Revista Digital Universitaria
10 de agosto de 2005 Vol.6, No.8 ISSN: 1607 - 6079
Publicación mensual

 
     

RDU

 

 

 

 

 

Elección racional

Desde la perspectiva de la elección racional, el tema del desarrollo, visto por la economía política, trata de la forma en que los actores en los mercados realizan conductas estratégicas de elección y razonamiento para maximizar sus propios intereses que persiguen en función de incentivos, así como de los problemas de agregación mediante la teoría de la acción colectiva y de la acción democrática.

El imperio absoluto del mercado, como la única forma de gobernabilidad, congela el orden de cosas existente, descalifica y censura toda alternativa posible. La función del mercado se fundamenta en el rational choice, o principio racional, que busca la maximización de beneficios individuales por sobre la noción del bien común, lo que exacerba los derechos individuales por sobre los colectivos y afirma la tendencia al autoritarismo. La capacidad para elegir es la base de la sociedad del consumo mediante la expresión de preferencias.

Así, el ciudadano es reducido a una mera condición de consumidor. La concepción cosmopolita de un gobierno democrático concibe al ciudadano como persona dentro del Estado, pero, además, capaz de mediar entre una diversidad de tradiciones nacionales, comunidades políticas y estilos de vida “alternativos”. Es precisamente la diversidad una de las características de los tiempo actuales, y su reconocimiento es una contribución a la riqueza de las sociedades contemporáneas.

Los supuestos económicos de la elección racional y las implicaciones que fluyen lógicamente de estos supuestos sugieren que es el mercado, y no la intervención del Estado, el que asegura la provisión de los términos del contrato que son socialmente eficientes y óptimos para los compradores considerados como una clase. Los mercados son ineficientes en las relaciones de intercambio frecuentes, complejos y cuando son realizados por encargo hay presiones en el calendario y complementariedades en el proceso de producción (Jones, et al, 1997).

La teoría económica de la forma de contratos asume un tipo de conducta racional de parte de compradores, ésta es denominada como “la teoría de la utilidad esperada”, de acuerdo con la cual se espera que los compradores usen el mercado para maximizar su utilidad esperada; supuesto conductual que no parece objetable si se considera que los individuos tienen diferentes metas, pero que todos intentan satisfacer sus metas en forma tan económica como sea posible, lo que nos lleva a supuestos acerca de los supuestos de tomas de decisiones.

La teoría de la elección racional, de acuerdo a Coleman (1988), es aquélla en la cual cada actor tiene control sobre ciertos recursos e intereses en ciertos intereses y eventos. La elección racional es un enfoque individualista porque confunde el bienestar con las preferencias y con las elecciones.

Para los expresivistas, la racionalidad es una forma apropiada de expresión de actitudes y expresiones que no promueven buenos resultados. Para los teóricos de la virtud, la elección racional es la elección que una persona con ciertos rasgos del carácter, tales como el buen juicio, involucramiento emocional y otros rasgos, escogería.

 
 
   
 

 

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