10 de mayo de 2004 Vol. 5, No. 4 ISSN: 1607 - 6079
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Nuevos ojos para estudiar el universo

[haz click para ampliar]Después, mediante enormes radiotelescopios como Jodrell Bank, Arecibo, Parkes, Effelsberg, Socorro o Ratan 600, el Universo nos ha rendido un enorme cúmulo de conocimientos, confirmando o refutando las propuestas teóricas a través de imágenes radiales y crecientemente de las nuevas ventanas de la telescopía moderna: Rayos Gamma, Rayos X, Ultravioleta, Infrarrojo, y Microondas, todos estos desarrollos tecnológicos, sumados por supuesto a la joya de la telescopía contemporánea: el Telescopio Hubble, colocado fuera de la atmósfera de nuestro planeta, y que ha obtenido imágenes novedosas y de una extraordinaria calidad en comparación con las que toman sus homólogos en Tierra, nos han permitido asomarnos al Universo con nuevos ojos y estos nos han asombrado constantemente con nuevos descubrimientos.

Hoy en día se estudia la Galaxia y los objetos extra-galácticos, como esas fuentes fabulosas de energía llamadas cuasares, los hoyos negros en el corazón de galaxias, la materia oscura que permea y da forma al Universo, y en el deseo de saber más, hemos desarrollado teorías para explicar incluso el origen de todo y más allá, el origen del origen, en la época de la inflación de la materia y el espacio-tiempo.

[haz click para ampliar]El desarrollo del estudio del Universo ha sido una constante en nuestra evolución histórica y la mayor parte de los países del mundo han hecho aportaciones importantes, lo más aparente sin embargo ha sido el vertiginoso uso de las nuevas tecnologías, las que han permitido estudiar no sólo los cielos desde la Tierra sino que el hombre, ingenioso, ha lanzado sondas a través del espacio, satélites alrededor de la Tierra, sondas lunares y planetarias, e incluso nos hemos atrevido a enviar mensajes a la espera de una respuesta extra solar y sondas que viajan hoy en día fuera del Sistema que nos alberga, lejos de la luz y el calor de la estrella que nos da la vida.

La sociedad contemporánea está supeditada en buena medida a las comunicaciones, ya sean señales de radio, de televisión, la Red Mundial de Información surgida de la informática, u otras, todas ellas dependen en mayor o menor medida de la red satelital que el hombre ha colocado en torno al planeta, sin embargo el funcionamiento correcto de estas transmisiones está subordinado en buen medida a la actividad solar, ya que el Sol emite grandes volúmenes de partículas y radiaciones electromagnéticas que interfieren con ellas, el estudio constante de la actividad solar es nuestra garantía de que las comunicaciones sean estables y confiables día con día; si consideramos que las noticias en la TV nos previenen de tormentas y accidentes, que en la Red mundial se mueven miles de millones de dólares por día en transacciones bancarias y comerciales, y que la Red es usada por médicos, ingenieros, científicos y humanistas de todo el mundo, comprenderemos la importancia histórica de todo ello.

[haz click para ampliar]Pero, ¿qué mueve a la humanidad a estudiar el divino manto celeste que nos envuelve protector e intrigante?, ¿qué importancia tiene su estudio y por qué se dedican tantos recursos con este fin en todo el mundo? ¿Por qué tantas mujeres y hombres a través de la Historia han entregado su trabajo, su preparación, su salud, e incluso su vida, como el caso del nolano, al estudio del Universo?

En términos prácticos e inmediatos, conocer el origen, evolución, estructura y condiciones actuales de los planetas del Sistema, cometas, campos magnéticos, flujos de partículas y otros, nos permite conocer mejor nuestro propio planeta, su atmósfera, su geología e incluso el surgimiento de la vida, innumerables desarrollos tecnológicos surgidos del estudio del Universo se encuentran por doquier hoy en día en nuestra vida cotidiana e incluso, la cultura popular contemporánea ha llevado la interacción humana con el Cosmos a los medios masivos de comunicación y sus productos forman parte de nuestra percepción de la sociedad actual.

Cuando los norteamericanos llegaron a la Luna en 1969, la humanidad -como señala la placa que colocaron sobre su superficie- dio un gran paso hacia adelante en el conocimiento y exploración del Cosmos, nuestra responsabilidad es mantenernos dando pasos en este camino para ampliar nuestras posibilidades de algún día colonizar otros planetas, en éste y en otros sistemas estelares, de hecho se han descubierto ya un elevado número de planetas fuera de nuestra vecindad solar. Esto que podría haberse interpretado como literatura de ciencia-ficción hace apenas 50 años, tiene hoy día grandes posibilidades de realizarse, si seguimos invirtiendo en el estudio del Universo.

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