Rama occidental Otra importante división del tronco lingüístico ocurrió entre los años de 1 500 y 1 000 a.C., cuando dos macro ramas, la occidental y la oriental, quedaron diferenciadas. La occidental comprende a las lenguas cholanas de las tierras bajas centrales, así como a las tzeltalanas de las tierras altas de Chiapas y a las chujeanas y kanjobalanas de la región fronteriza de Chiapas y Guatemala. Por su parte la rama oriental agrupa a las lenguas mameanas y quicheanas, habladas principalmente en las tierras altas de Guatemala. Se tienen evidencias lingüísticas y arqueológicas para suponer que los constructores de los numerosos e importantes sitios arqueológicos localizados en las tierras bajas centrales, desde Comalcalco en Tabasco hasta Quiriguá y Copán en las fronteras de Guatemala y Honduras, durante el periodo Clásico (250 a 900 d.C.), hablaban una lengua cholana. Es notable la similitud en los textos jeroglíficos de todos estos sitios, que prácticamente representan más del 75% de los textos mayas conocidos. En este espacio actualmente se habla chontal en Tabasco, chol en el norte de Chiapas y chortí en la zona fronteriza de Guatemala y Honduras. El choltí o lacandón histórico, al igual que el manché, que se extinguió en tiempos coloniales, se hablaba en la zona selvática de Chiapas y en el sur del Petén guatemalteco. El origen de estas cuatro lenguas en parte está relacionado con el colapso maya (800 a 1 000 d.C.), tiempos en que se rompió la unidad cultural y la comunicación entre los hablantes de cholano que ocupaban las tierras bajas centrales. Esta ruptura dio como resultado que las diferencias dialectales, que existían a lo largo y ancho de ese espacio, se acentuaran y se transformaran en lenguas distintas. El grupo tzeltalano, formado por el tzotzil y el tzeltal, habita las tierras altas de Chiapas y sus miembros comparten en general la misma cultura; sin embargo, a pesar de las semejanzas no pueden considerarse como dialectos, sino como lenguas diferentes. Este grupo se diferenció del cholano en tiempos del periodo Clásico Temprano (250 a 600 d.c.). Se supone que los textos jeroglíficos de Toniná, y otros sitios de esta región chiapaneca, muestran algunas diferencias con los textos de las tierras bajas, lo cual sugiere que pudieron estar escritos en tzeltal, pero esta hipótesis no es del todo aceptada. En ambos lados de la zona limítrofe de Chiapas y Guatemala actualmente se hablan siete lenguas que, al igual que las anteriores, forman parte de la rama occidental. Estas lenguas constituyen el grupo denominado gran kanjobalano, el cual se inserta como una cuña entre las lenguas de las tierras altas de Chiapas y las lenguas de las tierras altas de Guatemala. La diferenciación interna de este grupo se inició cuando el grupo chujeano se separó y dio origen al chuj, que se habla en la región montañosa de los Altos Cuchumatanes, y al tojolabal, cuyo mayor número de hablantes se localizan en el municipio chiapaneco de Las Margaritas y en otras regiones vecinas. Las otras cinco lenguas del grupo kanjobalano, se localizan al sur de los chujeanos. El kanjobal, jacalteco y acateco se hablan principalmente del lado guatemalteco. Mientras que el tuzanteco y el motozintleco (también llamado mocho' ) se localizan en el lado de Chiapas. |