La
naturaleza maya
Como
se ha mencionado antes, los distintos tipos de vegetación
están determinados por las variaciones climáticas
y la topografía del terreno. En las tierras altas se localizan
bosques de coníferas con pinos (Pinus), abetos (Abies)
y pastizales en los pequeños valles elevados. Las tierras
bajas del área maya, se caracterizan por presentar bosques
tropicales y subtropicales húmedos con la
vegetación propia de las selvas lluviosas, representada por
grandes ejemplares de caoba (Swietenia macrophylla), cedro
rojo (Cedrela odorata), chicozapote (Manilkara zapota)
cuya resina se aprovecha en forma de chicle, ceiba (Ceiba pentandra)
el árbol sagrado de los mayas aún hoy día,
así como gran variedad de maderas semipreciosas, endémicas
de las selvas tropicales.
Cabe
mencionar la presencia de sabanas en los extensos claros de la selva
tropical, a causa de la destrucción natural o intencional
de la cubierta vegetal original. La falta de suelo propicia el desarrollo
de gran cantidad de plantas parásitas y epífitas que
obtienen sus nutrientes de la humedad del aire, como las bromelias
y las orquídeas, algunas de gran belleza. Cabe mencionar,
también, un parásito denominado “matapalo”
(Ficus lapathifolium) que al lograr su máximo desarrollo
ocasiona la muerte del organismo huésped.
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Figura
3. Distribución de la vegetación en
el área maya. |
Figura
4. Detalle de la vegetación tropical en la
zona central. Las divisiones territoriales muestran Belice,
la porción norte de Guatemala, el extremo meridional
de Quintana Roo y Campeche, así como la parte oriental
de Tabasco y Chiapas. |
Figura
5. La imagen ilustra la fauna y la flora propia de
la selva tropical lluviosa. |
Al
disminuir la precipitación pluvial en el extremo norte de
la península de Yucatán, la selva tropical de la zona
central se convierte, gradualmente, en un matorral espinoso seco.
Las zonas bajas y cercanas a las costas se inundan la mayor parte
del año, lo que ocasiona grandes pantanos y manglares. En
las zonas de transición entre las tierras altas y bajas,
sobre las laderas de los macizos montañosos que reciben los
vientos de las selvas tropicales o de los litorales, se forman bosques
de niebla (Figura 6) con gran variedad de helechos, orquídeas
y bromelias debido al exceso de humedad en el ambiente. Algunas
especies de este tipo de bosque, como los robles y encinos, pierden
las hojas durante la estación seca pero conviven con una
selva baja “siempre verde”. (Figuras 7,8,9).
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Figura
6. Cenote Azul, Chinkultic, Chiapas. Plantas epifitas
características del bosque de niebla. |
Figura
7. Bosque mixto de pinos (Pinus) y encinos o robles
(Quercus), Parque Nacional de Montebello, Chiapas. |
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Figura
8. Lago Pojoj, Parque Nacional de Montebello, Chiapas.
Sobre el borde superior del acantilado se observa el efecto
de la tala desmedida. |
Figura
9. Orquídeas y vasija policroma con tapa,
periodo Clásico Temprano. |
Además
del contraste entre las tierras altas y bajas, en el área
maya no existen fronteras ecológicas mayores. Se puede considerar
como un cambio gradual la transformación de la selva tropical
lluviosa (zona central) en el matorral espinoso de las planicies
del norte de Yucatán. Durante milenios los mayas han sabido
extraer de los ecosistemas que han habitado los productos y materias
primas que les proporcionaron el excedente que permitió el
desarrollo de su civilización.
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