10 de agosto de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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El fonetismo

El principal problema con las lecturas era que los epigrafistas querían que funcionara como un alfabeto, y aunque varios propusieron que eran sílabas, el calendario siguió triunfando. En 1933 Benjamin Whorf publicó un libro en el cual volvía a retomar el fonetismo de la escritura y en él señalaba que era una combinación de glifos fonéticos, silábicos e ideográficos, pero sus lecturas fueron duramente criticadas, en especial por Eric Thompson, quien tenía una imagen de los mayas muy parecida a lo que en el siglo XIX llamaban el Noble Indígena, pero con obsesión por el tiempo.

Durante la década de 1950 un investigador ruso, Yurii Knorozov, anunció que valiéndose de un método marxista, que por cierto se apoyaba en el alfabeto de Landa, había logrado leer los códices mayas. Su principal argumento consistía, nuevamente, en considerar a los glifos como sílabas del orden CV (consonante vocal), y que para escribir las sílabas CVC los mayas(consonante vocal consonante) hacían uso del principio de sinarmonía vocálica, es decir, que las vocales en las dos sílabas eran iguales. Por ejemplo, para escribir kuk, quetzal, lo hacían mediante dos sílabas ku-k(u). El problema fue que él no siguió sus reglas y, nuevamente, Thompson lo criticó muy duramente. Pero Knorozov aportó algo más: la gramática glífica, y se empezó a hablar de verbos, sujetos y objetos.

El método propuesto por Knorozov tuvo varios seguidores, entre ellos destacaron los americanos Floyd Lounsbury y David Kelley, que con el tiempo se convirtieron en los mentores de Linda Schelle y Peter Mathews. Linda, a su vez, conoció y trabajó con un adolescente llamado David Stuart, años más tarde David publicó un pequeño trabajo intitulado Ten Phonetic Syllables (1985). En él, David dio las bases para hacer las lecturas fonéticas de la escritura maya.

El lenguaje empleado prácticamente en todos los textos es el ch´olano, como había propuesto Thompson, y en la Península de Yucatán se encuentra también el yucatecano, igual que en los códices, aunque en éstos puede haber palabras escritas en ch´olano clásico.

Actualmente sabemos que hay glifos fonéticos, como las vocales, silábicos y logográficos, es decir, la misma palabra se escribía silábicamente, por un logograma (glifo), o por la combinación de ambos, p. ej. AHAW, Señor, Gobernante, puede escribirse: a - ja - wa o con un logograma: AJAW.

Los glifos mayas pueden tener varias lecturas, por ejemplo los glifos de los días cuando se usan en la escritura tienen su propio valor fonético, por eso los mayas, al igual que lo que ocurrió en otra escrituras, desarrollaron los llamados signos determinativos, que indican el valor semántico, y los complementos fonéticos, que precisan la lectura del glifo. El descubrimiento de estos logros ha permitido grandes avances en el desciframiento de las inscripciones ya que, a diferencia de lo que empezó a ocurrir cuando se encontró el sentido histórico de los textos, que se infería el mensaje de los monumentos, ahora se está tratando de leer, y aunque todavía no pueden leerse todos los glifos, las sustituciones glíficas (la misma palabra se escribe con diferentes signos) son una gran ayuda en la búsqueda y asignación de las lecturas.

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