La pantalla no era tan sólo un espejo de lo que hacemos aquí, sino frontera de un mundo
en el que empiezan a darse unos fenómenos que no tienen equivalencia de este lado de la pantalla.
Y que vamos a llamar: digitalidad.
El esplendor de la escritura, Antonio Rodríguez de las Heras
[...] potenciales parejas que escribían demasiados mensajes de texto o que escribían muy pocos, que usaban demasiados emojis o que parecían no entenderlos en medida alguna; que eran muy formales o que usaban LOL en exceso cuando claramente no se estaban riendo con todas sus fuerzas. Cada mensaje de texto era cuidadosamente analizado en busca de significados ocultos. No es de extrañar, entonces, que las confusiones con mensajes de texto fueran fuente cotidiana de estrés y angustia. Era una casilla más para palomear en la lista de requisitos que buscamos en una pareja: la química textual (BILEFSKY, 2016).Sobre los signos de puntuación, el lingüista David Crystal ha sentenciado en una entrevista para el New York Times que el punto (ese mismo que con tanta claridad nos había indicado hasta hoy el final de una oración), cuando es empleado en mensajes de texto adquiere significados peligrosos para la comunicación: “El punto actualmente se dispara como un arma para mostrar ironía, mordacidad sintáctica, falta de sinceridad y hasta agresión”, incluso al extremo de adquirir el poder visual de un emoticón, afirma Crystal: “El punto ahora tiene una carga emocional y se ha convertido en una suerte de emoticón” (BILEFSKY, 2016). Siguiendo esta idea, imaginemos el siguiente diálogo:
- ¿Vamos el fin de semana al cine?El punto, empleado aquí de manera gramaticalmente correcta para indicar el final de una respuesta, puede ser leído en un mensaje de texto como sinónimo de contundencia, severidad e indicación de que la conversación ha llegado a su fin. Ese punto no cede el turno al interlocutor para continuar la conversación como ocurriría, por ejemplo, con el uso de puntos suspensivos o una variante suave de “no” (“nah”) que podría indicar una reflexión o duda sobre la actividad propuesta:
- No.
- ¿Vamos el fin de semana al cine?
- No…
- ¡Anímate!
- ¿Vamos el fin de semana al cine?Así que el punto, con toda su corrección gramatical, puede no ser percibido como un simple final de oración, sino como la marca final de la conversación. Nos encontramos aquí en la frontera entre lo gramaticalmente correcto y lo ideal para la fluidez de una conversación por escrito.
- Nah...
- ¿Qué te gustaría hacer entonces?
- Dave gave me his extra tickets. Wanna comePero no hubo diferencia significativa si los mensajes se presentaban escritos a mano:
- Sure.
Descubrimos que los mensajes de texto que terminaban con punto eran evaluados como menos sinceros que los mensajes de texto que no terminaban con punto. No se encontró este mismo patrón, sin embargo en las notas escritas a mano.En Twitter, ciertas cuentas han hecho de la eliminación del punto final un uso virtuoso como se puede observar en los tuits de la usuaria @CarlaFaesler. Las oraciones no se “cierran” y se perciben como ristras de pensamiento que se enlazan a la distancia, como la continuidad de alguna conversación que inició varios tuits atrás:
[...]la puntuación es una de las señales utilizadas por los emisores y entendidas por los receptores para transmitir información pragmática y social normalmente comunicada a través de la prosodia, pausas, gestos, interjecciones y la mirada. En resumen, nuestros datos indican que las personas son capaces de incluir en sus textos los tipos de señales no verbales que están presentes en la comunicación cara a cara (GUNRAJ et al., 2016).
- No lo puedo creer, finalmente aprobé el examen de ingreso a la UNAM…Con los signos de interrogación sucede algo similar. Para solicitar una aclaración sobre el significado de una frase podríamos escribir:
a) Qué bien
b) ¡Qué bien!
c) Wow!!!!! Qué bien!!!!!!!!
Disculpa, estoy confundida, no comprendí exactamente lo que quisiste decir con la frase anterior. ¿Serías tan amable de parafrasear o aclarar lo que tenías en mente al escribirla?Sin embargo, con la vida ocupada que llevamos, no tenemos tiempo de teclear todas estas palabras a través de nuestros pequeños teclados, menos aún cuando el esfuerzo de escribir simplemente “?” enviaría la misma solicitud. Y si la duda es mayúscula aún tenemos la opción de repetir el signo para intensificar el efecto: “???”
Jajajaaja...La primera transmite la espontaneidad, incluso la -doble a- que aparece a la mitad de la expresión se corresponde con la rapidez del marcado en el teclado y con la fluidez de la risa, es un error que se percibe como producto de la espontaneidad. Por el contrario, la segunda respuesta carga con el peso de la ironía o el sarcasmo, y cada espacio entre “ja” y “ja” contribuye a esta sensación. Así, los signos de puntuación y los espacios se resignifican y cobran nuevas cargas semánticas que contribuyen a la interpretación de las emociones de los usuarios al hablar por escrito.
Ja ja ja…
Mensaje 1Ambos comunicados plantean la misma pregunta, ambos están escritos con propiedad y cuidado, aunque el primero sigue un registro formal-epistolar mientras que el segundo pertenece a la variante de “hablar por escrito”. Como lectores de ambos mensajes y poniéndonos en el papel de estudiante, ¿cuál de ellos nos hace sentir mayor cercanía con la profesora?, ¿cuál de ellos nos involucra en un diálogo y nos invita a contestar con rapidez al leerlo en nuestro teléfono celular? Si en el Mensaje 1, la despedida y la firma son percibidas con el sentido contundente del punto como en los ejemplos que veíamos antes, la comunicación podría verse afectada negativamente. Si en el Mensaje 2 la pregunta invita a responder para tomar el turno en una conversación, ¿podríamos estar ante una estrategia comunicativa más efectiva? Para profesores en modalidades en línea, la habilidad de “hablar por escrito” puede significar una herramienta que fomente la comunicación efectiva y ágil con los estudiantes, lo cual puede tener consecuencias de la mayor importancia en la retención escolar.
Estimado estudiante Juan Carlos Fuentes Gómez:
Espero que al recibir este comunicado te encuentres gozando de cabal salud. Te escribo con la intención de conocer tu experiencia en los trabajos de la nueva unidad. ¿Han sido de utilidad las actividades propuestas? No dudes en contactarme para cualquier aclaración, estaré pendiente.
Cordialmente,
Profa. Estela Velez Altamira
Asesora de la asignatura de Matemáticas III
Escuela Independiente de Matemáticas
Mensaje 2
¡Hola, Juan Carlos! ¿Cómo va todo con la nueva unidad?
¿Cómo es posible traspasar la pantalla para encontrarnos “ahí”, justo al lado del otro, con otras personas que han hecho lo mismo? Porque el espacio virtual de la red es especular, y una imagen más o menos borrosa (pero que irá haciéndose más precisa) se forma al otro lado de la pantalla. Esa imagen, ese perfil (que ahora tantas interpretaciones encontradas produce), se encuentra “ahí” con las imágenes de otras personas, y se abre una forma de comunicación que se sitúa entre la oralidad y la escritura. Es un fenómeno que se está aún conformando, pero ya apunta su trascendencia, y ante el que la educación no puede permanecer sin implicarse (RODRÍGUEZ DE LAS HERAS, 2015).La variante educativa de “hablar por escrito” invita al receptor-docente, a identificar las emociones, los gestos detrás de cada espacio, de cada repetición, de cada signo de puntuación presente o ausente como hemos visto antes. Cuando un estudiante escribe un mensaje como: “Missssss, no puedo abrir el archivo de ACTIVIDAD 1!!!!! Ayudaaaaa!!!!”, es verdad que nuestros ojos expertos y avezados reciben en primer lugar la saturación gráfica del mensaje, pero podríamos también aprender a “escuchar por escrito”, a recibir la voz, las emociones que gritan a través del texto, y dialogar en consecuencia. La literatura en torno a la ciberpragmática tranquiliza nuestra angustia confirmando que, especialmente los jóvenes, utilizan este tipo de escritura: “para construir una identidad en la red, para distinguir su escritura del resto, a modo de idiolecto. Los chicos reconocen que identifican los escritos de sus amigos por su manera particular de teclear […] En este contexto, las incorrecciones no tienen ninguno de los valores habituales (incultura, falta de educación, dejadez) y los lectores las toleran y las entienden como algo irrelevante (CASSANY, 2011).
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