Ansiedad no es éxito

En un cierto número de estudios se encontró que los atletas de mayor éxito mantenían niveles inferiores de ansiedad inmediatamente antes y durante la competencia. A veces, los niveles más elevados de ansiedad se encontraban entre un día y una semana antes de la misma, pero a medida que ésta se dibujaba más cercana, los competidores de mayor éxito reducían los niveles de ansiedad más que los atletas de menor éxito. Hay que añadir, que la mayoría de los mejores deportistas mostraban también una mayor capacidad de enmendar los propios errores. Debemos hipotetizar que todo esto puede presentarse como resultado de un aumento en el nivel de autoconfianza, un mejor control de la ansiedad y tareas de concentración más adecuadas.

Quisiera poder afirmar que las diferencias psicológicas entre los deportistas de mayor y menor éxito fueron críticas a la hora de establecer las diferencias en el desempeño, pero el diseño de los estudios anteriores no permite llegar a dicha conclusión. Dichos trabajos eran meramente correlacionales; no pusieron a prueba una relación causa - efecto. Las diferencias aparecidas podían haber sido originadas por otras variables y circunstancias. Por ejemplo, quizás dichas diferencias psicológicas no se debían tanto al resultado de la ejecución como a las experiencias previas y al nivel de éxito.

Los mejores deportistas del equipo de Tenis de la Universidad del Estado de Memphis tenían una mayor confianza en sí mismos, tanto en el entrenamiento como en las competencias, además, tenían un número muy superior de pensamientos sobre su deporte durante la vida cotidiana y sus aspiraciones estaban más en la línea de conseguir el éxito (Meyers, Cooke, Cullen & Liles, 1979). Los seleccionados del Equipo Nacional Canadiense de Lucha fueron comparados con otros individuos no seleccionados. Los primeros obtuvieron puntuaciones más elevadas en autoconfianza, estaban más próximos a alcanzar su potencial atlético máximo, eran más capaces de bloquear sus niveles de ansiedad una hora antes y durante la competencia, y experimentaban menos autoinstrucciones negativas (Highlen & Bennett, 1979).

En un estudio que comparaba participantes y no participantes de un Torneo de Lucha Libre, los participantes eran más confiados en sí mismos, se encontraban más próximos a alcanzar su potencial atlético, utilizaban más frecuentemente la focalización atencional para prepararse ante el encuentro, y se veían menos afectados cuando resultaban vencidos (Gould, Weiss & Weinberg, 1981). Los buceadores que competían a un nivel suficientemente satisfactorio en el Campeonato Nacional de Canadá, como para seleccionarse en el Equipo de Buceadores de Canadá Pan América, tenían más confianza en sí mismos, un nivel de concentración más elevado, menor cantidad de ansiedad durante la competencia, y mayor cantidad de autoinstrucciones (Highlen & Bennett, 1983).