Este hecho lo resaltó en su libro, a partir del Capítulo 59, en donde hace alusión y ridiculiza al falso Quijote, y aseguró la solidez de los verdaderos Quijote y Sancho Panza. Esta segunda parte, apareció en el año 1615 con el título: “El Ingenioso Caballero don Quijote de la Mancha”. Se sabe que debido a su gran éxito, es el libro más editado mundialmente y traducido a varias lenguas. Dentro de los principales aspectos a resaltar sobre la obra del Quijote, se encuentran que, primeramente, es un libro por demás divertido, con mucho juego mental y humor, además de que puede ser leído por una diversidad de personas sin importar su preparación, profundidad o no, dado que se tocan situaciones alusivas a las cotidianidades del ser humano y nada más. Aunque en algún momento se supo que Cervantes pretendió presentar los absurdos de las novelas de caballerías, logra esto y más en cuanto a su complejidad y secuencia, así como su técnica narrativa-literaria y ofrece una descripción del panorama de España en los siglos XVI y XVII. Ser caballero, y vivir en su obra esta fantástica realidad o bien esta realidad tan fantástica, es la razón de ser del Quijote. Su obra es una lección acompañada de un ideal ético, donde la justicia en el mundo predominaba por encima de todo. Así, el Quijote es una magna síntesis literaria de la vida misma en la que convergen los ideales más nobles y los valores universales, mismos que se retoman de la realidad y de la fantasía, siendo una manifestación descriptiva, divertida y aleccionadora de las relaciones y principios humanos. El Quijote fue publicado por primera vez hace 400 años, y es considerado como el libro más importante de la lengua española, señalado por otros autores como un “clásico inmortal” y para quienes hemos tenido la oportunidad de leerlo, sabemos de la magia que tienen sus letras para cautivar al lector, para hacerlos sentir las emociones que sin dudarlo, él mismo vivió.
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