10 de agosto de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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Refugios mayas

La vivienda maya, que se reduce a las construcciones de material perecedero, se edifica prácticamente igual a todo lo largo del territorio e historia de esta cultura. Se caracteriza por tener paredes aislantes y altas techumbres inclinadas para proteger a sus ocupantes del calor y las intensas lluvias; la diferencia entre las del común de la gente y las de la nobleza estaba en los materiales constructivos. Así, la vivienda común de los mayas es uno de los primeros y más permanentes logros de esta cultura, y su excelente diseño realizado con materiales locales responde eficientemente a las agresivas condiciones climáticas que van de la selva lluviosa, al calor semiseco de la Península, (Fig. 12).

La casa se desplantaba sobre una plataforma baja de piedras o barro encima de la cual se construía una estructura o armazón de madera hecho con ramas y troncos de árboles de conocida resistencia a los insectos y al clima, cortados durante el cuarto menguante de la luna ya que se suponía que esto los hacía más fuertes. La estructura se techaba con hojas de diversas palmas como la de huano y la de corozo; posteriormente las paredes se hacían con varas entretejidas y enjarradas con lodo y cal que constituyen un aislante natural muy eficiente.

Que la manera [que los indios tenían de] hacer sus casas era cubrirlas de paja, que tienen muy buena y mucha, o con hojas de palma, que es propia para esto. Landa, Relación de las cosas de Yucatán.
... y que después echan una pared de por medio y a lo largo, que divide toda la casa, y en esta pared dejan unas puertas para la mitad que llaman las espaldas de la casa, donde tienen sus camas. Landa, Relación de las cosas de Yucatán.
Figura 12. Edificio Sur del Cuadrángulo de las Monjas en Uxmal.

La vivienda era generalmente de forma oval y en épocas tardías rectangular, dividida en su interior por un muro longitudinal que formaba dos grandes cuartos, el delantero era sala común y recibidor, y el trasero era dormitorio, existía un acceso principal al centro de la fachada frontal y otro al centro de la posterior. Los dos cuartos se comunicaban por una puerta central, con lo que las tres formaban una línea o eje de ventilación. Hasta donde sabemos por las representaciones en murales o graffitis, no acostumbraban ventanas.

Una importante excepción ha podido observarse en el sitio de Joyas de Cerén, ubicado en El Salvador, que fue cubierto por la ceniza de la erupción del volcán Ilopango. En este lugar se han conservado los restos de algunas casas de material perecedero que tienen ventanas derivadas de no recubrir de enjarre porciones rectangulares de los muros, con lo que se produce una ventana enrejada por la trama de las varas de las paredes.

En ocasiones los rigores del clima hacían necesario que el área de preparación de alimentos estuviera en un cobertizo atrás o a un lado de la casa. Dada la organización en familias extensas, la unidad familiar se componía de varias chozas organizadas alrededor de un patio.

Figura 13. Palacio de Kabáh.

A partir de la vivienda de carácter general, los mayas diseñaron la vivienda de la nobleza, que reproducía en piedra sus proporciones y diseño caracterizado por las altas techumbres y para ello los mayas desarrollaron la bóveda maya. Los edificios habitacionales de la nobleza se integraban por cuartos contiguos formando largas crujías colocadas regularmente alrededor de patios; contaban usualmente con un solo acceso por cuarto y existían viviendas inclusive de dos o más niveles (Fig. 13).

Estos edificios al igual que los basamentos y plataformas sobre los que descansaban, eran construidos con bloques de piedra caliza unidos por mortero de cal, que se cubría con un resistente aplanado del mismo material.