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Introducción
Dado
el incremento en la población mundial,
actualmente de 6 mil 477 millones de habitantes
y estimada en 8 mil y 9 mil 300 millones para
los años 2025 y 2050 respectivamente
(PRB 2005), la producción de alimentos
es un importante reto para este siglo (Vasil
1998). El vencerlo dependerá de la
capacidad para mejorar el rendimiento y productividad
de los cultivos agrícolas y desarrollar
variedades mejoradas de plantas que proporcionen
alimentos de mejor calidad y productos naturales
a más bajos costos.
En
México, por ejemplo, a una tasa anual
de crecimiento poblacional de 1.9 por ciento,
se proyecta una población de 140 millones
de habitantes para el 2050, lo que representa
un incremento del 30 por ciento en la demanda
de alimentos con respecto a las necesidades
actuales (PRB 2005). En este sentido, la biotecnología
vegetal comienza a tener un profundo impacto
y tiende a convertirse en una estrategia tecnológica
en la denominada agricultura global (Hein
1998, Stafford et al. 1986). Las
herramientas de la biotecnología vegetal
han demostrado ampliamente su potencial en
la comprensión de muchos aspectos bioquímicos
básicos de las plantas (Niggeweb et
al. 2004, Rea 2005) y ha dado lugar a
la generación de alimentos (Khush 2001)
y productos transgénicos como anticuerpos,
antígenos y proteínas (Calva
et al. 2002, Hellwig et
al. 2004).
Durante
la denominada Revolución Verde, por
ejemplo, usando técnicas tradicionales
de autopolinización y polinización
cruzada fue posible seleccionar especies vegetales
de alta productividad, mejor crecimiento,
valor nutricional, producción de semillas
y frutos de mejor calidad que las variedades
silvestres y con las cuales se revertió
la deficiencia de alimentos que se presentó
antes de los años sesenta del siglo
pasado (Vasil 1998). No obstante, muchas de
las variedades vegetales cultivadas a gran
escala obtenidas por la Revolución
Verde están cerca de sus límites
biológicos y físicos de productividad,
por lo que es difícil incrementar más
su productividad por técnicas tradicionales
de mejoramiento.
La
biotecnología vegetal que usa ingeniería
genética y biología molecular
para introducir genes foráneos a las
plantas es una alternativa viable para seguir
incrementando su productividad.
Sin
embargo, aunque las plantas transgénicas
representan la alternativa más viable
para satisfacer las necesidades de alimentos
para las generaciones futuras, el desconocimiento
de los aspectos básicos de la biotecnología
y bioquímica vegetal ha provocado incertidumbre,
polémicas y desacuerdo entre la población
general sobre las consecuencias de la liberación
y uso de plantas transgénicas (Khush
2001, Taverne 2005). Esta actitud promovida
por grupos activistas pone en riesgo el éxito
de la biotecnología no sólo
en la producción de alimentos sino
también en las aplicaciones en el área
de la salud cuando el destino de las plantas
transgénicas es la producción
de substancias biológicamente activas
como vacunas, proteínas, antígenos
y anticuerpos. Esperando reducir ese desconocimiento,
en este trabajo se dan a conocer los aspectos
básicos del cultivo de células
vegetales, centro dogmático de las
técnicas de biotecnología vegetal.
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