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La
temperatura de un gas es una medida de la velocidad
promedio de las partículas que lo componen,
de tal forma que si los átomos en el gas
se mueven muy rápido el gas tendrá
una temperatura alta, y al contrario, a medida que
las velocidades de los átomos disminuyen
el gas se enfría. El gran reto experimental
desde la predicción teórica de la
condensación de Bose-Einstein fue lograr
un mecanismo capaz de “frenar” a los
átomos de un gas hasta obtener una temperatura
equivalente a la temperatura crítica.
Durante
las dos décadas pasadas se desarrollaron
nuevos métodos para enfriar gases atómicos
a temperaturas que permitieran obtener condensados
de Bose-Einstein y gases degenerados de Fermi. Estos
métodos son el enfriamiento a través
de luz láser y el enfriamiento por evaporación.
Ambos métodos se basan en el hecho que el
decremento en la temperatura de un gas se debe al
intercambio de energía del mismo con otro
sistema. En el caso de enfriamiento láser
el intercambio se realiza a través de emisión
y absorción de fotones, mientras que el enfriamiento
por evaporación es el resultado de extraer
selectivamente los átomos más energéticos,
dejando que los restantes lleguen a un estado de
equilibrio en el cual la temperatura es menor.
El
enfriamiento láser se basa en el hecho de
considerar la dispersión de luz láser
(fotones) por los átomos, y el principio
básico es que los átomos y fotones
intercambian energía. Uno podría pensar
que el efecto de la incidencia de luz sobre los
átomos del gas tendría como consecuencia
incrementar su temperatura. Sin embargo, el truco
consiste en conseguir que en promedio la energía
de los fotones dispersados por cada átomo
sea mayor que la energía con la que incidieron.
Si se consigue que los átomos absorban la
luz solo proviniendo de una dirección, y
emitiendo en cualquier otra, entonces el resultado
neto es que el átomo pierde velocidad en
la dirección en la que se movía originalmente.
De esta forma la velocidad se reduce y por lo tanto
la temperatura del gas disminuye después
de que muchos de estos procesos ocurren.
El
enfriamiento por evaporación se consigue
quitando del gas los átomos más energéticos,
es decir los átomos con velocidades más
altas, y permitiendo que los átomos restantes
lleguen a un estado de equilibrio en el que la temperatura
final sea menor. Este estado de equilibrio se alcanza
después de que los átomos del gas
tienen en promedio la misma velocidad, y para que
esto ocurra es necesario el intercambio de energía
de los átomos a través de choques
entre ellos. En la práctica, la posibilidad
de extraer selectivamente del gas los átomos
más energéticos, se debe a que los
átomos utilizados para producir los condensados
de Bose-Einstein (Rubidio, Sodio y Potasio) son
altamente sensibles a la interacción con
campos magnéticos, los cuales son bien controlados
en esta clase de experimentos.
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