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4.
Procesos. Son las grandes etapas que reflejan
las entradas y las salidas, teniendo como
salida el objetivo y a partir de la salida
determinar la entrada.
Para
definir el proceso de intervención,
se analizaron diversas metodologías
de la Gestión por Procesos (Galloway,
2002; Harrington, 2003; Harrington, 2004;
Rummler y Brache, 2003; Van, 2002; Webber,
2003); en base a ellas diseñó
los pasos, que según la experiencia
del autor de este artículo, pudieran
adaptarse en tiempo y forma a las necesidades
de las mipymes. Las mismas se ven ilustradas
en la Figura
2 , la cual hace énfasis
en las herramientas de Tecnología
de Información (TI) y su influencia
en el modelo de intervención propuesto:
Se
comparan los resultados del diagnóstico
arrojados por el Sistema Automatizado
de Diagnósticos (SAD) con los objetivos
que fija el marco estratégico de
la empresa. Se identifican los asuntos
críticos del negocio y se determina
el proceso que buscará el mapa
de la solución.
Se aplican las tarjetas Clase-Responsabilidad-Colaborador
(CRC), para detectar las dificultades
que presentan en la práctica actual
las funciones y actividades asociadas
a los procesos clave, que son objeto de
estudio.
Se
identifica y evalúa un proceso
a la vez, para ver si frenan o contribuye
al logro de los objetivos de la intervención.
Se modelan y documentan, desde la perspectiva
del ADOO, los proceso en los niveles que
se requiera, con el fin de dar a conocer
las actividades, recursos, comunicaciones,
roles y requerimientos para el cambio.
El
diseño de los procesos tiene como
objetivo establecer la documentación,
las normas y procedimientos a considerar
en su funcionamiento. Constituye una herramienta
para formar y guiar a los trabajadores
que intervienen en el desarrollo del proceso
en cuestión, constituyendo la referencia
para determinar la calidad del mismo.
Se
analizan los registros actuales y óptimos
de los procesos, para determinar los esfuerzos
que se tienen que realizar para lograr
el cambio deseado. A partir del estudio
de los registros de las transacciones
enmarcadas en el proceso, analizar el
historial del mismo con vista a definir
las regularidades principales de su funcionamiento
y la estructura del costo agregado por
el proceso.
Si
no han pasado de seis a ocho meses, se
reinicia el proceso con la evaluación
y análisis del diagnóstico
5.
Herramientas. Constituyen los instrumentos
en los cuales se apoyará el modelo
para llevar acabo los procedimientos.
Es
competencia del consultor determinar las
herramientas organizacionales y de TI
que usará en dependencia de las
singularidades de la mipyme, así
como la elección de la cartera
de talleres y simuladores para la formación
y/o capacitación, útiles
para reforzar los cambios sociales, estructurales
y tecnológicos. Aunque pueden ser
utilizadas otras herramientas, las que
se ofrecen en esta investigación
son las mínimas suficientes para
garantizar el éxito y pueden clasificarse
en: organizacionales (matriz objetivo-impacto,
matriz impacto-viabilidad, matriz de análisis
de datos, documentos y registros, matriz
de prioridades, matriz de procesos clave,
diagrama de decisión de proceso,
diagrama matricial de metas-estrategias
y diagrama de contingencia, entre otras),
Informáticas (Herramienta para
la creación de Modelos Orientados
a Objetos, para la planificación,
organización, comunicación
de información e ideas, para programar
y realizar un seguimiento de todas las
actividades para supervisar su progreso)
y de formación (Se utiliza una
cartera de cursos para la generación
de competencias y habilidades gerenciales,
con el objeto de reducir la resistencia
al cambio y para consolidar la nueva forma
de hacer y ver las cosas en la empresa.).
6.
Sistema de control o retroalimentación.
Punto de evaluación sistemática
que utiliza el modelo para el mejoramiento
de los objetivos y el ajuste de los procedimientos.
La
retroalimentación sirve como punto
de control, el modelo propuesto ofrece
dos de ellos para evaluar mensualmente
los avances y las desviaciones (Figura 2):
•
El primero es de carácter general,
se realiza entre las fases de la consultoría
y la fase de gestión del cambio,
con el objeto de verificar si las propuestas
de mejora han sido acogidas o no, determinando
si se requiere mayor reforzamiento en
el aspecto cultural.
•
El segundo se da en el modelado de la
solución propuesta y el análisis
de las propuestas de mejora, de tal
manera que se pueda garantizar que el
nuevo diseño estructural y tecnológico
está en concordancia con la estrategia
del negocio.
Se
controla el avance de cada uno de los
proyectos de mejora individualmente y
la ejecución del programa de implantación
de las soluciones en general, evaluando
si el impacto de las mejoras se acerca
al cumplimiento de los objetivos inicialmente
planteados.
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