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Cultura digital: nuevas formas de comunicar

Transformación de las revistas académicas en la cultura digital actual

José Octavio Alonso Gamboa
  • Uno
  • Dos
  • Tres

Breve introducción a la revista académica digital

En el mundo académico se acepta ampliamente que la revista ha jugado un papel relevante como medio de difusión formal de información científica, que permite el registro sistemático del conocimiento y valida la calidad de lo que se publica. Su pronunciada pervivencia de más de 350 años le confiere confiabilidad y universalidad. Inclusive en disciplinas donde otros recursos, como el libro, juegan un papel relevante, la revista ha ido posicionándose como el vehículo principal de acceso y difusión de nuevos descubrimientos.

La aparición de las primeras revistas digitales1 tuvo lugar a finales de la década de los ochenta del siglo XX, resultando totalmente novedoso en un mundo donde la comunicación científica tenía casi 300 años de comunicarse principalmente en soporte impreso. Desde la aparición de las dos primeras revistas científicas en 1665 en Europa, el mundo de la revista científica y académica no había visto un cambio tan relevante como lo fue la irrupción de las revistas digitales, lo que supuso nuevos hábitos de publicación, lectura y consulta.

El crédito a la primera revista digital derivada de una publicación académica impresa, se le concede a la estadounidense New Horizons in Adult Education, editada por la Universidad de Siracusa que apareció en 1987, mientras que se reconoce que la primera revista publicada totalmente electrónica (sin una versión impresa previa) lo fue Postmodern Culture, publicada en 1990. Estas fueron en esencia las primeras “protorevistas electrónicas” como las denomina Voutssás (2012) y tenían características comunes elementales: sólo texto plano ASCII, sin edición, sin formato, sin imágenes, ni otros multimedios; eran transmitidas (antes de la aparición de Internet) vía la incipiente red Bitnet mediante protocolos de intercambio de archivos. Posteriormente existe una etapa de consolidación con la aparición de las primeras revistas a texto completo disponibles en soporte CD-ROM y hacia 1994, surgen las primeras revistas distribuidas vía World Wide Web, utilizando el lenguaje HTML y navegadores.

Estos antecedentes nos permiten afirmar que la revista digital es un producto relativamente joven, que ha sufrido una serie de transformaciones vertiginosas en sus primeros 30 años de vida, dejando a la versión impresa en un segundo plano en lo que se refiere a innovaciones. Pero el predominio de más de 300 años de la revista científica distribuida en papel ha sido tal que continúan publicándose en dicho soporte, aunque con una tendencia a decrecer como medio de distribución y consulta.

Las primeras revistas digitales mantuvieron la organización y estructura de sus predecesoras basando su organización en fascículos, siguiendo la numeración tradicional compuesta principalmente de volúmenes y números, así como otros elementos propios de las revistas en papel: profusión de gráficos, tablas y fotografías, con muy escasos valores añadidos. Podían ser consultadas sólo a través de computadoras y el uso extensivo del PDF como dispositivo de lectura, hizo que en realidad fueran muy parecidas a las publicaciones impresas.

Las revistas digitales que surgieron de publicaciones que ya existían en papel resultaron ser más estables que aquellas que nacieron electrónicas, entre otras cosas porque heredaron la experiencia, infraestructura, reconocimiento y prestigio que las impresas ya tenían. En cambio, las nuevas revistas nacidas electrónicas tuvieron que contender con muchos retos, entre otros, la escasa experiencia en la publicación electrónica de revistas, así como la desconfianza de los usuarios ante el nuevo medio. Muchas de las primeras revistas nacidas digitales no alcanzaron más que unos cuantos años de vida; por ejemplo, en México un reciente estudio muestra que el 24% de las revistas en línea creadas en lo que va del siglo XXI, no lograron superar los cuatro años de vida en promedio (ALONSO GAMBOA y REYNA ESPINOSA: 2015).

Pasado el periodo donde el soporte digital resultó ser una novedad, la revista electrónica experimentó una evolución hacia una etapa que ha permitido tener publicaciones más consolidadas, centradas en el artículo más que en los fascículos, con periodicidad continuada, comunicación multidireccional, inclusión de multimedia y lectura en múltiples dispositivos. También se ha colocado en el gusto de los usuarios, por lo que actualmente es prácticamente imperativo que las revistas académicas estén disponibles en línea.



1 Para fines de este artículo, las revistas digitales, electrónicas o en línea, son utilizadas como sinónimo.

Principales innovaciones

Un repaso de las principales aportaciones de la revista académica digital nos permite identificar sus principales impactos, en cuatro ámbitos: lectores, autores, editores y bibliotecas.

Entre las ventajas aportadas a los lectores, sin duda la que mayor huella ha dejado fue la posibilidad de poder acceder a los textos completos en línea. Otra contribución relevante fue la simultaneidad de lectura de un mismo documento por parte de varios usuarios. Pero también se ampliaron las posibilidades de consulta con sólo disponer de un acceso permitido y conexión a Internet, sin necesidad de trasladarse a las bibliotecas. Los artículos pudieron ser descargados, compartidos y leídos fuera de línea lo que sin duda favoreció ampliamente a los usuarios y proporcionó a todas las revistas las posibilidades de ser consultadas potencialmente en cualquier lugar del mundo.

Para los autores, la consolidación de la revista digital significó en un inicio enfrentar nuevas metodologías de publicación, por ejemplo las prepublicaciones (preprints). También se vieron favorecidos por la posibilidad de que sus artículos fueran publicados en un menor tiempo, especialmente con aquellas revistas que optaron por liberar los artículos inmediatamente después de su dictaminación. La posibilidad de incorporar video, sonido y datos crudos, entre otros, enriquecieron paulatinamente la experiencia de publicar artículos en línea, con valores agregados impensables en las publicaciones impresas. Las herramientas de gestión electrónica favorecieron también un mejor seguimiento de sus artículos, brindando una nueva forma de interactuar con los editores.

Un sector que vio realmente transformados sus procesos de trabajo fue sin duda el de los editores. No sólo tuvieron que adecuar el trabajo editorial al nuevo medio, sino sumergirse totalmente en nuevos aprendizajes lo que no resultó fácil para todos. Uno de los primeros beneficios tangibles fueron los ahorros en los costos de impresión y distribución aunados a la amplitud en el acceso, lo que permitió en el caso de muchas revistas mexicanas y latinoamericanas, pasar de un conocimiento y uso local, a uno más universal. Desde luego, nuevos gastos y aprendizajes fueron enfrentados como la administración de servidores y accesos, uso de licencias, software, así como la búsqueda de personal con un perfil adecuado a la nueva forma de editar revistas. Uno de los enriquecimientos más evidentes resultó la posibilidad de usar sistemas de gestión en línea (como OJS), así como incluir elementos multimedia, hipertextualidad, nuevas formas de arbitraje, entre otras innovaciones.

Finalmente las bibliotecas, cliente principal de las revistas científicas, también vieron ampliamente impactadas sus tareas ligadas con la gestión de publicaciones periódicas para sus comunidades. En el inicio de la era digital, las bibliotecas solían tener acceso gratuito en línea siempre que se mantuviera una suscripción en papel; esta situación se ha invertido totalmente y ahora las suscripciones se dirigen preferentemente a las versiones en línea. Los usuarios de las bibliotecas al fin pudieron satisfacer su demanda por textos completos, pero los bibliotecarios enfrentaron otros retos como los nuevos modelos de gestión y evaluación de colecciones, el manejo de herramientas de análisis estadístico para conocer el uso de las revistas, la inestabilidad de los accesos, los periodos de embargo, la conservación digital, así como la suscripción en consorcio, entre otros.

Si bien las revistas digitales han marcado un antes y un después en el mundo de la revista académica, las grandes editoriales comerciales han mantenido su hegemonía en el mercado de la información científica, con incrementos significativos cada año. La puesta en línea de las revistas académicas en realidad no propició ningún cambio en el modelo de negocios, simplemente lo adaptaron al entorno digital, trasladando el modelo ya probado con las publicaciones impresas.

Evolución cuantitativa de la revista digital

La evolución en números de las publicaciones académicas digitales ha sido motivo de seguimiento y compilación por lo que ha sido posible identificar su rápido crecimiento. Una de las primeras compilaciones de revistas disponibles en formato digital, el Directory of Scholarly Electronic Journals and Academic Discussions Lists publicado por la Association of Research Libraries en el año 2000, da cuenta del crecimiento durante la década de los noventa de las revistas arbitradas electrónicas pasando de unas cuantas docenas en 1991 a cerca de 4,000 para el año 2000 (DELGADO-LÓPEZ COZAR, 2015).

A nivel mundial es posible tener una imagen de ese crecimiento mediante la consulta del directorio de revistas de la base de datos Ulrich’s2. Del total de revistas académicas registradas en dicho directorio, el 85% (156,647) se encontraban activas o vigentes, el 48% eran arbitradas, un 36% estaban disponibles en línea (incluyendo tanto revistas nacidas electrónicas como versiones en línea de publicaciones impresas) y el 21% se declaraban de acceso abierto.

Para conocer la situación de las revistas iberoamericanas, se consultaron datos del sistema de información Latindex, disponible para consulta gratuita en www.latindex.org encontrándose que del total registrado en su directorio, el 86% (21,576) se reportaban como vigentes, en una proporción bastante similar a lo arrojado a nivel mundial. La relación de revistas arbitradas resultó ser del 22% (porcentaje bastante menor al dato mundial), mientras que el 30% estaban disponibles en línea. Finalmente, del total de revistas iberoamericanas en línea, el 92% de ellas pueden ser consultadas de manera gratuita, mientras que el 15% declaran su adhesión al movimiento de acceso abierto.

Cuadro 1. Revistas académicas a nivel mundial e iberoamericano en 2017.


Fuente: Mundial (Ulrich’s web); Iberoamérica (Latindex), ambos consultados en enero de 2017

La gráfica 1 muestra el número de revistas iberoamericanas digitales creadas cada año durante un lapso de 20 años (desde 1997 hasta 2016). La curva descendente identificada a partir de 2011 no significa un declive en la creación de revistas electrónicas para Iberoamérica, sino que es reflejo de las dificultades que se enfrentan en identificar y registrar nuevas revistas en los países de la región. En total se cuantifican 7,482 revistas digitales para los países iberoamericanos, de las cuales poco más de 1,000 no informan el año de creación de la versión electrónica, sino el de la impresa, por lo que no fueron considerados en la gráfica. La línea punteada muestra la tendencia hacia el incremento de este tipo de publicaciones dentro de la región.


Fuente: Latindex, elaboración propia.

Otra manera de evidenciar el incremento de publicaciones digitales en la región es por medio del porcentaje que representan las revistas digitales respecto de las impresas; en 1997, cuando inició la identificación de las nacientes revistas electrónicas iberoamericanas, éstas representaban apenas el 2% del total de revistas existentes, mientras que para 2017 representaban casi el 33% del total.

En cuanto a las revistas por país de edición, los datos obtenidos del sistema Latindex indican que los cinco países que tienen el mayor registro de revistas digitales resultan ser Brasil (2,492), España (1,383), Argentina (841), México (836) y Chile (426), en una distribución coincidente con el número de publicaciones impresas.

Si se analiza por grandes áreas temáticas, en la gráfica 2 se advierte que el 70% de las revistas digitales corresponden a las ciencias sociales y humanidades. Que las revistas de ciencias sociales lideren la lista con 3,821 títulos no es de sorprender, ya que también son mayoría entre las publicaciones impresas. Sin embargo, llama la atención que la segunda posición corresponda a las revistas de humanidades (1,221) levemente por encima de las ciencias médicas (1,192), ya que entre las revistas impresas son las revistas de ciencias médicas las que ocupan la segunda posición.


Fuente: Latindex, elaboración propia.

2Directorio de revistas de cobertura mundial creado en 1932, al que se accede mediante suscripción.

La calidad en las revistas académicas digitales

Desde su irrupción en el mundo de la comunicación científica, las revistas digitales fueron objeto de desconfianza y recelo. Lo anterior parecía obvio, pues la revista impresa había estado presente como el medio preferido de comunicación por casi 300 años. De tal modo que uno de los retos que inmediatamente enfrentaron las publicaciones periódicas digitales fue demostrar su calidad, especialmente aquellas que nacían totalmente electrónicas.

Era claro que la calidad debía mantenerse independientemente del soporte y que los criterios de calidad tradicionales debían ser trasladados a las versiones digitales. No obstante, en el ámbito iberoamericano comenzaron a detectarse diferencias entre las versiones impresa y electrónica de una misma revista: las versiones en línea a menudo omitían cualidades ya presentes en el medio impreso y eso acrecentó la desconfianza.

Sin embargo, en el mundo desarrollado las grandes editoriales comerciales comenzaron a realizar innovaciones para potenciar el acceso, uso y distribución de los contenidos en la red y a explotar las cualidades que el nuevo medio ofrecía, agregando valores imposibles de tener en las publicaciones impresas. El resultado es que las actuales revistas digitales presentan constantes mejorías en beneficio de sus lectores y han terminado por desplazar a las impresas en cuanto a innovaciones y poder de alcance entre los usuarios de la información académica.

Los criterios de calidad en las revistas académicas ha sido un tema ampliamente trabajado por las bases de datos, como parte de sus mecanismos de selección. En Iberoamérica, las bases de datos regionales han aportado listas de características de calidad, basadas tanto en normas como en buenas prácticas.

Si bien el medio digital ha favorecido la incorporación de nuevos criterios, se mantienen varias de las normas y prácticas de las revistas impresas. La figura 1 ilustra diversos aspectos que inciden en la confección de criterios de calidad para las revistas digitales y que la mayoría de las bases de datos toman en cuenta para comprobar la calidad formal y de contenidos de una revista. Los criterios listados en este documento están basados en el trabajo realizado por la red Latindex3 para las revistas digitales, que serán publicados durante 2017.

Figura 1. Aspectos que inciden en las normas y buenas prácticas de las revistas digitales

A continuación se desglosan los principales criterios para cada uno de los aspectos de la figura 1.

Normas para las revistas. Este grupo considera los criterios que los editores deben tomar en cuenta para la presentación de las revistas y sus fascículos:

Cumplimiento de la periodicidad
Mención de los responsables editoriales
Mención de la entidad editora de la revista
ISSN
Mención de periodicidad
Definición de la revista
Afiliación de los miembros de los cuerpos editoriales
Servicios de información
Instrucciones a los autores

Normas para la estructuración de los artículos. Como su nombre lo indica, aquí están los criterios que inciden directamente en la presentación de los artículos y otros documentos:

Identificación de los autores
Afiliación de los autores
Membrete bibliográfico al inicio del artículo
Fechas de recepción y aceptación de originales
Resumen
Palabras clave
Resumen en dos idiomas
Palabras clave en dos idiomas
Elaboración de las referencias bibliográficas
Calidad científica. Contiene los criterios que tienen mayor incidencia en la calidad significativa de los contenidos:

Exigencia de originalidad
Contenido original
Sistema de arbitraje (debe detallarse el procedimiento, indicando el tipo de arbitraje y la instancia responsable de la decisión final. El arbitraje deberá ser externo)
Estos tres primeros grupos contienen criterios de normalización de revistas en vigencia desde hace más de 40 años, por lo que son considerados por prácticamente todas las bases de datos en el mundo.

Bajo “Apertura editorial” se califica (generalmente mediante porcentajes), el grado de endogeneidad o exogeneidad que las revistas observan en la conformación de sus cuerpos colegiados editoriales, así como al origen de los autores que publican en la revista:

Apertura editorial en los miembros de los órganos editoriales colegiados
Autores externos: grado de diversidad geográfica de los autores que publican en cada número
La “gestión editorial digital” considera prácticas que complementan otros criterios relativos a la gestión ya incluidos en los tres primeros grupos; son resultado de la experiencia de trabajar en el medio digital:

Generación continua de contenidos en las revistas en línea
Políticas de acceso y reúso de la información
Políticas de preservación digital
Navegación y funcionalidad en los sitios web
Acceso histórico al contenido
Cantidad de artículos publicados por año
La “integridad editorial” por su parte, refiere a prácticas que tienen que ver con la ética que deben observar editores, autores y dictaminadores en su trabajo, así como a los mecanismos que la revista tiene para detectar malas prácticas, algunas de las cuales han proliferado en el medio digital:

Detección de plagio
Adopción de códigos de ética
Finalmente, el último grupo lista las características aplicables a las revistas disponibles en línea, que buscan el aprovechamiento integral de los beneficios de la publicación electrónica:

Uso de protocolos de interoperatividad
Servicios de interactividad con los lectores (por ejemplo, canales para RSS, espacios para comentarios, foros de discusión, blogs, entre otros)
Servicios de valor agregado (incluye el uso de alguno de los siguientes: recursos multimedia, liberación rápida de artículos, indicaciones de citación de los artículos, presencia en redes sociales académicas, datos crudos y facilidades de lectura para personas con capacidades diferentes).
Uso de diferentes formatos edición (XML, HTML, PDF, para dispositivos móviles)
Buscadores
Uso de identificadores de recurso uniforme (DOI, URI, Handle)
Uso de estadísticas
La publicación de listas de criterios de calidad ha demostrado ser de gran utilidad para los editores, ya que los auxilia en mejorar la calidad de sus revistas, a transparentar sus procesos editoriales y también a postular ante diversas bases de datos. Ciertamente, cumplir con los criterios implica también nuevos aprendizajes que a menudo se traducen en más costos para las revistas. Asimismo, los editores han descubierto que los criterios son valorados de manera diferencial entre las bases de datos y adicionalmente, pueden enfrentar dificultades para adecuar ciertos criterios a las políticas emanadas de las instituciones editoras de las revistas.

3Resultado del trabajo colegiado de la red, bajo la coordinación de especialistas de los centros Latindex de Costa Rica, España y México.

Perspectivas a futuro

En los festejos por los 350 años de Philosophical Transactions, una de las dos primeras revistas científicas del mundo, se celebraron una serie de conferencias con el objetivo de delinear el futuro de la revista y la comunicación científicas (ROYAL SOCIETY, 2015). Entre las principales observaciones prospectivas se mencionaron las siguientes:

a. La revista científica debe “reinventarse” lo que significa que no seguirá existiendo como la conocemos hoy día. En su lugar, será sustituida por una plataforma web donde los propios autores depositen un avance de sus artículos y sirva al mismo tiempo para que revisores y editores interactúen en un proceso más abierto y positivo del que existe actualmente.
b. Las instituciones académicas y las sociedades profesionales deben retomar el control del proceso de comunicación científica, mismo que actualmente sigue estando en manos de las editoriales comerciales.
c. El actual modelo de negocios debe cambiar. Los expertos llamaron a considerar en serio las enormes sumas de dinero que las universidades y las agencias financiadoras pueden ahorrarse con modelos alternativos al actual, así como los beneficios obtenidos que pudieran ser no sólo financieros, sino para el sistema de comunicación científica en su conjunto. Es por todos conocido que el actual modelo de negocios ha acarreado muchas críticas especialmente por sus grandes márgenes de ganancia, pero a diferencia de otras industrias, en la publicación académica los dos insumos más importantes son prácticamente gratuitos: los artículos sometidos a publicación y el proceso de revisión por pares.
d. El proceso de revisión por pares debe adoptar nuevos enfoques. Además de promover la revisión abierta por pares, los revisores deben actuar más como mentores, con un enfoque más pedagógico que permita revertir los 15 millones de horas-hombre al año que se invierten en rechazar artículos científicos y que confirman que el actual sistema no puede ser considerado como eficiente.
e. Debe alentarse a otras opciones de publicación como los repositorios y las prepublicaciones (preprints) para que la literatura científica sea compartida de manera más abierta y amplia entre la comunidad científica mundial, alentando a su vez el uso de protocolos de interoperabilidad y estándares abiertos.
En América Latina el futuro de la revista académica digital parece estar definida por el movimiento de acceso abierto a la información (AA), siendo la región del mundo que más ha adoptado dicho movimiento (ALPERÍN y FISCHMAN, 2015). Esta aceptación se debe en gran medida por la larga tradición latinoamericana de editar revistas científicas de acceso gratuito. La gran mayoría de las revistas académicas latinoamericanas no forman parte del circuito comercial de revistas y según datos de Latindex, el 68% de ellas son publicadas en instituciones no lucrativas, principalmente universidades y sociedades académicas, mientras que menos del 8% están asociadas a una editorial comercial extranjera o alguna subsidiaria de ellas con sede en la región. Por lo anterior puede afirmarse que el modelo comercial de revistas académicas en América Latina no parece tener un lugar destacado en su futuro.

Sin embargo, es importante para la región que el acceso abierto sea respaldado de manera más firme por los gobiernos a través de acciones que le otorguen la más alta prioridad dentro de sus políticas de desarrollo científico. Estas acciones bien podrían tomar como punto de partida los principios emanados en el Seminario Internacional de Acceso Abierto para los Países en Desarrollo, celebrado en Bahía, Brasil en septiembre de 2005, donde se redactaron cuatro estrategias principales, que pueden delinear el futuro de la revista digital latinoamericana:

1) Exigir que la investigación financiada con fondos públicos esté disponible en forma abierta;
2) Considerar el costo de la publicación como parte de la investigación;
3) Fortalecer las revistas locales de acceso abierto, los repositorios y otras iniciativas pertinentes;
4) Promover la integración de la información científica de los países en desarrollo en el acervo del conocimiento mundial.
Es claro que la gran mayoría de las revistas digitales latinoamericanas dependen del financiamiento público para su desarrollo; esto ha reforzado la percepción de que el acceso al conocimiento científico debe ser visto más como un bien común, que como un producto a comprar. No obstante, en el futuro de la revista digital latinoamericana pesa como una loza la práctica de los organismos nacionales de ciencia y tecnología, así como la de algunos investigadores latinoamericanos, de otorgar mayor importancia a las revistas que se publican fuera de la región, mismas que tienen en común ser publicadas en inglés, tener altos factores de impacto (FI) y formar parte del circuito comercial de revistas, a las que se accede mediante una suscripción. Esta situación es un reto que las revistas latinoamericanas enfrentan ya desde hace muchos años.

La contradicción en los sistemas de incentivos en los países de la región está claramente identificada y demuestra el conflicto al interior de estos sistemas al promover por un lado el acceso abierto mientras que por otro lado, lo menosprecian al premiar la publicación en revistas con un alto FI, las cuales son en gran parte de acceso cerrado (ALPERÍN y FISCHMAN, 2015). Estudios recientes, como el conducido por Bongiovani y Gómez (2015) con investigadores de Argentina, Brasil y México, confirma que los investigadores latinoamericanos ven dos caras diferentes de una misma moneda: cuando son usuarios o lectores, sí les importa que las revistas sean de AA, pero cuando actúan como autores, el que una revista sea de AA no resulta tan relevante; más bien, siguen prestando mayor atención al “prestigio” de la revista y al FI. La mayoría de los investigadores encuestados en dicho estudio consideran que publicar en AA no redunda en una calificación positiva en sus evaluaciones. Según concluyen estas autoras, se ha creado una asociación en la mente de los investigadores entre el modelo de AA y las revistas locales, las cuales suelen ser percibidas como de menor calidad al ser comparadas con las revistas de la “corriente principal”.

Finalmente, se puede apreciar una tendencia hacia promover la ciencia abierta como una estrategia aún más amplia que el acceso abierto. Según Nassi-Caló (2016) la ciencia abierta es resultado de la creciente sensibilidad por parte de la academia, instituciones de investigación, sector privado, gobiernos y sociedad civil para hacer disponibles los datos experimentales provenientes de la investigación científica dotándolos de interoperabilidad con los artículos que los originaron. Esta estrategia ampliaría la capacidad de la ciencia en progresar a partir de los estudios realizados y de la autocorrección continua a partir de la disponibilidad abierta de datos.

La ciencia abierta engloba acciones relacionadas con las fuentes de datos abiertos, la educación, el software e inclusive con el llamado “gobierno abierto”, entrelazando así al mundo académico con el político (LÓPEZ, 2015). La ciencia abierta promueve el uso de metodologías abiertas de investigación, así como la revisión abierta por pares y en línea, práctica que algunas revistas en el mundo ya han implementado. También se fundamenta en el uso de hardware y software abiertos, promueve por lo tanto el uso de datos abiertos, considera la publicación de revistas en acceso abierto e incide en un mayor uso de recursos educativos abiertos, como los cursos masivos abiertos en línea (MOOC, por sus siglas en inglés).

Puesto que las revistas académicas digitales de la región están optando por el acceso abierto, es indispensable asumir ahora acciones favorables a la ciencia abierta y a todos sus componentes, como una forma de impulsar la comunicación científica a través del trabajo colaborativo y la compartición de datos.

Bibliografía

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ALPERÍN, Juan; FISCHMAN, Gustavo, et al. Hecho en Latinoamérica: acceso abierto, revistas académicas e innovaciones regionales. [en línea]. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2015. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20150722110704/HechoEnLatinoamerica.pdf. [Fecha de consulta: 19 de diciembre de 2016]. ISBN 978-987-722-067-4.

BONGIOVANI, Paola; GÓMEZ, Nancy. “Conocimientos y opiniones sobre Acceso Abierto en Argentina, Brasil y México”. Alperín, Juan; Fischman, Gustavo, et al. Hecho en Latinoamérica: acceso abierto, revistas académicas e innovaciones regionales. [en línea]. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: CLACSO, 2015. p. 43-62. ISBN 978-987-722-067-4. Disponible en: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20150722110704/HechoEnLatinoamerica.pdf [Fecha de consulta: 2 de febrero de 2017].

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José Octavio Alonso Gamboa
Maestro en bibliotecología y estudios de la información, UNAM

José Octavio Alonso Gamboa Maestro en bibliotecología y estudios de la información por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), graduado con mención honorífica.
Especialista en el desarrollo de contenidos para bases de datos bibliográficas, así como en el diseño y aplicación de criterios de calidad para la evaluación de revistas científicas.
Académico Titular de tiempo completo en el Departamento de Bibliografía Latinoamericana de la Dirección General de Bibliotecas de la UNAM.
Ha publicado artículos en revistas arbitradas y dictado ponencias en eventos nacionales e internacionales. Es compilador de los libros Revistas Científicas en América Latina y Calidad e Impacto de la Revista Iberoamericana. Fue evaluador del Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (México).
Ha jugado un papel líder en el desarrollo del sistema de información LATINDEX conformado por 22 países de Iberoamérica, del cual es coordinador general desde 2005 a la fecha. Ha colaborado en la adquisición de financiamiento de parte de organismos nacionales e internacionales, así como en la organización de talleres para editores científicos en varios países de América Latina.

Actualizado hasta marzo, 2017.


ALONSO GAMBOA, José Octavio "Transformación de las revistas académicas en la cultura digital actual ", Revista Digital Universitaria, 1 de marzo de 2017, Vol. 18, Núm. 3. Disponible en Internet: http://www.revista.unam.mx/vol.18/num3/art22/index.html ISSN: 1607-6079.

Transformación de las revistas académicas en la cultura digital actual

José Octavio Alonso Gamboa

La revista académica digital ha marcado un antes y un después en la historia de la comunicación científica y en este artículo se hace un repaso a sus orígenes, sus principales innovaciones, su evolución cuantitativa, así como aspectos relacionados con su calidad. Las innovaciones se analizan en cuatro ámbitos: lectores, autores, editores y bibliotecas. Se compara la evolución en números de las revistas digitales a nivel mundial e iberoamericano y se listan los principales criterios de calidad utilizados por las bases de datos, a partir de normas y buenas prácticas editoriales aplicables a las revistas digitales actuales. Se vislumbran también algunas perspectivas del futuro de la revista académica digital, enfocadas especialmente en la transformación del modelo de negocios actual y el papel que deben asumir las instituciones académicas. En el caso de América Latina, se hace referencia a la contradicción existente entre la plena adopción del acceso abierto, frente a la posición de los sistemas de incentivos científicos regionales al continuar premiando la publicación en revistas de alto impacto, la mayoría de acceso cerrado. Finalmente se menciona la tendencia a promover la ciencia abierta como una estrategia para impulsar la comunicación científica basada en el trabajo colaborativo y la compartición de datos.

Palabras clave: Revistas académicas digitales, innovación, calidad editorial, acceso abierto, ciencia abierta, prospectiva.