Arq. Rafael Murià Vila
Independientemente de la injerencia o no del arquitecto, las unidades médicas en nuestro país se están transformando, como resultado no nada más de los evidentes cambios demográficos y epidemiológicos extensamente analizados y tratados por especialistas en la materia, sino también por circunstancias de los contextos político y socioeconómico a nivel nacional e internacional. Lo anterior se ilustra con dos ejemplos, de entre muchos casos:
No debe omitirse que la cirugía ambulatoria es otro ejemplo representativo del fenómeno en comento, motivo de un análisis particular dentro de la arquitectura para la salud. Además, en materia inmobiliaria es sumamente preocupante el abandono y el deterioro a que ha sido sometido, en el último cuarto de siglo, el patrimonio inmobiliario nacional para la salud. Aparentemente no hay interés de los políticos y los dueños del capital por rescatarlo y mejorarlo. Prueba de ello es que en los dos últimos años no ha habido o no se han querido destinar recursos para su rescate o, en su defecto, para conservarlos con un mínimo de dignidad. No obstante el prestigio de la medicina mexicana, según la opinión generalizada, la gente enferma no tiene la garantía de recibir una atención médica profesional de calidad. Con frecuencia los establecimientos públicos, de por sí mermados y castigados por la carencia de insumos, mantenimiento y los bajos salarios, cuentan con un personal desganado, malhumorado y ajeno a sus funciones. En la medicina privada, detrás de la simulación de buenos tratos, aparece la negligencia con un espíritu comercial cruelmente deshumanizado. Se atiende al enfermo en relación con su capacidad de pago. Además, salvo contados hospitales de prestigio, en su mayoría los espacios arquitectónicos son resultado de la improvisación. Estas circunstancias, entre otras causas, producen la paradójica subutilización de la capacidad física instalada en la infraestructura médica, respecto de las necesidades de atención a la salud de la población mexicana. La
gente, sobre todo la de pocos recursos económicos, recurre a los
hospitales de mayor capacidad resolutiva para curarse cuando no le queda
otro remedio. Dicho sea de paso, curiosamente, estos nosocomios son los
saturados o con buen aprovechamiento del recurso físico. En cambio,
las unidades de primer contacto, de carácter preventivo, y los
hospitales con niveles resolutivos básicos, son desaprovechados,
ya sea porque la población no confía en ellos o no valora
los servicios que se ofrecen, a pesar de que teóricamente son necesarios.
Una de ellas, en proceso de construcción, es el Centro de Atención Integral para la Salud de las Mujeres, ubicado en el barrio de Coyoacán de la Ciudad de México. Es un nuevo modelo arquitectónico en el país, adaptado en un inmueble existente sin uso, originalmente diseñado para la capacitación industrial. Además de la participación de estudiantes y el autor de este artículo, los integrantes del equipo profesional son los arquitectos y académicos universitarios Alelí Olivares Villagómez y Axel Arañó Díaz de la Serna, con la colaboración del Arq. Javier Estévez Calvo. Se contó también con la injerencia relevante de la Lic. Claudia Bialostozky y el Dr. Maurice Jolibois, de la delegación Coyoacán. La otra experiencia es la formulación de un plan maestro para transformar el Hospital Regional de PEMEX “Dr. Alejandro Castanedo Kimball” de Salamanca, en el estado de Guanajuato, prestigiada unidad hospitalaria, que es un objeto urbano arquitectónico con un alto significado simbólico para los habitantes de la ciudad, cuya sobreoferta se encuentra desequilibrada entre la capacidad física instalada y la demanda real de la derechohabiencia petrolera. Junto con el Dr. José Fernando Esquivel, director del Hospital Regional, y el Lic. José Damián Peña, el equipo profesional de la UNAM que realizó el estudio se conformó, además del autor, por la Arq. Alelí Olivares Villagómez, con la colaboración del Arq. Javier Estévez Calvo y los estudiantes de práctica profesional, supervisada por Montserrat Ordóñez Múzquis y Alfonso González Nava. |