10 de abril de 2004 Vol. 5, No. 3 ISSN: 1607 - 6079
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De lo imperfecto a lo finitamente perfecto

El proyecto de Descartes consistía en mostrar como fácilmente pueden reducirse las cuestiones imperfectas a perfectas. Esto suponía mostrar como determinar un número finito de datos relevantes, de experimentos necesarios para la comprensión de un fenómeno. Independientemente de las razones por las que no se realizó este proyecto, cabe resaltar la preocupación de Descartes por incluir a la experiencia como una parte necesaria para completar la guía del conocimiento que se propuso.

En el Discurso, la experiencia mantiene una participación importante para la constitución de la ciencia Física.

"Primero, intenté encontrar en general los principios o primeras causas de todo lo que es o puede ser, en el mundo, sin considerar para este fin sino a Dios mismo que lo creó y sin sacarlos de otra parte que de ciertas semillas de verdad que están naturalmente en nuestra alma. Después de esto examiné cuales eran los primeros y más ordinarios efectos que cabía deducir de esas causas: y me parece que así encontré cielos, astros, una Tierra, y sobre la tierra agua, aire, fuego (...). Luego, cuando quise descender a las que eran más particulares, se presentaron tantas y tan diversas cantidades que no creí posible que el espíritu humano distinguiera las formas o especies de cuerpos que existen en la tierra (...) ni relacionarlas con nuestra utilidad si no llegamos a las causas por los efectos y sirviéndose de varias experiencias particulares" (AT, VI,63-64).

Aquí, Descartes expresa su convicción respecto al lugar que ocupan los primeros principios. Pero, al mismo tiempo considera que para el examen de los innumerables cuerpos existentes, se hace necesaria la experiencia. La experiencia se convierte en un elemento indispensable debido a que:

(...) el poder de la naturaleza es tan amplio y vasto, y estos principios son tan simples y tan generales que ya casi no observo ningún efecto particular que no conociese de antemano que puede deducirse de diversas formas, y que mi mayor dificultad consiste en encontrar de cual de esas formas depende" (AT, VI,6465).

Una de las razones por las cuales Descartes no permanece únicamente en la postura de aceptar conocimientos indubitables puede encontrarse en la imagen o concepción de ciencia que este autor tiene. Para él, la ciencia debe proporcionar conocimientos útiles para el dominio de la naturaleza. Este objetivo práctico de la ciencia, según Descartes es comentado por varios autores.*

En las propias palabras de Descartes:

"Luego que adquirí algunas nociones generales relativas a la física y que comenzando a experimentarlas en diversas dificultades particulares, observé hasta donde pueden conducir, y cuanto difieren de los principios utilizados hasta hoy (...), (esas nociones) me hicieron ver que es posible llegar a conocimientos muy útiles para la vida y que, en lugar de esa filosofía especulativa que se enseña en las escuelas, es posible una práctica a través de la cual, conociendo la fuerza y las acciones del fuego, el agua, el aire, los astros, los cielos y todos los otros cuerpos que nos rodean, tan distintamente como conocemos los distintos oficios de nuestros artesanos, podríamos emplearlos del mismo modo para todos los usos a que se prestan y convertirnos en dueños y señores de la naturaleza (AT, VI,61-62)”.

Para Descartes la ciencia tiene, entonces, un sentido práctico. Es importante señalar que esta no es una concepción privativa de este autor. En el marco histórico-social en el que se desarrolla el pensamiento cartesiano, aparece ya la necesidad de considerar la utilidad del conocimiento.

Como señala Gusdorf "el pensamiento moderno tiene como propósito no sólo la simple meditación acerca del mundo tal como la divinidad lo creó, sino la transformación del mundo para la utilidad de los hombres ".**

Este propósito estaba anunciado y enfatizado por F. Bacon en el Novum Organum (Libro II). El arte de interpretar la naturaleza tiene el doble objeto de conocerla y de transformarla. Este es otro punto de coincidencia o, tal vez de influencia de Bacon sobre Descartes.

Resulta importante observar que la consideración de un objetivo práctico, utilitario, del conocimiento parece introducir un elemento de tensión en la relación entre la razón y la experiencia en la concepción cartesiana. El reconocimiento de esto, puede encauzar mejor nuestra comprensión de las virtudes y las dificultades de la propuesta de Descartes.

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