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Cultura digital: nuevas formas de comunicar

¿De verdad quieres un libro de texto?

Guadalupe Vadillo Bueno
  • Uno
  • Dos
  • Tres

Introducción

El libro de texto existe desde hace más de 2 mil años: el Zhou Bi Suan Jing es un compedio de matemáticas que apareció en tiempos de la dianstía Zhou (1046–256 AC) (FRIESEN, 2013). También se considera que Institutio oratoria, de Quintiliano es uno de los primeros libros de texto. Pretendía formar al lector, a través de 12 volúmenes, en el arte de hablar en público (DOMÍNGUEZ, 2011). La presencia del libro de texto en escuelas y universidades ha sido constante ya que ha permitido la estandarización al asegurar que todos los estudiantes de un determinado grado y nivel educativo tengan acceso a la misma información, que se considera fundamental en el área correspondiente de estudio, además de dar coherencia al currículum, guiar la práctica docente y apoyar el aprendizaje (CORTINA, 1996 en BAZÁN et al, 2007).



Debido a sus costos, a los problemas inherentes, a la actualización de sus contenidos, y al énfasis educativo actual de personalizar la experiencia educativa, no podemos menos que cuestionarnos su utilidad en una era donde los recursos digitales permiten al estudiante aprender a partir de una enorme variedad de fuentes.

En este artículo haremos un viaje rápido por su existencia en el mundo, examinaremos el momento educativo actual, con los recursos y posibilidades que las tecnologías digitales ofrecen, detectaremos sus ventajas y desventajas para terminar con una análisis del libro de texto en la era digital. El lector, en la parte final, podrá contestar a partir de estos datos y consideraciones si considera vigente al libro de texto en el aprendizaje actual.

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¡Al libro de texto se le respeta!

El libro de texto se ha considerado una autoridad en las materias que cubre: ha tenido la función de organizar, definir y comunicar un cuerpo coherente de conocimiento. Por ejemplo, el libro Procedimientos anatómicos, de Galeno, constituyó el estándar en el estudio de la medicina durante ¡1,500 años!, antes de que se demostraran los fallos que contenía (CARTER et al., 2011). Este respeto casi incuestionable fue la actitud con que Susanna Carter se sumó a una clase de inmunología, 20 años después de graduarse como médica. Pronto descubrió que lo que ella hacía con el libro de texto clásico para esa materia, era totalmente distinto a cómo estudiaban sus jóvenes compañeros. Ellos consideraban con frecuencia que leerlo era aburrido, intimidante y aportaba pocas recompensas. En su lugar, usaban muchos recursos en línea, tenían discusiones grupales, y hacían prácticas de laboratorio, con lo que lograban ser eficientes y efectivos en su aprendizaje. De hecho, sí aprovechaban las ligas a sitios interesantes que aparecen al final de los capítulos, pero lo leían poco. Quizá la queja principal contra ese libro de texto era que había mucha exposición de temas pero ninguna retroalimentación, con lo que los deseados principios de diálogo, control, manipulación, búsqueda y navegación, que aporta un ambiente multimodal de aprendizaje, no estaban presentes.

El riesgo principal que el libro de texto enfrenta probablemente es el recurso digital que lo ha golpeado desde al menos dos flancos: el estudiante cuenta con una amplia variedad de recursos que sustituyen al menos parcialmente su función y que puede seleccionar para que se adapten a sus intereses, preferencias y necesidades. Por otra parte, como menciona Campbell (2016), el hecho de que el estudiante esté en contacto a través de redes sociales con otros estudiantes de diferentes generaciones e instituciones, le permite conocer opiniones sobre la utilidad real de los libros de texto: es frecuente que los alumnos comenten que solo leyeron una pequeña porción del costoso volumen, con lo que los demás se desalientan a comprarlo.

El asunto de los dineros

Los libros de texto no gratuitos representan un gasto importante para los aprendices. Por ejemplo, en el estado de Georgia en EUA se calcula que el estudiante universitario invierte cada año 1,200 dólares tanto en útiles como en textos, lo que representa 26% de su deuda en préstamo universitario por sus estudios. Además, la tendencia es a elevar el costo: en el mismo estudio se señala que han subido de precio en promedio tres veces más que el Índice de precios al consumidor (GALLANT, 2015). En una investigación con más de 22 mil estudiantes universitarios (FLORIDA VIRTUAL CAMPUS, 2012), más de la mitad no tenía apoyo económico de la universidad para su compra y 63% señaló que no los adquirió por su costo.



Una opción, desde luego, es seguir utilizándolos al reducir o eliminar su costo. La reducción se puede dar a través de la compra de libros usados, su renta o la compra compartida entre varios aprendices. En cuanto a la eliminación completa del costo, tenemos la opción de los libros de texto abiertos (OST, por sus siglas en inglés) que pueden conseguirse o diseñarse a nivel escuela, zona escolar, región o país. Pocos estudiantes tienen conciencia de que existen (en el estudio de Florida Virtual Campus alrededor de tres cuartas partes jamás había escuchado de ellos y sólo el 5.9% los había usado), ni de los cursos abiertos (68% no sabía acerca del tema). Además, algunas bibliotecas permiten el préstamo de libros de texto por largos periodos para los alumnos que no están en posibilidad de comprarlos.

El OST permite la apertura y adaptación a la escuela, programa o curso que un texto tradicional no acepta. Por ejemplo, es posible crear experiencias de aprendizaje completas como las que se vivien en el Bachillerato Internacional que quedan organizadas a partir de ese recurso electrónico que, además, se puede compartir con escuelas, profesores y estudiantes de todo el mundo.

Pros y contras

Como todo en la vida, el libro de texto tiene sus ventajas y también sus lados oscuros. A partir de lo que podemos observar en el entorno educativo actual, generamos esta lista que seguramente es incompleta, pero que puede ser un disparador para que incluya la perspectiva del lector:




¿Cómo es el nuevo libro de texto?

Es el núcleo organizador de un entorno de aprendizaje
integrado, que será progresivamente más adaptable,
personalizado y responsivo.

Conclusiones del taller Reconsiderando el libro de texto,
Organizado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, 2005.

En su lucha por sobrevivir, el libro de texto ha intentado varias estrategias. La primera es introducir un elemento de oralidad al plantear preguntas al lector y al hablarle de tú, como en una simulación de un momento conversacional (FIRESEN, 2013). Además, ha explorado las siguientes opciones:
a. Volverse digital. En este intento se empezó por adjuntar un disco compacto que incluía información adicional y ejercicios de práctica o actividades complementarias para el aula. Después se desarrollaron los libros electrónicos: los primeros muy similares al formato en papel para después incorporar un uso rico de media que permite incluir videos, simulaciones y ligas a sitios de Internet dentro de la experiencia de aprendizaje y, sobre todo, la posibilidad de personalizar la experiencia en función de las demandas del aprendiz individual, del tiempo disponible y de las necesidades del contexto sociocultural del estudiante (LOKAR, 2015).
b. Ser un recurso abierto. En particular los docentes que rediseñan sus cursos en cada ocasión en que los ofrecen, han encontrado en los recursos abiertos una fuente de materiales que adaptan a las necesidades cambiantes de los estudiantes que reciben. Quienes han decidido crear un libro de texto abierto, se han percatado de lo fácil que es generar una estructura que conduzca la experiencia de aprendizaje ya sea en la modalidad presencial, híbrida o en línea, al tiempo de permitir la interacción con los estudiantes, adminsitrar trabajos e incluso evaluar y aportar retroalimentación. En estos libros se puede aprovechar todo tipo de recurso: desde objetos de aprendizaje muy bien diseñados hasta pequeños ejercicios y exámenes en formatos modestos.
c. Ser parte de un coctel de conocimiento personal. En soporte de papel o electrónico, muchos editores han aceptado la pérdida de protagismo de sus libros de texto y se han acomodado a una realidad en que se incorpora como una herramienta más en el proceso de aprender. Cuanto más se desarrolla la autoregulación en el aprendiz, más fácil decide qué recursos requiere para comprender, practicar y demostrar lo que domina. Así, busca, pregunta, explora y experimenta con una variedad de fuentes de información (y de formación, como cursos en línea, video-tutoriales, exámenes de auto-aplicación y calificación automatizada) para lograr sus metas como estudiante. Incluso, son cada vez más los estudiantes que usan el asistente de voz del teléfono celular: 84% de los adolescentes y entre 50 y 70% de los adultos encuestados en un estudio de más de 25 mil personas en Estados Unidos, Canadá, Alemania, China e India lo utilizaba o quería hacerlo (ACCENTURE, 2017).


Conclusiones


El libro de texto tradicional, como se manejó por muchos siglos, tiende a desaparecer debido a sus costos, dificultad de actualización constante y, sobre todo, a la dinámica que plantean ante un estudiante que se ha convertido en un buscador activo de información digital y que genera una mezcla de fuentes que considera ideal para satisfacer sus intereses y necesidades. La industria editorial basó parte importante de su desarrollo en el mercado seguro que significaban los alumnos de todos los niveles escolares. Ante la situación, esta industria ha decidido generar cambios, como la introducción de libros electrónicos, tanto para su venta como para su renta y quizá también un nuevo papel como instituciones educativas que algunas editoriales ya tienen a nivel global.

Así, el libro de texto seguramente tendrá que reinventarse para sobrevivir en un contexto donde el recurso abierto gana terreno a diario y donde el estudiante ha aprendido a explorar y aprender a partir de una variedad de fuentes. Este nuevo aprendiz ya no solo busca artículos, ponencias y libros, sino infografías, wikis, videos, cursos en línea (incluyendo MOOC), y expertos contactados por videollamada, además de preguntar sus dudas, con comando de voz, a su asistente personal (por ejemplo, Siri en el celular o Alexa en casa), con lo que apoya su formación. En ese sentido, nuestro estudiante actual, que no solo consume conocimiento sino que se ha convertido en autor, es capaz de armar, a partir de esta diversidad de recursos, sus propios “libros de texto”.

Bibliografía


ACCENTURE, Dynamic digital consumers: Ever changing expectations and technology intrigue. [en línea]. 2017. [fecha de consulta: 1 de febrero de 2017].

BAZÁN RAMIREZ, Aldo, FARFÁN MEJIA, Enrique, DOMÍNGUEZ MARQUEZ, Lorena. Análisis del libro de texto gratuito español quinto grado de primaria. [en línea]. Yucatán; IX Congreso Nacional de Investigación Educativa, 2007. [Fecha de consulta: 25 de noviembre del 2016]. Disponible en: http://www.comie.org.mx/congreso/memoriaelectronica/v09/ponencias/at01/PRE1178900790.pdf.

CAMPBELL, Lisa. “Textbooks obsolescence is behind closure, says Johns. Evolving academic market a challenge for retailers”. The Bookseller. [en línea] 2016. [Fecha de consulta: 5 de febrero del 2017].

CARTER, Susanna; QUINN, Diana; YATES, Gregory. The Design Collection. [en línea]. 2011, vol. 4, núm. 6. [Fecha de consulta: 10 de febrero del 2017]. Disponible en: http://dianaquinn.cgpublisher.com/product/pub.154/prod.507.

DOMÍNGUEZ HIDALGO, Antonio. Para una ciencia del libro de texto. [en línea]. Ciudad de México; 2011. [Fecha de consulta: 20 de diciembre del 2016].

Florida student textbook survey. [en línea]. Florida Virtual Campus, 2012. [Fecha de consulta: 7 de enero del 2017]. Disponible en: https://florida.theorangegrove.org/og/file/10c0c9f5-fa58-2869-4fd9 af67fec26387/1/2012_Florida_Student_Textbook_Survey.pdf.

FRIESEN, Norman. “The past and likely future of an educational form: A textbook case”. Educational Researcher. [en línea]. 2013, vol. 42, núm. 9. [Fecha de cosnulta: 20 de diciembre del 2016]. Disponible en: http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.3102/0013189X13513535.

GALLANT, Jeff. “Librarians transforming textbooks: The past, present, and future of the affordable Learning Georgia Initiative”. Georgia Library Quarterly. [en línea]. 2015, vol. 52, núm. 2, p. 12- 17. [Fecha de consulta: 2 de enero del 2017]. Disponible en: http://digitalcommons.kennesaw.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1863&context=glq. ISSN: 2157-0396.

LOKAR, Matija. “International Journal for Technology in Mathematics Education”. The future of e-textbooks. [en línea]. 2015, vol. 22, núm. 3. [Fecha de consulta: 14 de diciembre del 2016]. Disponible en: http://www.researchinformation.co.uk/time/contents/cont201503.pdf.


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Guadalupe Vadillo Bueno
Directora del Bachillerato a Distancia, Universidad Nacional Autónoma de México

María Sierra Trasancos Psicóloga, con master en Educación del sobresaliente y Doctorado en Educación. Cuenta con entrenamientos en Terapia Breve y Junguiana. Fue Coordinadora de Psicología, Asesora de Vice-rectorías y Directora de Educación Continua en la Universidad de las Américas y por 12 años supervisó su Centro de Idiomas. Ha sido asesora de 37 tesis de licenciatura, tres de maestría y tres doctorales. Asesora para la innovación educativa por seis años del Colegio Hebreo Tarbut. Durante un año, tuvo el cargo honorario de Directora Ejecutiva del Espacio Común de Educación Superior a Distancia. Actualmente es Coordinadora de su Red de Bachilleratos Universitarios Públicos a Distancia.

Ha diseñado, asesorado, tutorado y coordinado diversos cursos y programas en línea. Es autora de dos de los primeros cursos abiertos masivos en línea (MOOC) en México, a través de UNAM – Coursera: Ser más creativos con más de 340 mil estudiantes registrados y Aprender, con más de 65 mil. Desde 2011 es docente en línea de la carrera de Psicología de la FES-Iztacala UNAM de la Práctica supervisada III Enseñanza estratégica.

Actualizado hasta marzo, 2017.


VADILLO BUENO, Guadalupe "¿De verdad quieres un libro de texto? ", Revista Digital Universitaria, 1 de marzo de 2017, Vol. 18, Núm. 3. Disponible en Internet: http://www.revista.unam.mx/vol.18/num3/art24/index.html ISSN: 1607-6079.

¿De verdad quieres un libro de texto?

Guadalupe Vadillo Bueno

El estudiante de hoy tiene a su alcance una amplia variedad de recursos digitales y en papel que le permiten aprender de manera cada vez más personalizada. Esta posibilidad ha generado un alejamiento del libro de texto tradicional que por siglos se mantuvo como un elemento central del currículo y de la práctica docente. En su lucha por su sobrevivencia, la industria editorial ha desarrollado diferentes estrategias, en especial, su migración al formato electrónico. En el artículo se plantean las ventajas y problemáticas del libro de texto frente a la posibilidad que tiene el propio aprendiz de generar, con recursos digitales, el apoyo que le parece óptimo para sus necesidades e intereses.

Palabras clave: libro de texto, educación formal, era digital, aprendizaje, enseñanza.