10 de septiembre de 2004 Vol. 5, No. 8 ISSN: 1607 - 6079
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Cuerpo tecnológico: Cyborgs o telecuerpos

Si con las nuevas tecnologías se ha creado otra realidad, la virtual, se ha dado origen a otro entorno en el que las nociones de espacio-tiempo se han modificado y, por ende, nuestra percepción y comprensión están en busca de nuevos asideros conceptuales y metodológicos para encontrar una explicación, imaginemos entonces cómo podemos explicar esta realidad física, cotidiana, lineal ahora que las tecnologías literalmente pueden estar en el cuerpo humano y ya no únicamente como un medio de comunicación. Evidentemente que hay distintos niveles para intentar explicarla, puesto que las implicaciones son amplias y afectan no sólo el aspecto físico, orgánico y biológico, sino también el psicológico y social.

En ese sentido, ya desde hace tiempo, la ciencia ficción colocó en el imaginario social a un ente producto de la unión de la tecnología con el cuerpo humano y lo denominó cyborg. Los medios, sobre todo el cine, se han encargado de darle cuerpo y vida a una nueva entidad que no es totalmente humano pero tampoco es una máquina completamente. ¿Qué es entonces? Es eso, un Cyborg, es decir, un cybernetic organism, término propuesto por Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline en 1960 para referirse a un cuerpo humano implementado tecnológicamente. Cabe preguntarnos entonces, ¿en términos psicológicos, antropológicos y sociales deja de ser humano a quien se le integren componentes electrónicos y modifiquen aspectos de su funcionamiento natural normal?

Aunque parece ociosa la pregunta, vale la pena hacerla en este punto de la reflexión, sobre todo después de que hace poco más de un mes Microsoft, una de las empresas norteamericanas más grandes en el manejo de software, ha patentado un aparato que hará posible que el cuerpo humano se convierta en un “transmisor viviente” al permitir conectarle pequeños aparatos portátiles utilizados para incorporar o transmitir datos. De hecho, el Instituto Tecnológico de Massachusett (MIT), pionero en la creación e implementación de tecnologías corporales inalámbricas, trabaja afanosamente desde hace varios años en esa misma línea explorando y explotando, igual que Microsoft, la vena comercial de estás tecnologías que cada vez más se presentan como más útiles, poderosas e incluso transparentes.

La idea, ahora transformada en patente, ofrece a los usuarios que los dispositivos electrónicos y computadoras portátiles que se conectan a las personas las liberaran de distintos problemas que presenta la vida cotidiana. De hecho, es la misma premisa bajo la que opera desde 1999 un importante proyecto del MIT, conocido como “TTT”, es decir Things That Think, cosas que piensan, en el que se han dado a la tarea de examinar la forma en que las personas piensan y se relacionan a través del uso de tecnologías.

Al explorar cómo el desarrollo de dispositivos electrónicos reflejan y contribuyen a transformar la manera en que las persona perciben su entorno, la sociedad y su propio ser, ha conducido al planteamiento de dos aspectos que se corresponden: uno de ellos es que para inventar “cosas que piensan” y siguiendo los intereses comerciales, pero también sociales, los creadores de ingenios tecnológicos tienen que plantear el diseño de sus productos de una manera distinta.

Es decir, no deben perder de vista que la computadora tiene que permitir al usuario manejar la enorme cantidad de información que circule por la red, también debe ayudarlo a tener la información disponible cuando, donde y en el formato que la necesite; protegerlo además para no recibir información no deseada o no solicitada, al mismo tiempo que cuenta con esa tecnología en el momento requerido sin tener que preocuparse de las condiciones de una infraestructura externa.

Lo cual nos lleva al segundo aspecto, y es que deben tener presente que los dispositivos informático-electrónicos cada vez más están formando parte integral de la vida cotidiana, por lo que el reinado de la PC de escritorio ha empezado a declinar para dar lugar a la implementación de tecnologías inalámbricas corporales. Así que el impacto de estas tecnologías, ya patentadas, obliga a trazar líneas de reflexión acerca no sólo del futuro tecnológico que este tipo de componentes electrónicos implica para nuestros cuerpos, sino también de la transformación que como individuos y sociedad estaría provocando.

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