Revista Digital Universitaria
10 de noviembre de 2005 Vol.6, No.11 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 

 

  Introducción

Dado el incremento en la población mundial, actualmente de 6 mil 477 millones de habitantes y estimada en 8 mil y 9 mil 300 millones para los años 2025 y 2050 respectivamente (PRB 2005), la producción de alimentos es un importante reto para este siglo (Vasil 1998). El vencerlo dependerá de la capacidad para mejorar el rendimiento y productividad de los cultivos agrícolas y desarrollar variedades mejoradas de plantas que proporcionen alimentos de mejor calidad y productos naturales a más bajos costos.

En México, por ejemplo, a una tasa anual de crecimiento poblacional de 1.9 por ciento, se proyecta una población de 140 millones de habitantes para el 2050, lo que representa un incremento del 30 por ciento en la demanda de alimentos con respecto a las necesidades actuales (PRB 2005). En este sentido, la biotecnología vegetal comienza a tener un profundo impacto y tiende a convertirse en una estrategia tecnológica en la denominada agricultura global (Hein 1998, Stafford et al. 1986). Las herramientas de la biotecnología vegetal han demostrado ampliamente su potencial en la comprensión de muchos aspectos bioquímicos básicos de las plantas (Niggeweb et al. 2004, Rea 2005) y ha dado lugar a la generación de alimentos (Khush 2001) y productos transgénicos como anticuerpos, antígenos y proteínas (Calva et al. 2002, Hellwig et al. 2004).

Durante la denominada Revolución Verde, por ejemplo, usando técnicas tradicionales de autopolinización y polinización cruzada fue posible seleccionar especies vegetales de alta productividad, mejor crecimiento, valor nutricional, producción de semillas y frutos de mejor calidad que las variedades silvestres y con las cuales se revertió la deficiencia de alimentos que se presentó antes de los años sesenta del siglo pasado (Vasil 1998). No obstante, muchas de las variedades vegetales cultivadas a gran escala obtenidas por la Revolución Verde están cerca de sus límites biológicos y físicos de productividad, por lo que es difícil incrementar más su productividad por técnicas tradicionales de mejoramiento.

La biotecnología vegetal que usa ingeniería genética y biología molecular para introducir genes foráneos a las plantas es una alternativa viable para seguir incrementando su productividad.

Sin embargo, aunque las plantas transgénicas representan la alternativa más viable para satisfacer las necesidades de alimentos para las generaciones futuras, el desconocimiento de los aspectos básicos de la biotecnología y bioquímica vegetal ha provocado incertidumbre, polémicas y desacuerdo entre la población general sobre las consecuencias de la liberación y uso de plantas transgénicas (Khush 2001, Taverne 2005). Esta actitud promovida por grupos activistas pone en riesgo el éxito de la biotecnología no sólo en la producción de alimentos sino también en las aplicaciones en el área de la salud cuando el destino de las plantas transgénicas es la producción de substancias biológicamente activas como vacunas, proteínas, antígenos y anticuerpos. Esperando reducir ese desconocimiento, en este trabajo se dan a conocer los aspectos básicos del cultivo de células vegetales, centro dogmático de las técnicas de biotecnología vegetal.

 
 
   

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