Bulto redondo Las estatuas mayas son muy pocas, prácticamente no hay ejemplos exentos de obras de bulto redondo. (Fig. 22) En algunos sitios hay piezas que casi alcanzaron la independencia física, pero que están unidas a la estructura en la parte posterior: en Copán, el marcador de la cancha del juego de pelota en forma de guacamaya, cuya cabeza es prácticamente en bulto redondo, está unida al paramento por “el cuello” mientras que en Uxmal, la escultura conocida como La Reina, es una cabeza humana que emerge de las fauces abiertas de una serpiente. (Fig. 23) En cambio aquellas piezas que están aisladas, conservan su dependencia conceptual con la arquitectura. Por ejemplo, la estatua sedente de Pájaro Jaguar IV de Yaxchilán, que aún conserva su ubicación original dentro del Templo 33, cada año se ilumina con los primeros rayos solares en el solsticio de verano, desde mediados el siglo VIII.
Algunos ejemplos no acabados nos permiten reconocer los procedimientos técnicos mediante los que se elaboraron. Desde los ejemplos hallados en las canteras, como aquellos que ahora están en los museos. De acuerdo con las necesidades artísticas, la época y la región, los escultores mayas emplearon materiales diversos para realizar sus obras: estuco y barro para el modelado, madera, roca caliza, toba volcánica, arenisca y basalto para el tallado. |