Según
las fuentes, es cerca de 1440, cuando declina Mayapán y con
ello concluye la forma de control centralizado en el norte de la
Península de Yucatán y surgen provincias independientes
hasta el momento del contacto con los españoles. Otra zona
del área maya, la Costa oriental, es decir el litoral de
Quintana Roo, México y Belice, fue testigo de una intensa
actividad ya que era una ruta de comercio y de comunicación
marítima entre la costa del Golfo de México, la Península
de Yucatán y el Golfo de Honduras.
En
algunos sitios de esta región como Cobá, Tancah, Tulum,
Xcaret, El Rey, Rancho Ina y Xelhá en Quintana Roo, San Gervasio
en Cozumel y Santa Rita, cerca de Corozal, Belice, muestran en la
pintura mural, ciertos rasgos en el estilo y en la composición
distintos a los murales anteriores y comúnmente se les clasifica
dentro del llamado Estilo Costa Oriental o el Estilo Internacional
por su semejanza estilística con códices mixtecos.
La
iconografía a su vez se diferencia de la del Clásico
en tanto que no se refiere a sucesos históricos, guerras
o rituales de la nobleza; en esta época predomina la representación
de deidades y de símbolos por medio de los que se expresan
escenas concernientes a la fertilidad de la tierra, a la vida, la
muerte, al renacimiento, al cosmos y sus tres niveles. Entre los
dioses están Itzamná dios creador, el dios de la lluvia,
el dios del maíz y la deidad solar. Un mural al que se le
encuentra similitudes con códices mayas es el de la Estructura
44 de Tancah, Quintana Roo, donde se observan tres deidades, una
de ellas es el dios del maíz. (figura 14).
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Figura
14. Tancah, Quintana Roo. Mural en la estructura
44. Foto Javier Hinojosa, 2000. |
En
Tulum, dos murales son representativos del Postclásico Tardío,
el de la Estructura 5 y el de la Estructura 16. El primero consiste
de una escena dividida en tres niveles por los cuerpos entrelazados
de dos serpientes; el central lo ocupan dos parejas de dioses y
la deidad femenina parece dar una ofrenda a la masculina. En el
segundo, se dibujaron varios dioses, granos de maíz y la
vaina alveolar del frijol, entre otros diseños. (figura 15).
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Figura
15. Tulum, Quintana Roo. Detalle del mural de la
Estructura 16. Foto Leticia Staines Cicero, 1994. |
Pinturas
con contenido semejante son las que se observan en los muros del
santuario interior del Templo del Jaguar en Xelhá y en la
estructura P-I de Rancho Ina. Cabe mencionar que en el mural de
este último sitio hay formas geométricas simbólicas.
Hay que señalar también que otra característica
distintiva es que en estas pinturas solamente se utilizaron los
colores azul y negro, excepto en Rancho Ina, donde también
se usó el amarillo. (figura 16).
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Figura
16.
Rancho Ina, Quintana Roo. Estructura P-I. Detalle del mural
de la Casa Azul. Foto Javier Hinojosa, 2002. |
Estos
murales junto con los de Santa Rita, en los que hay imágenes
de personajes identificados como deidades y limitados por una banda
con diseños de flechas y cuchillos de sacrificio, son los
que por su estilo se han asociado con los códices mixtecos.
Con estos ejemplos se ha tratado de mostrar cómo la pintura
mural fue un medio de comunicación; sucesos importantes y
trascendentes en la historia de los pueblos mayas se constataron
y perpetuaron a través de imágenes; era un lenguaje
visual de formas, líneas, volúmenes y color.
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Todas las fotografías presentadas en este trabajo pertenecen
al Archivo Fotográfico del proyecto “La pintura
mural prehispánica en México” <http://www.esteticas.unam.mx/pintmur.htm>
del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM.
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