10 de octubre de 2004 Vol. 5, No. 9 ISSN: 1607 - 6079    
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La relación intantánea/retrato

La estructura elemental de la significación fotográfica esta planteada a partir de la categoría retrato vs instantánea, la negación de cada uno de esos términos permite la aseveración de cada uno de los términos opuestos, y ser actualizada, lo que produce el recorrido semiótico de la significación.

En consecuencia, resulta fundamental atribuir a cada uno de los términos de esta estructura, los rasgos distintivos deducidos a partir del análisis, tanto a nivel del plano de la expresión, como del plano del contenido.

Habíamos dicho que el plano significante de los retratos de Romualdo García, realizados, en interior , se oponían a las instantáneas de Casasola, realizadas en exterior . Así también, dijimos que una categoría topológica del nivel profundo del plano de la expresión, como aquella de englobante vs englobado, permitía encerrar míticamente a los sujetos de los retratos, a través de un decorado de fondo en trompe a l'oeil mítico y ajeno al universo de los sujetos fotografiados, quienes se sometían a la puesta en escena burguesa del gusto afrancesado de la época. Desde este punto de vista, si bien los sujetos del discurso son anónimos (rasgo distintivo de la instantánea), la puesta en escena, la pose, el decorado artificial y la dosificación de la luz caracterizan a estas imágenes como retratos.

Frente a las instantáneas descritas, veíamos también que éstas poseían ciertos rasgos distintivos, que se caracterizaban por ser contrarios a los del retrato en exterior: delito flagrante, espontaneidad; (por oposición a pose), decorado natural y luz de ambiente. En este sentido habíamos dicho que el retrato codificaba el orden de lo cultural, y que la instantánea el orden de lo natural. En consecuencia, formulamos la hipótesis de que lo cultural, enmarcado dentro de una puesta en escena, con decorado artificial, pose y dosificación de la luz, mitificaba a los personajes; mientras que lo contrario, el delito flagrante, el decorado natural y la espontaneidad de los sujetos, “realizaban” el enunciado, en el sentido en que “realidad” era interpretado como propio de lo histórico, y no de lo mítico.

De tal forma, los rasgos distintivos de cada uno de los términos de la estructura pueden operacionalizarse de la siguiente manera:

retrato

 

 

instantánea

puesta en escena

delito flagrante

interior

exterior

dosificación de la luz

luz de ambiente

pose

espontaneidad

Mítico (irreal)

histórico (o real)

Bajo esta consideración habrá que adjudicar a cada uno de los términos de la estructura, los rasgos distintivos que pertenecen a cada uno de ellos, y todas las inferencias que se hagan a partir de su manifestación concomitante (contraria o contradictoria), leerlas a partir de tales oposiciones.

Así, la categoría primitiva retrato vs instantánea, a nivel superficial del plano de la expresión, es soporte de otra oposición a nivel del plano del contenido: mito vs historia. Por el momento, detectamos una oposición espacial (categoría topológica), en un nivel más superficial: interior vs exterior. Los ejemplos inmediatos son, para el retrato, los trabajos de R. García, y para la instantánea, los de Casasola y Brehme.

Las hipótesis nos ubican en el centro de un problema fundamental en la lectura de las fotografías historiográficas: el de lo mítico o lo histórico del contenido de estos documentos, con el consecuente riesgo que se corre de hacer una falsa interpretación sociohistórica a partir de tales imágenes.

Al respecto podemos afirmar que es a partir de la puesta en ejecución del sistema de significación fotográfico de carácter historiográfico, a través del proceso semiótico que pone en funcionamiento dicho sistema (que por cierto, se visualiza a través del recorrido semiótico de nuestra estructura elemental de la significación), el que nos permite definir el significado de estas fotografías. Los rasgos distintivos de estas imágenes permiten determinar si son fotografías instantáneas o retratos —o por el contrario— no-instantáneas o no-retratos, ubicándolas en uno de los términos concomitantes de la estructura (contrarios o contradictorios), y determinando así el significado mítico o histórico; o por el contrario, no-mítico o no-histórico que tales imágenes producen a un nivel profundo.

Si teóricamente el recorrido semiótico de la significación se produce a partir de la negación de uno de los términos de la estructura (disjunción ), para luego complementarse a través de una afirmación con el término contrario (conjunción),18 los rasgos distintivos de tales imágenes nos permiten definir el significado profundo que generan las fotografías analizadas.

Por ejemplo, el hecho de que el retrato se niega —a partir de ciertos rasgos distintivos del mismo— en no-retrato, y que tal hecho se evidencia en la lectura de cierto tipo de fotografías, como por ejemplo AV.C 5, AV.C 14, HB 6, etc., puede entonces afirmarse que la existencia de no-retratos y no-instantáneas sea un tipo específico de imágenes que oscilen más que nada entre dos términos contradictorios de una estructura de significación: retrato à no-retrato, o instantánea, lo cual tiende a producir una significación híbrida y diferente a la que podría tener un retrato o una instantánea pura.

Partamos del hecho de que el pasaje de lo histórico de una instantánea (su proximidad al mundo “real”), determinada por la manifestación plástica del significante (exterior-delito flagrante), hacia lo mítico de un retrato (su proximidad a lo “irreal” del mundo no-natural determinado por la puesta en escena), nos permiten considerar ciertos elementos significantes como productores de “separaciones diferenciales” ( écarts differentiels ) que determinan el sentido profundo de las imágenes. Cabe señalar que la pura descripción “connotativa” de rasgos espacio-temporales y actoriales fotografiados, sin considerar inicialmente elementos signi­ficantes del plano de la expresión, no puede dar toda la significación que las fotografías portan y aportan.

 

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