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En el caso de El juez de los divorcios se trabaja con los viejos temas de la joven, el viejo y la malmaridada. Este leitmotiv proviene de las farsas de mayo en las cuales las mujeres solicitan la compasión del juez arguyendo los defectos de sus maridos, siempre derivados de la vejez, y que muestran humorísticamente cuáles son los defectos que hacen imposible la vida a Mariana, protagonista de la primera secuencia del entremés. Mariana ha llegado hasta el juez dando voces y llorando, solicita su autoridad para que la descase, arguyendo que en todos los reinos y las repúblicas bien ordenadas “había de ser limitado el tiempo de los matrimonios, y de tres en tres años se habían de deshacer, o confirmarse de nuevo, como cosas de arrendamiento y no que hayan de durar toda la vida, con perpetuo dolor y de entre ambas partes”. El juez le dice a continuación que le diga las razones que la mueven para pedir el divorcio.

Mariana: El invierno de mi marido y la primavera de mi edad; el quitarme el sueño, por levantarme a medianoche a calentar paños y saquillos de salvado para ponerle en la ijada; el ponerle, ahora questo ora aquella ligadura, y que ligado le vea yo a un palo por justicia; el cuidado que tengo de ponerle de noche alta cabecera de la cama, jarabes lenitivos, porque no se ahogue del pecho; y el estar obligada a sufrirle el mal olor de la boca que le güele mal a tres tiros de arcabuz.6

Como podemos ver, cuando se habla de misoginia del texto tendríamos que preguntarnos si hay tal, ya que las razones que arguye Mariana, son bastante razonables y entendemos su disgusto, así como cuando líneas más adelante y al preguntarle el juez al vejete si cuando se casó con ella no era gallardo, sano y bien acondicionado, el vejete responde: “Vej.: Ya he dicho que a veintidós años que entré en su poder, como quien entra en el de un cómitre calabrés, a remar en galeras de por fuerza y entré tan sano que podía decir y hacer como quien juega a las pintas”. Caso singular es el del Rufián viudo llamado Trampagos en el cual podemos encontrar el origen de un tipo de dramaturgia sobre la marginalidad, rica en acercamientos que rompiendo los tópicos del género, se ordenan en un mundo dotado de coherencia propia.

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