La formación del Sistema Solar

Partiendo de datos ya entonces bien establecidos por las observaciones realizadas sobre el Sol y los cuerpos que lo orbitan, como son la existencia de seis planetas girando en forma periódica en torno a éste10, tres de los cuales a su vez son orbitados por satélites11, el que todos los planetas se desplazan alrededor del Sol en la misma dirección en que él gira sobre su eje de rotación y el que todos ellos se encuentren contenidos aproximadamente en el mismo plano, llevó a Kant a explicar el origen de Sistema Solar considerando la existencia de un caos original, formado por átomos o partículas materiales, dispersas por todo el espacio infinito.

El estado dinámico de ese caos primordial era inestable, razón por la que bajo la acción de las fuerzas de la Naturaleza, las partículas de mayor densidad fueron atrayendo a las más ligeras, originando el movimiento mismo. Según este pensador nuestro sistema comenzó siendo una nebulosa amorfa muy extendida, que a causa de aquella inestabilidad empezó a rotar y a contraerse bajo la acción de la fuerza gravitacional ocasionada por las partículas materiales que la constituían, proceso que la condujo a formar un disco aplanado de aspecto lenticular, de donde por sucesivas contracciones llegaron a formarse el Sol y los planetas. Los satélites planetarios también siguieron este proceso de formación, siendo producto de la atracción gravitacional de los planetas que los poseen, los que por tener una masa menor, solamente ejercieron su influencia en una zona del sistema más pequeña.

Según Kant las órbitas elípticas que describen los planetas en su viaje alrededor del Sol resultan de la acción combinada y permanente de dos fuerzas: la fuerza proyectiva y la fuerza de atracción gravitacional.

Por lo que respecta a su interpretación de la fuerza de gravedad, Kant sigue en todo la idea newtoniana y acepta que varía con el inverso del cuadrado de la distancia. Afirma que el Sol no está restringido a ejercer su acción gravitacional en la reducida región del espacio que ocupa el sistema planetario, sino que ésta se extiende a distancias infinitas. Para apoyar su afirmación dice que los cometas que llegan a viajar más allá de la órbita de Saturno, el planeta más alejando hasta entonces conocido, son forzados a regresar a las cercanías del Sol por la atracción gravitacional que éste ejerce sobre esas masas cometarias.

Kant llevó todavía más lejos sus ideas sobre el papel que juega la fuerza gravitacional en la Naturaleza, pues usándola no solamente se ocupó de la formación misma del Sistema Planetario, sino que atacó otros interesantes aspectos de los cuerpos que lo forman. Tal fue el caso del estudio que hizo sobre el origen de la Luna y del movimiento de rotación de los planetas, o del porqué de la existencia de los anillos de Saturno o de lo que causa la Luz Zodiacal. Afirmó la posible existencia de otros planetas más allá de la órbita ocupada por este último, e incluso discutió la existencia de seres vivos en otros planetas.