10 de agosto de 2004 Vol. 5, No. 7 ISSN: 1607 - 6079
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Según las fuentes, es cerca de 1440, cuando declina Mayapán y con ello concluye la forma de control centralizado en el norte de la Península de Yucatán y surgen provincias independientes hasta el momento del contacto con los españoles. Otra zona del área maya, la Costa oriental, es decir el litoral de Quintana Roo, México y Belice, fue testigo de una intensa actividad ya que era una ruta de comercio y de comunicación marítima entre la costa del Golfo de México, la Península de Yucatán y el Golfo de Honduras.

En algunos sitios de esta región como Cobá, Tancah, Tulum, Xcaret, El Rey, Rancho Ina y Xelhá en Quintana Roo, San Gervasio en Cozumel y Santa Rita, cerca de Corozal, Belice, muestran en la pintura mural, ciertos rasgos en el estilo y en la composición distintos a los murales anteriores y comúnmente se les clasifica dentro del llamado Estilo Costa Oriental o el Estilo Internacional por su semejanza estilística con códices mixtecos.

La iconografía a su vez se diferencia de la del Clásico en tanto que no se refiere a sucesos históricos, guerras o rituales de la nobleza; en esta época predomina la representación de deidades y de símbolos por medio de los que se expresan escenas concernientes a la fertilidad de la tierra, a la vida, la muerte, al renacimiento, al cosmos y sus tres niveles. Entre los dioses están Itzamná dios creador, el dios de la lluvia, el dios del maíz y la deidad solar. Un mural al que se le encuentra similitudes con códices mayas es el de la Estructura 44 de Tancah, Quintana Roo, donde se observan tres deidades, una de ellas es el dios del maíz. (figura 14).

Figura 14. Tancah, Quintana Roo. Mural en la estructura 44. Foto Javier Hinojosa, 2000.

En Tulum, dos murales son representativos del Postclásico Tardío, el de la Estructura 5 y el de la Estructura 16. El primero consiste de una escena dividida en tres niveles por los cuerpos entrelazados de dos serpientes; el central lo ocupan dos parejas de dioses y la deidad femenina parece dar una ofrenda a la masculina. En el segundo, se dibujaron varios dioses, granos de maíz y la vaina alveolar del frijol, entre otros diseños. (figura 15).

Figura 15. Tulum, Quintana Roo. Detalle del mural de la Estructura 16. Foto Leticia Staines Cicero, 1994.

Pinturas con contenido semejante son las que se observan en los muros del santuario interior del Templo del Jaguar en Xelhá y en la estructura P-I de Rancho Ina. Cabe mencionar que en el mural de este último sitio hay formas geométricas simbólicas. Hay que señalar también que otra característica distintiva es que en estas pinturas solamente se utilizaron los colores azul y negro, excepto en Rancho Ina, donde también se usó el amarillo. (figura 16).

Figura 16. Rancho Ina, Quintana Roo. Estructura P-I. Detalle del mural de la Casa Azul. Foto Javier Hinojosa, 2002.

Estos murales junto con los de Santa Rita, en los que hay imágenes de personajes identificados como deidades y limitados por una banda con diseños de flechas y cuchillos de sacrificio, son los que por su estilo se han asociado con los códices mixtecos.

Con estos ejemplos se ha tratado de mostrar cómo la pintura mural fue un medio de comunicación; sucesos importantes y trascendentes en la historia de los pueblos mayas se constataron y perpetuaron a través de imágenes; era un lenguaje visual de formas, líneas, volúmenes y color.

* Todas las fotografías presentadas en este trabajo pertenecen al Archivo Fotográfico del proyecto “La pintura mural prehispánica en México” <http://www.esteticas.unam.mx/pintmur.htm> del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.

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