La
distinción de las características
de cada ciclo, no es exclusivamente cronológico
sino de énfasis. En cada etapa se persigue
un fin educativo: la expresión de libertad
intelectual, el logro de la disciplina intelectual
y la conjunción de ambos aspectos, que
conllevan a reiniciar el ciclo.
En
la etapa romántica la
nota dominante es la libertad intelectual, ésta
podrá expresarla el alumno cuando se
despierten y respeten sus intereses ante las
diferentes manifestaciones culturales. Es conveniente
evitar la rigidez de la disciplina, ésta
debe ser dirigida y subalterna para mantener
el interés.
En
esta fase se considera al estudiante el heredero
del saber de muchos siglos de civilización,
pero no debe dejársele perder en el laberinto
de los hombres de la Edad Glacial. El profesor
ha de destacar los actos importantes, presentar
ideas simplificadas y los nombres usuales, fortalecer
los ímpetus naturales del deseo de conocer
del alumno.
Sin
embargo, muchos profesores ignoran o pueden
menospreciar estos argumentos, descuidan la
importancia de motivar a sus alumnos, exaltando
el conocimiento propio por encima de la necesidad
de comunicarlo.