Actualmente,
la vida cultural de la mayoría
de las sociedades se ve inmersa en
el desarrollo de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación
(TIC). Las artes, como parte de la
cultura, no son ajenas a las tecnologías
digitales.
Sabemos que las innovaciones tecnológicas
no son estáticas ni permanecen
únicamente como herramienta
de trabajo. En el caso del arte digital,
el hipermedia se está convirtiendo
también en un medio, soporte
y lenguaje artístico.
Los efectos del desarrollo tecnológico
han sido, en algunos casos, favorables
para algunos colectivos, y en contra
parte, para otros ha resultado perjudicial.
Más allá de señalar
posiciones antagónicas y confrontar
a detractores y defensores del uso
del hipermedia en el arte, en este
artículo propongo analizar
el binomio arte e hipermedia. Binomio
que resulta relevante, dada su representatividad
y los efectos en la producción
del arte digital.
En el arte digital, producción,
distribución y consumo se entretejen
en diferentes momentos y de diversas
maneras. Por ejemplo, el vínculo
del arte con el hipermedia, visto
sólo en su relación
con la distribución, tiene
efectos en la difusión. Efectos
que, a su vez, influirían en
el consumo, en el público,
en su papel de receptor, consumidor,
usuario, visitante, coleccionista
o simple interesado en apreciar obras
artísticas. Al tener efectos
en el receptor, podemos deducir que
lo tendrá también en
sus emisores, es decir, artistas,
o en su caso, museos de arte y medios
digitales, como soportes o de divulgación.