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Nuevos
ojos para estudiar el universo
Después,
mediante enormes radiotelescopios como Jodrell Bank, Arecibo, Parkes,
Effelsberg, Socorro o Ratan 600, el Universo nos ha rendido un enorme
cúmulo de conocimientos, confirmando o refutando las propuestas
teóricas a través de imágenes radiales y crecientemente
de las nuevas ventanas de la telescopía moderna: Rayos Gamma,
Rayos X, Ultravioleta, Infrarrojo, y Microondas, todos estos desarrollos
tecnológicos, sumados por supuesto a la joya de la telescopía
contemporánea: el Telescopio Hubble, colocado fuera de la atmósfera
de nuestro planeta, y que ha obtenido imágenes novedosas y de
una extraordinaria calidad en comparación con las que toman sus
homólogos en Tierra, nos han permitido asomarnos al Universo
con nuevos ojos y estos nos han asombrado constantemente con nuevos
descubrimientos.
Hoy en
día se estudia la Galaxia y los objetos extra-galácticos,
como esas fuentes fabulosas de energía llamadas cuasares, los
hoyos negros en el corazón de galaxias, la materia oscura que
permea y da forma al Universo, y en el deseo de saber más, hemos
desarrollado teorías para explicar incluso el origen de todo
y más allá, el origen del origen, en la época de
la inflación de la materia y el espacio-tiempo.
El
desarrollo del estudio del Universo ha sido una constante en nuestra evolución
histórica y la mayor parte de los países del mundo han hecho
aportaciones importantes, lo más aparente sin embargo ha sido el
vertiginoso uso de las nuevas tecnologías, las que han permitido
estudiar no sólo los cielos desde la Tierra sino que el hombre,
ingenioso, ha lanzado sondas a través del espacio, satélites
alrededor de la Tierra, sondas lunares y planetarias, e incluso nos hemos
atrevido a enviar mensajes a la espera de una respuesta extra solar y
sondas que viajan hoy en día fuera del Sistema que nos alberga,
lejos de la luz y el calor de la estrella que nos da la vida.
La
sociedad contemporánea está supeditada en buena medida a
las comunicaciones, ya sean señales de radio, de televisión,
la Red Mundial de Información surgida de la informática,
u otras, todas ellas dependen en mayor o menor medida de la red satelital
que el hombre ha colocado en torno al planeta, sin embargo el funcionamiento
correcto de estas transmisiones está subordinado en buen medida
a la actividad solar, ya que el Sol emite grandes volúmenes de
partículas y radiaciones electromagnéticas que interfieren
con ellas, el estudio constante de la actividad solar es nuestra garantía
de que las comunicaciones sean estables y confiables día con día;
si consideramos que las noticias en la TV nos previenen de tormentas y
accidentes, que en la Red mundial se mueven miles de millones de dólares
por día en transacciones bancarias y comerciales, y que la Red
es usada por médicos, ingenieros, científicos y humanistas
de todo el mundo, comprenderemos la importancia histórica de todo
ello.
Pero,
¿qué mueve a la humanidad a estudiar el divino manto celeste
que nos envuelve protector e intrigante?, ¿qué importancia
tiene su estudio y por qué se dedican tantos recursos con este
fin en todo el mundo? ¿Por qué tantas mujeres y hombres
a través de la Historia han entregado su trabajo, su preparación,
su salud, e incluso su vida, como el caso del nolano, al estudio del Universo?
En
términos prácticos e inmediatos, conocer el origen, evolución,
estructura y condiciones actuales de los planetas del Sistema, cometas,
campos magnéticos, flujos de partículas y otros, nos permite
conocer mejor nuestro propio planeta, su atmósfera, su geología
e incluso el surgimiento de la vida, innumerables desarrollos tecnológicos
surgidos del estudio del Universo se encuentran por doquier hoy en día
en nuestra vida cotidiana e incluso, la cultura popular contemporánea
ha llevado la interacción humana con el Cosmos a los medios masivos
de comunicación y sus productos forman parte de nuestra percepción
de la sociedad actual.
Cuando
los norteamericanos llegaron a la Luna en 1969, la humanidad -como señala
la placa que colocaron sobre su superficie- dio un gran paso hacia adelante
en el conocimiento y exploración del Cosmos, nuestra responsabilidad
es mantenernos dando pasos en este camino para ampliar nuestras posibilidades
de algún día colonizar otros planetas, en éste y
en otros sistemas estelares, de hecho se han descubierto ya un elevado
número de planetas fuera de nuestra vecindad solar. Esto que podría
haberse interpretado como literatura de ciencia-ficción hace apenas
50 años, tiene hoy día grandes posibilidades de realizarse,
si seguimos invirtiendo en el estudio del Universo.
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