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10
de abril de 2004 Vol. 5, No. 3 ISSN: 1607 - 6079 |
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Descartes no ignora la dificultad que acarrea el pensar en la unión alma-cuerpo, incluso considera que no es una noción transparente al entendimiento sino de experiencia cotidiana y sentido común pero, a pesar de todas las dificultades se atreve a ir más lejos que el planteamiento general de la unión. En efecto, se propone explicar detalladamente el mecanismo de la interacción. Refiere en Las pasiones que el alma ejerce sus funciones más inmediata y particularmente en la glándula pineal desde donde irradia la acción al todo del cuerpo y, a la vez, en la glándula se recibe todo cuanto ha de pasar del cuerpo al alma. La elección de la glándula como sitio privilegiado de la comunicación en1 e el alma y el cuerpo se debe a un criterio en parte topológico y en parte fisiológico, y se constituye para Descartes en un aspecto importante de la explicación de la percepción sensible. Así, nos dice:
En el nivel meramente fisiológico Descartes describe la glándula pineal como suspendida por encima del conducto por el cual los espíritus de las cavidades anteriores del cerebro se comunican con los de las posteriores. La dota, además, de la peculiar capacidad de agitarse con el menor movimiento de los espíritus, a la vez que su movimiento agita los espíritus animales. La hipersensibilidad de la glándula no se limita al mecanismo fisiológico de mover a y ser movida por los espíritus animales, sino que el alma puede moverla de diversos modos que repercuten en el cuerpo y también el cuerpo (concretamente los espíritus animales) pueden moverla de diversas maneras que repercuten en el alma. En suma, la glándula pineal es, según Descartes, el punto nodal de la interacción alma-cuerpo. |