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Triangulación: Procedimiento incorporado a nuevas metodologías de investigación
Danilo Silvio Donolo
 




 

Introducción

El vocablo triangulación, tal vez evoque sus lecciones de geometría de la escuela primaria, o más probablemente de matemáticas en el nivel secundario, cuando se hablaba de triángulos y de trigonometría. En general, en este campo se hacía referencia a la posibilidad de calcular el sitio o la distancia de un punto a partir del conocimiento de otros dos o tres datos de un triángulo, dos lados y un ángulo, tres lados o ángulos, dos lados y un ángulo. En igual sentido y beneficio se utilizó el concepto en topografía, para delimitar perímetros de campos o sus superficies a partir de la definición de triángulos. Y en geodesia para la determinación de puntos terrestres y sus niveles. En algún sentido los sextantes utilizan los mismos principios para, a partir de datos conocidos (ubicación de los astros, ángulos de inclinación y horizonte), determinar la posición de un barco o de un avión o de un punto sobre la tierra. La aparición de los satélites artificiales y su utilización junto a los GPS y las computadoras con programas específicos han cambiado las formas de encontrar sitios y sus altitudes. Sin embargo, el término triangulación y los alcances de sus supuestos siguen vigentes, aun en disciplinas para las que no fue originariamente concebido.

El objetivo de este artículo es proponer algunas precisiones en el campo de la metodología de la investigación en ciencias sociales, porque muchas veces en trabajos específicos se recurre a esta denominación, cuando es necesario justificar los bajos niveles de objetividad, validez incierta de procedimientos o dudosa confiabilidad de las mediciones o de los datos iniciales. Por eso, conviene ajustar los alcances y los límites que tiene la triangulación, la oportunidad de su uso, el compromiso que se asume y las dificultades adicionales que puede generar en una investigación al incorporar estos procedimientos.

Una definición amplia de triangulación en la que podemos acordar desde un principio está tomada de Denzin (1990) quien dice que: “es la aplicación y combinación de varias metodologías de la investigación en el estudio de un mismo fenómeno” (p. 511).

Generalmente, se entiende la triangulación como un proceso unitario. Se admite que la utilización de métodos múltiples es la única manera de hacer triangulación. Los principiantes o investigadores inexpertos creen que es así y en sus informes resuelven el tema de la triangulación con una simple oración: “los datos han sido triangulados”. Más cauta y compleja es la propuesta de Denzin que organiza las maneras y los procedimientos a los que se pueden recurrir para atender a la triangulación en un trabajo o estudio científico.

En su propuesta Denzin (1990) establece diferentes maneras de utilizar los procedimientos de triangulación, organizando posibilidades y alternativas para adoptar la que nos sea más ajustada al estudio. Podemos decir que hay una primera forma de triangulación que toma en cuenta distintos y variados tiempos, espacios y sujetos de investigación. Una segunda forma de atender a la triangulación, tiene que ver con incorporación de varios observadores para recoger los mismos datos en lugar de confiarle la tarea a uno solo. La tercera forma, se refiere a la utilización de más de un esquema teórico, o teoría o desarrollo conceptual unitario para interpretar los resultados. Y el cuarto modo de triangulación recurre al uso de más de un método o en la habilitación de más de una técnica dentro de un método para obtener los datos y para analizarlos. Esta última categoría es generalmente la forma más conocida de entender la triangulación y por mucho refleja la disputa entre procedimientos cuantitativos y cualitativos o de consistente simbiosis entre ellos. El quinto procedimiento aceptado por Denzin propone la utilización simultánea de por lo menos dos de los procedimientos mencionados en las categorías anteriores.

Y de esta manera, varias técnicas de medida y fuentes heterogéneas de datos, tanto por su origen como por los procedimientos utilizados, pueden contribuir en la preparación de un constructo teórico más ajustado al tema en estudio. Así, las debilidades de un recurso o procedimiento metodológico pueden encontrar superación en otros, y algunas limitaciones o prejuicios hacerse evidentes con la operacionalización múltiple de las variables del tema en estudio.

La historia de las ciencias en general, y de la física en particular, está jalonada de indicaciones y ejemplos, en los que se recurrió a la triangulación de procedimientos y de mediciones para lograr mejores resultados e interpretaciones más ajustadas de los hechos y fenómenos estudiados. (Bernstein, 1982; Hawking, 2003; Sánchez Ron, 2002, Manguel, 1996; Menzel-Tettenborn y Theodor, 1978; Buatois, Mángano y Aceñolaza, 2002). Las llamadas ciencias humanas y sociales no quedaron a la zaga de esta preocupación —tanto por el número como por las sofisticaciones y sutilezas introducidas—, y en ese sentido, se definieron y adecuaron métodos de investigación y escalas de medición con niveles de agudeza destacados. Dan cuenta de esta dedicación la variedad de metodologías consolidadas en las ciencias sociales1 como la proliferación de escalas y diseños de tipologías disponibles para obtener datos,2 situación que habilita con propiedad los procedimientos de triangulación en los estudios.

De esta manera, como cada procedimiento y técnica tienen sus potencialidades, haciendo uso de recursos triangulados pueden ser más fructíferos en sus contribuciones sustantivas para el tema, en la interpretación del mundo real y en la confianza que puedan inspirar y probar como recursos controlados. Los resultados objeto de estrategias de triangulación pueden ciertamente mostrar más fuerza en su interpretación y construcción que otros más constreñidos a un método único.

La fortaleza de la triangulación, en los procesos de investigación y en la aceptación de los resultados, está dada por la manera contextualizada de tratar el tema en estudio. La interpretación no tiene una sola vía para análisis y capta las diversidades, aun de los fenómenos complejos, superándose así la forzada simplicidad a que pueden inducir configuraciones metodológicas unitarias. La triangulación provee un complejo sistema de interpretación del que no es ajeno el mismo investigador, y muestra la consistencia y lógica que se desprende de cada uno de los pasos, y de cada uno de los sectores de donde provienen los datos, las conjeturas y los resultados.

De este modo, el hablar de triangulación —y más aún el recurrir en una investigación a los procesos de triangulación— no es una cuestión que pueda resolverse con la enunciación de una frase. Requiere de conocimiento, de tiempo y de recursos para implementarla, y luego de gran agudeza para interpretar los resultados en las variadas y a veces contradictorias maneras en que se presentan.

La triangulación, en sus distintas formas, vista desde una clasificación —como la acertadamente propuesta por Denzin— aparece como externa a los proyectos de investigación y como tales no son prescriptivas en su aplicación. Sin embargo, la idea de tomar recaudos adicionales en las investigaciones no es superflua ni un requerimiento oneroso que deba dejarse de lado. Es más, los nuevos planteos metodológicos incluyen en sus formulaciones cuidados y controles que aparecen como propios del procedimiento, más que como una exigencia externa de triangulación. Consideremos brevemente por lo menos los procedimientos en la investigación de síntesis, en los estudios de diseño y en los métodos mixtos de investigación. Al menos, en el área de las ciencias sociales, estos tres procedimientos incluyen recaudos asociados a los procesos de triangulación en la definición misma de la metodología, con el fin de resguardar la recolección e interpretación de los datos y la consistencia de las teorías y definiciones conceptuales del trabajo.


 

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