La Literatura como Estrategia

La literatura es una estrategia para compensar y superar pérdidas. También me hubiera gustado ser médico, y por eso escribí El disparo de argón, que se ubica en una clínica de ojos. En la literatura, recupero goles lejanos con la sensación de que yo los anoté.

 

 

Juan Villoro

Me interesa el fútbol como sistema de representación de la realidad. Más que escribir un plan técnico de lo que pasa en la cancha, me interesa captar cómo repercute el fútbol en la mente de sus protagonistas y sus aficionados, entrar en el delirio del fútbol. Una de las razones por las que escribo es porque no pude ser fultbolista. Llegué hasta Juvenil AA con los Pumas, más por terquedad que por los méritos de mi empeine. Jugué de extremo derecho. La última vez que lo hice, después de un pique sentí que necesitaba un taxi para volver a la media cancha.

El interés por escribir de fúltbol ya no es novedoso. Uno de mis cronistas favoritos es el brasileño Nelson Rodriguez, gran dramaturgo y descubridor de Pelé como leyenda. Creo que el mejor libro que ha escrito Eduardo Galeano es Fúltbol a sol y sombra. Antonio Skármeta logró narrar el golpe de Estado en Chile con la mirada de un joven futbolista en su novela Soñé que la nieve ardía. En plan de periodismo militante, me gusta mucho Manuel Vázquez Montalbán (sus artículos se acaban de reunir en Una religión en busca de un Dios). Sobre el horror de los hooligans hay un libro estupendo, Entre los vándalos, de Bill Buford. Entre los futbolistas que escriben nadie supera a Jorge Valdano.

Cuando estaba en La Jornada Semanal, me di cuenta de que había estupendos autores que podían escribir de béisbol, box, fúltbol o las Olimpíadas. Por suerte ya no existe el prejuicio de que el deporte es un tema literariamente vulgar. Toda actividad en la que se depositan ilusiones tiene un costado literario.

Joyce Carol Oates, una mujer menudita, escribió un apasionante libro sobre el box, y Cortázar escribió el magistral “Torito”. Estos antecedentes nos sirvieron en La Jornada Semanal para invitar a escribir esos temas. En los tres años que estuve al frente del suplemento hubo muchos cruces entre la cultura popular y la así llamada alta cultura. No podía ser de otro modo, pues el periodismo es una indagación de todas las zonas de la realidad, y la pasión deportiva no puede ser ignorada. Hay que recordar que Malraux llamó al siglo XX “el extraño siglo de los deportes”.