10 de septiembre de 2004 Vol. 5, No. 8 ISSN: 1607 - 6079
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Internet y Sociedad: relación y compromiso de beneficios colectivos e individuales
Estela Morales

Fecha de entrega: 6 de agosto de 2004
Fecha de aceptación: 18 de agosto de 2004

 

Hoy en día, Internet es considerado tanto como una herramienta de comunicación como una fuente de información en sí misma, todo depende de con qué interés se acerque el hombre a la red. Esta aproximación no siempre es consciente y premeditada, a veces los niños cuentan con un ambiente doméstico bastante computarizado, así que, de origen, se familiarizan con Internet y dan un paso natural en su primera escuela y, sucesivamente, en cada una de las etapas de sus vidas. En otros casos, tanto el niño como el adulto pueden tener el acercamiento por medio de algún amigo, algún familiar, un juego, un trabajo escolar, en la radio, en la televisión, en los diarios, una recomendación de un colega, en la oficina o en alguna reunión profesional.

Una vez establecido el primer contacto y el aprendizaje inicial, la relación será continua e intensa a través de sus muchas características tanto en la oferta de facilidades como de los contenidos informativos, independientemente de los aspectos negativos que, como todo producto humano de circulación libre, puede tener. Al mencionar a la sociedad actual, no la podemos abstraer de la Sociedad de la Información y, por lo tanto, de un producto cultural de primer orden: la información. Los procesos culturales y la información no pueden soslayar el factor económico, pues éste se ha convertido en el eje principal que afecta la vida y las relaciones de los pueblos. Se tendrá que aceptar que a la información ya se le reconoce un valor y un costo en los grandes países productores de la misma, así como a servicios derivados de ella.

La información vale por todo el conocimiento que representa, pues constituye el esfuerzo que produce la investigación y las posibilidades creativas del autor, más el valor que le van agregando todos los intermediarios que hacen posible su uso al destinatario final y, al igual que cualquier otro producto del mercado, está sujeta a la ley de la oferta y la demanda. El valor social y económico de la información proviene del reconocimiento individual o colectivo que se le confiere, de la necesidad de la sociedad de utilizarla o poseerla; y aunque este valor se traduce en un costo y un precio, la colectividad y sus instituciones han buscado los medios para que se tenga acceso a este bien cultural: de manera individual, comprándola directamente, o bien, a través de los subsidios o de los programas sociales y del Estado que absorben los costos.