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Condensación
de Bose-Einstein
En
1925 Bose y Einstein predijeron que si fuera posible
enfriar un gas de bosones, conservando en todo momento
sus propiedades de gas, existiría una temperatura
por encima del cero absoluto, llamada temperatura
crítica (Tc), a la cual el gas exhibiría
un comportamiento extraño en el que un porcentaje
significativo de sus átomos ocuparía
el mismo estado, siendo éste el estado de
energía cero. Es decir, una parte del gas
tendría energía cero, y como consecuencia
de este hecho las propiedades del sistema se modificarían
radicalmente. No fue sino hasta 1995 cuando se comprobó
experimentalmente esta teoría, y se produjo
por primera vez un condensado de Bose-Einstein en
un laboratorio. De hecho, este suceso ocurrió
paralelamente en tres laboratorios de Estados Unidos,
en Colorado, en Texas y en Massachussets. En cada
uno de ellos se “fotografió”
una nube de átomos de la cual es posible
inferir el valor de la energía, la temperatura
y el número de partículas en cada
una de las etapas durante el proceso de formación
del condensado. En la Figura 1 se observan la distribución
de velocidades de átomos de rubidio para
diferentes temperaturas. Estas imágenes pueden
obtenerse utilizando un método de expansión,
el cual consiste en permitir que la nube de gas
se expanda libremente y colocando censores capaces
de detectar las posiciones de los átomos
en la nube.
Figura1.
Se observa la distribución de velocidades
de un gas de bosones durante la formación
de un condensado. La figura izquierda corresponde
a un gas a una temperatura mayor que la temperatura
de condensación (Tc). La figura central es
justo después de la aparición del
condensado, y la figura derecha muestra un gas que
tiene un menor número de átomos, pero
el cual sigue en su fase condensada. La altura de
los picos representa el número de átomos
en cada velocidad, siendo el pico más alto
el que corresponde a los átomos con energía
igual a cero.
Las
partículas del gas que se han ido al estado
base, o estado de mínima energía,
tienen energía igual a cero. Debemos resaltar
que este es el significado del cero absoluto. Si
todos los átomos del gas tuvieran energía
cero, el gas tendría entonces temperatura
cero. Sin embrago, como se observa en la Figura
1, no todas las partículas tienen velocidad
cero, y son este conjunto de partículas las
que determinan las propiedades físicas del
gas. Todas las partículas que se encuentran
en el condensado no participan en las propiedades
dinámicas del gas; por ejemplo, podemos decir
que estos átomos no ejercerán presión
y no contribuirán a la energía sistema.
La
obtención de un condensado de Bose-Einstein
se logró hasta fechas recientes debido a
que en tiempos pasados no era posible conseguir
temperaturas suficientemente bajas como la denominada
temperatura crítica (Tc), la cual, a su vez,
depende de la densidad del gas. Como hemos señalado
antes, las densidades para las cuales el gas conserva
sus propiedades de gas son muy bajas, y estas exigen
temperaturas del orden de fracciones de microkelvins
para que ocurra la condensación de Bose-Einstein.
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