Es, sin duda, en torno al control de la tierra donde se ha recrudecido el conflicto. En especial, se enfrentan campesinos con propietarios, pero no está ausente el conflicto entre campesinos. De 1989 a 1993, se denunciaron anualmente alrededor de quinientos “despojos de tierra”, y en 1994, según cifras oficiales, la cantidad se triplicó para luego descender al nivel de los años previos (Villafuerte 1999:133).

En fin, las cifras de la distribución de la tierra en el periodo posrevolucionario y el centralismo de la dinámica política nacional desmienten la idea corriente del imperio del latifundio y el control gubernamental por parte de los terratenientes. Para demostrarlo haré un recorrido por la historia chiapaneca, en particular en lo que respecto al fraccionamiento de la tierra y la relación entre los beneficiados por la inafectabilidad y los políticos importantes en los gobiernos estatales y municipales, la idea es mostrar que gobierno y terratenientes no son la misma cosa y que el latifundio es cosa del pasado.