Vehículos de transmisión Vibrio parahaemolyticus es un patógeno de hábitat marino, por lo que los alimentos de esta procedencia deben ser analizados, ya que suelen ser los principales transmisores del microorganismo al ser humano (Tepedino, 1981). V. parahaemolyticus puede estar presente en alimentos marinos, como los pescados y mariscos (Fig. 2), que tienen un importante papel en la transmisión de este agente etiológico, cuando se consumen crudos o insuficientemente cocinados (Quiñones, 1992). Los mariscos, especialmente los moluscos bivalvos, como ostiones y almejas acumulan cantidades importantes del microorganismo debido al mecanismo de alimentación por medio de filtración que llevan cabo. En general, crustáceos y pescados no acumulan a V. parahaemolyticus en cantidad importante para causar infección, pero pueden alcanzar grandes cantidades de éste al dejarse sin adecuada refrigeración por unas pocas horas. La enfermedad se transmite por ingestión de cualquier alimento contaminado crudo o mal cocido. También se puede transmitir por contaminación cruzada, al ingerir cualquier alimento que haya tenido contacto con mariscos o agua contaminada.
Fig. 4. Ostiones, camarones y pescado, alimentos involucrados en la transmisión
de V. parahaemolyticus. |