Después
del positivismo
En la historia de la enseñanza de la ética en México, encontramos intentos por superar el dominio positivista y abrir el camino a un sentido humanista de la educación. Regresamos con esto a nuestro argumento principal, la influencia del momento histórico en la forma de concebir la enseñanza y, concretamente, la ética. Para esto nos apoyará la historia. Si se considera que el positivismo fue la escuela dominante desde la fundación de la ENP, el trabajo del Ateneo de la Juventud debe ser considerado como fundamental en la apertura a una filosofía de tipo más bien humanista. Y esto se hace aún más evidente por la activa participación de intelectuales que, saliendo de él, trabajaron tanto académica como políticamente para fomentar cambios sociales en el país. Primero contra el positivismo, allegado directamente al porfirismo; luego, como respuesta al intento de hacer socialista toda la educación, en el periodo cardenista. En esta línea debemos considerar nombres insignes como los de José Vasconcelos o Antonio Caso (defensor de la libertad de cátedra contra Lombardo Toledano). La Universidad logra su autonomía plena en 1933, pero se le retira el presupuesto casi en su totalidad. Se funda, además, el Instituto Politécnico Nacional como contraparte de la UNAM. El IPN basará su política educativa en la enseñanza técnica, con el fin de eliminar lo que se consideraba la “tradición burguesa” de la Escuela, representada, según el régimen cardenista, por la ENP. Fue hasta el periodo del rector Ocaranza que la Universidad se acercó de nuevo al Estado y recuperó su apoyo. Pero el cardenismo, a pesar de su política anti-universitaria y de proponer una educación en términos netamente marxistas, conllevó, de manera indirecta, a la apertura de tendencias no positivistas en el país, al recibir al grupo de exiliados españoles. Entre ellos, llegaron intelectuales que influyeron en la enseñanza de la filosofía en el país. Tendríamos que considerar, por ejemplo y en cuanto a consecuencias culturales de la llegada de estos españoles a México, la fundación del Colegio de México, y, al referirnos a la filosofía y la ética, la llegada de personajes como José Gaos, Eduardo Nicol y otros, influenciados por las corrientes filosóficas europeas más actualizadas de su época. Las
aportaciones de estos filósofos, junto con el viraje humanista
de la enseñanza, contribuyeron a que el estudio de la moral fuese
considerado, como debe ser, parte del dominio de la filosofía.
De ahí que la ética tomara el lugar de la sociología
positiva, aunque sin perder su carácter de ciencia, que tiene a
la moral por objeto de estudio. |