Doctrina trascendental > Lógica trascendental > Analítica trascendental

Para Kant, todo conocimiento que se pretenda como tal en el campo de la filosofía tiene que incluir las notas de universalidad y de necesidad, las cuales jamás se pueden hallar en la experiencia, pues “la experiencia nos enseña que algo tiene éstas u otras características, pero no que no pueda ser de otro modo”14 (B 3). Ahora bien, a pesar de que las fuentes de nuestro conocimiento se originen siempre apriorísticamente, el uso de esta facultad de conocimiento, si quiere tener éxito, tiene que ser en todo momento empírico. A esto llama Kant propiamente conocimiento trascendental, esto es, a la facultad humana de referirse a priori a los objetos de la experiencia. “Sólo puede llamarse representación trascendental el conocimiento de que tales representaciones no poseen origen empírico, por una parte, y, por otra, la posibilidad de que, no obstante, se refieran a priori a objetos de la experiencia” 15(B 81).

De esta manera, con conocimiento trascendental Kant entiende tanto las fuentes como los alcances de nuestra facultad de conocimiento. Los momentos básicos o constitutivos de este conocimiento (sus fuentes y sus alcances) se exponen detalladamente tanto en la Estética, como en la primera parte de la Lógica, la “Analítica trascendental”. Aquí queda claro que los objetos de la experiencia humana sólo son conocidos en cuanto fenómenos, es decir, en cuanto que le son dados a sus capacidades puras de intuición y entendimiento, pero nunca como cosas en sí mismas, esto es, como cosas que existen independientemente de nuestra capacidad de conocerlas 16.