Estilo
Petén
Éste, cuya ciudad epítome es Tikal (Fig 19), se reconoce
por sus basamentos piramidales gigantescos que tienden a la verticalidad
y que alcanzan, junto con los templos de la parte superior, hasta
los 70 m de altura. Así, estos adoratorios de mampostería
se encuentran desplantados sobre estructuras de cuerpos superpuestos
con taludes divididos por entrecalles, esquinas redondeadas y remetidas,
cuyo elemento esencial es un tipo de moldura llamada de "delantal".
Los estrechos recintos superiores fueron techados con bóveda
maya y tienen una sola crujía cuyos vanos de acceso están
rematados por magníficos dinteles tallados en madera de chicozapote;
están coronados por altas y pesadas cresterías sólidas
con una rica ornamentación en relieve, que se levantan a
partir del muro posterior.
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Figura
19. Dibujo reconstructivo de la
zona central de Tikal. |
Los
templos I, II, III, IV y V son claro ejemplo de estas impresionantes
construcciones que, por lo general, se encuentran frente a plazas
en donde se hizo palpable parte de la historia dinástica
del sitio, esculpida en los múltiples altares y las estelas.
Muchos de estos complejos escultóricos, en clara asociación
con la arquitectura, se encuentran en la Gran Plaza, delimitada
por los templos I y II y otros dos abigarrados espacios arquitectónicos
llamados la Acrópolis
Norte, con más de cien estructuras en su interior,
resultado de reconstrucciones y ensanchamientos, entre las que se
ubican ocho templos funerarios, y la Acrópolis Central. Esta
última es un conjunto de edificios seguramente con carácter
habitacional, con patios a diferentes niveles comunicados por escalinatas
y corredores (Ibid:287).
Además de éstos, hay otros conjuntos de edificios,
como los "complejos gemelos", y el de Mundo Perdido, con
una clara orientación astronómica, tradición
que estaba presente desde Uaxactún.
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