Cada
paradigma sostiene su propio sistema básico
de creencias, así como sus propios
méritos para ser considerado como tal.
Lo importante aquí es examinar y explorar
nuestras propias creencias acerca de la realidad
social, la visión de la educación,
la función de la escuela, el papel
de la investigación, de la naturaleza
del conocimiento, del papel del profesor y
entonces adoptar un paradigma que guíe
nuestro pensamiento y acciones.
Los
paradigmas tienen muchas implicaciones en
la práctica de la educación,
aquí solamente se presentaron algunas
con el propósito de dilucidar como
en el currículum, en las metas educativas
y en el profesor como investigador subyacen
determinadas creencias que es preciso conocer
y reflexionar así como estimular el
pensamiento crítico. Sin duda, esto
deja muchas preguntas e inquietudes, sobre
todo al percatarnos de que no sólo
hay un paradigma en educación que provee
una sola visión de la educación
y de la investigación ya que esta llamada
del conocimiento ha dado lugar al surgimiento
de nuevos paradigmas con visiones múltiples
de la realidad y del conocimiento.
Para
terminar quiero dejar esta pregunta para la
reflexión: ¿Has pensado alguna
vez cuál es tu paradigma, y cómo
este guía tus acciones?