Desde
épocas muy remotas el hombre ha deseado construir máquinas
que tengan forma de seres humanos y le ayuden a realizar las operaciones
que no le gustan, las que le resultan aburridas o peligrosas. A diferencia
de un empleado humano, una máquina nunca se cansaría ni
se enfermaría y siempre estaría dispuesta a trabajar. Los
elementos que pueden funcionar automáticamente se utilizan desde
épocas tan remotas como la antigua Grecia, sin embargo, es hasta
mediados del siglo veinte cuando se lograron materializar los primeros
robots industriales.
Estos robots industriales distaban mucho de los sueños de poder contar con una máquina con forma de ser humano. Casi cincuenta años después de la aparición de los primeros robots se sigue trabajando en el diseño y fabricación de estas máquinas similares al ser humano. Algunos ejemplos de estos desarrollos se pueden consultar en las siguientes páginas:
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