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Las inferencias dialécticas de las que aquí nos ocuparemos son las que se agrupan bajo el nombre de “antinomias de la razón pura”. Éstas, a diferencia de lo que sucede con los paralogismos trascendentales, que sólo generan una ilusión unilateral, producen, en todos los casos, contradicciones que embrollan a la razón en un conflicto irresoluble por sí mismo. Las ideas trascendentales que aquí se buscan conocer se llaman conceptos cosmológicos y son de cuatro tipos: el primero se refiere a la absoluta completud de la composición del conjunto de los fenómenos; el segundo, a la absoluta completud de la división de un conjunto dado en la esfera del fenómeno; el tercero, a la absoluta completud del origen de un fenómeno en general; el cuarto, por último, a la absoluta completud de la dependencia de la existencia de lo mudable en la esfera del fenómeno21 . A las primeras dos antinomias Kant las agrupa bajo el nombre de “antinomias matemáticas” y a las segundas, bajo la denominación de “antinomias dinámicas”.

La distinción entre “antinomias matemáticas” y “antinomias dinámicas” resulta de la doble forma en la que se puede pensar la síntesis de la totalidad de condiciones de la serie de los objetos. Por un lado, dicha síntesis puede ser una síntesis de lo homogéneo, si la absoluta completud de la composición y la divisibilidad del conjunto de los fenómenos se refiere a una condición que sea igualmente sensible, esto es, que forme parte de la serie como la conexión que la aglutina. Por otro lado, la síntesis puede ser una síntesis de lo heterogéneo, si se piensa en la condición que hace posible a la serie misma, pero que, por su propio carácter, se halla fuera de ella y es sólo inteligible. Lo más interesante del caso es que los resultados del conflicto entre estos dos tipos de posiciones antinómicas llevan a conclusiones contrapuestas. Si bien en las antinomias matemáticas se quería encontrar la unidad absoluta de la serie de las condiciones como parte aglutinante de esta misma serie de condiciones, es decir, algo empíricamente incondicionado y sensible, el resultado era que ambas posturas enfrentadas resultaban ser falsas; ahora, en las antinomias dinámicas se piensa esta síntesis de la serie de las condiciones desde una condición no sensible, por lo que las afirmaciones de ambas pueden ser verdaderas, ya que una puede dar, por su lado, satisfacción al entendimiento y la otra, por el suyo, a la razón, que busca siempre un principio incondicionado 22.

Pues bien, la tercera antinomia, que es a la que dedicaremos un análisis detallado, forma parte de las “antinomias dinámicas” y se refiere a la absoluta completud del origen de los fenómenos o a la causalidad de los mismos, que puede ser una causalidad natural (mecánica) o una causalidad por libertad. Pasemos ahora a exponerla.