Fecha
de entrega: 01 de junio
Fecha de aceptación: 04 de julio
Cuando
se habla de los mayas prehispánicos, es común referirse
a sus logros en los campos de la astronomía, la arquitectura,
las matemáticas o las artes plásticas. Rara vez,
en cambio, se habla de las actividades cotidianas, las realizadas
por la "gente del común", cuyo trabajo posibilitaba
en buena medida la labor de artistas y artesanos y la de los grupos
dirigentes.
Describir
tales tareas no es empresa sencilla: los registros mayas que
poseemos se limitan a ensalzar las gestas de los señores,
ignorando al pueblo que los sustentaba, mientras que los europeos,
fascinados ya desde los primeros contactos por los logros culturales
más visibles, se preocuparon pocas veces por describirnos
los afanes y trabajos de todos los días.
De hecho, para esbozar un retablo etnográfico del pueblo
maya antiguo contamos apenas con referencias de ciertos cronistas
y testimonios indígenas, las evidencias materiales estudiadas
por arqueólogos o las que nos proporcionan los escasos
códices que sobrevivieron al celo religioso de frailes,
así como con algunos diccionarios coloniales tempranos.
Uniendo
esos escasos hilos y recurriendo a las comparaciones analógicas
con los pueblos contemporáneos es posible urdir una tela que
nos permite atisbar en la cotidianidad de los antiguos mayas, aunque
resulta a todas luces una tela burda cuando se imagina el magnífico
brocado que debió arropar a esta civilización, considerada
por muchos como la más deslumbrante de América. Por
razones de espacio me limitaré a un breve esbozo de las actividades
de subsistencia, entendida no sólo en sus aspectos puramente
económicos, sino también culturales, la cual abarcaba
espacios muy amplios, acordes con los diversos nichos ecológicos
donde se asentaban los pueblos mayas (tanto regiones selváticas
como de alta montaña, costas y páramos, zonas
lacustres y pantanosas; bosques de nubliselva y extensos
llanos templados).
A
esta diversidad habrá que agregar las opciones comunales
y personales de la treintena de pueblos que componen la familia
maya; opciones que influyeron en su manera de concebir y representar
el medio tanto como en las formas de interaccionar con él,
cambiantes además en el transcurrir de los siglos en que
se desarrolló su cultura. Así pues, las siguientes
notas, aunque buscan ofrecer un panorama general, ni de lejos
dan cuenta de la compleja diversidad factible de encontrar en
las actividades que desarrollaban los pueblos mayas para lograr
su subsistencia.