4 “Inconsciente e imaginería: Una de las ideas fundamentales que supone el enfoque psicoanalítico del espectador dela imagen consiste pues, en subrayar la estrecha relación entre inconsciente e imagen: La imagen <>; inversamente, el inconsciente - contiene - imágenes, representaciones. A decir verdad, es imposible precisar de que modo está presente en el inconsciente esta imaginería, puesto que, casi por definición, el inconsciente es inaccesible a la investigación directa y sólo indirectamente es cognoscible a través de las producciones sintomáticas que lo traicionan. El hecho de que, en estas producciones sintomáticas, desempeñen un papel las imágenes, no dice evidentemente nada sobre su existencia en el inconsciente, y esta cuestión sigue siendo una de las más especulativas de toda la doctrina frudiana. No iremos, pues, más lejos, sino para operar fugasmente un acercamiento entre esta imaginería inconsciente y otras formas de imaginería < >. Ya hemos mencionado el llamado pensamiento visual, pero a lo que se alude aquí es más bien se llama conscientemente imágenes mentales. El acercamiento parecerá escandaloso a algunos, puesto que fue desde una de las ciudadelas del cognitivismo (del antipsicoanálisis pues), en el MIT (Massachussets Institute of Technilogy) donde se realizó hace unos diez años el estudio de las imágenes mentales. Pero nos ha parecido posible, e incluso útil, realizarlo en un libro que no pretende tomar partido entre diversasverdades reveladas y sus profetas, sino enumerar lo que existe. El debate sobre las imágenes mentales es más o menos el siguiente: dado que innumerables experiencias y la introspección usual ponen en evidencia la existencia de imágenes internas a nuestro pensamiento, ¿Cómo concebir éstas imágenes? ¿Son (posición pictorialista) verdaderas imágenes, en el sentido de que, al menos parcialmente y en cuanto algunas de ellas, representan la realidad según el modo icónico? ¿O son (posición descripcionalista) representaciones mediatas parecidas a las representaciones del lenguaje? La querella es más sutil de lo que dejan suponer las palabras < > y < < lenguaje>>, pues todo el mundo está muy de acuerdo en que no se trataría de imágenes en el sentido cotidiano, fenoménico de la palabra. Acaso una de las maneras más esclarecedoras de exponerlo es ésta :es < > lo que en nuestros procesos mentales no podría ser imitado por un ordenador que utilizase información binaria. La imagen mental no es, pues, una especie de < > interior de la realidad, sino una representación codificada de la realidad (aunque estos códigos no sean los de lo verbal). Pero por otra parte, se han provocado en los laboratorios de psicología situaciones en las que los sujetos confunden imaginería mental y percepción, y que parecen indicar la existencia de similitud funcional entre las dos. Muchas hipótesis actuales sobre las imágenes mentales (cuya realidad nunca se pone en duda), giran al rededor de la posibilidad de una codificación que no sea ni verbal ni icónica, sino de una naturaleza de algún modo intermedia. Sin que nunca haya estado sometida a procedimientos experimentales del mismo orden, es posible, si no probable, que pueda decirse otro tanto de la imaginería inconsciente. No es en cambio, posible ir más lejos. Nadie sabe, ni siquiera el enfoque cognitivista, cómo informan y < > las imágenes reales a nuestras imágenes mentales, a fortiori las imágenes inconscientes.” Jaques Aumont. La Imagen pp. 123, 124. |