera nuevos problemas. Como en el trabajo de Viñas, el esfuerzo de reunir en una sola obra manuable toda la producción nacional se ve disminuido por la inhabilidad de elaborar una herramienta de consulta adecuada. No es posible realizar búsquedas con lógica booleana o de caracteres truncados o por palabras sueltas o por texto libre. Es necesario conocer exactamente el título de una obra para poder recuperar sus datos; es necesario conocer el nombre de pila de una persona para recuperar información sobre ella; o conocer exactamente el título de una obra para poder localizarla.

Esto contradice las normas más elementales de las obras de consulta y deja en ridículo el enorme poder de las computadoras que se desperdicia absurdamente en un producto bien intencionado pero pésimamente realizado. En este caso no es posible aplicar el criterio cronólogico ni revisar secuencialmente la base de datos. Mucha información disponible se pierde por ser irrecuperable. Esta base de datos no registra cortos, mediometrajes, noticieros y revistas del periodo sonoro. No señala de manera explícita las fuentes para el establecimiento de las fichas filmográficas; los datos que contienen son mínimos y carecen de notas y comentarios. En las breves caracterizaciones de las cintas tampoco se apuntan las fuentes.

La máquina de búsqueda tiene un gravísimo defecto derivado de su diseño: cuando la ficha de una cinta con pocos datos tiene campos vacíos, el sistema la presenta rellenando esos campos con los datos de fichas o registros adyacentes. Esta terrible falla permite que el sistema invente a placer fichas y datos que producen una confusión indebida e indeseable.

Por lo anterior, debemos cuestionar severamente las herramientas de recuperación provistos en este CD-ROM. El sentido último de una obra de referencia electrónica es la consulta y si sus mecanismos de búsqueda son inadecuados e ineficientes el esfuerzo se desperdicia.