Color,
espiritualidad, infinitud
Color
Un
fractal no posee color, en cambio sí una
representación suya. Un fractal es,
en un sentido estricto, un conjunto de puntos.
Estos puntos sin embargo tienen cada uno
propiedades numéricas diferentes y
cuantificables, con lo cual se les puede
asignar un color (recuerde que en un computador
un color es un número). Lo interesante
es que las propiedades cuantificables de
los números se suelen repartir de
forma suave, dando lugar a gamas de color
que se expanden bizarramente por el fractal,
como flujos de tinta, y que acentúan
su belleza. Por esto se suelen representar
los fractales, o una buena parte de ellos,
a color.
Espiritualidad
Este
es sólo un juego de palabras. Los
fractales son espirituales en el sentido
que tienen un mundo interior rico, ya que
todo lo interesante de un fractal se devela
al entrar en él y comprobar que es
efectivamente inagotable en sus formas, no
importa que tanto nos adentremos. Nietzsche
sentenció que algunos espíritus
enturbian sus aguas para hacerlas parecer
más profundas. Esto no le ocurre a
un fractal, que también a simple vista
se delata turbio, pero que posee profundidad
sin fin.
Infinitud
Lo
tremendo de un fractal ocurre hacia adentro.
En los fractales autosemejantes el viaje
hacia adentro se vuelve repetitivo aunque
no por ello exento de magia: se observa como
los ladrillos que construyen el objeto geométrico
son en sí mismo el objeto geométrico.
Se trata entonces de un objeto hecho de varios
sí mismos, que a su vez están
hechos de él mismo... etcétera...
En
los fractales no autosemejantes lo impresionante
es lo contrario: que conforme se aumenta
la escala en torno a alguno de sus puntos
se observan nuevas e irrepetidas formas.
Y esta creatividad no desparece sin importar
qué tan profundo naveguemos. En el
caso de Mandelbrot se pueden encontrar infinitas
pequeñas copias parecidas al fractal
entero, pero nunca iguales. Nunca nada es
igual en alguna parte del fractal y en cierta
escala que en otro parte o escala. Es un
objeto rebosante de formas infinitamente
irrepetidas.
Si
hacemos un zoom que nos muestre una décima
parte del fractal y repetimos este proceso
9 veces llegamos a una región de superficie
109 veces más pequeña que la
original, o, visto de otra forma, se trata
de una entre 109 regiones que conforman el
fractal. Este número, mayor a la población
humana es tal que podemos estar seguros que
nadie nunca ha visto esta región particular
del fractal, y nadie nunca la volverá a
ver. Es así como podemos pedirle a
un fractal, una y otra vez, que nos muestre
formas bellas nunca antes vistas por nadie.
(En
internet se pueden encontrar fácilmente
programas que permiten hacer viajes al interior
de fractales, por ejemplo: Xaos http://xaos.sourceforge.net/english.php)
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