10 de abril de 2004 Vol. 5, No. 3 ISSN: 1607 - 6079
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La naturaleza como objeto del conocimiento

Es claro que si el punto de partida, en este caso la mente o el entendimiento, sus facultades y operaciones difieren en ambos autores, diferirá también la constitución del objeto de conocimiento. Aquí, es importante hacer notar que los dos consideran factible que el hombre conozca la naturaleza aunque por caminos diversos. A la pregunta ¿qué conocemos cuando hablamos de conocimiento de la naturaleza? las respuestas diferirán, pero hay entre ambas interesantes coincidencias. Esto último nos remite a un trasfondo común de preocupaciones, tanto epistemológicas, sobre los alcances, límites, posibilidad, diafanidad, constitución, etc., de las facultades y operaciones de la mente, como de filosofía de la naturaleza sobre la estructura y los procesos del mundo natural.

En cuanto al conocimiento de la naturaleza, es interesante que ambos autores nos remitan a una estructura profunda de la realidad que no puede captarse de manera inmediata a través de los sentidos. Sin embargo, mientras para Descartes lo que subyace a los fenómenos es la materia como extensión en largo, ancho y profundidad con todos sus atributos entre los que sobresale el movimiento; la materia como un conjunto de estructuras básicas, sujetas a leyes inmutables que Dios no puede querer cambiar una vez decretadas, para Bacon, nuestro conocimiento del mundo parte de los fenómenos y es aproximativo pues sólo conociendo los diversos casos en que se da un fenómeno analizado, nos aproximamos a su verdadera forma o ley de acción, a su configuración y a sus procesos, todo lo cual escapa al mero examen de la sensibilidad (7).

Para Bacon el conocimiento nunca se cierra, no existe la última palabra en ningún campo, y aunque se puede aspirar a generalizaciones cada vez más amplias de ningún modo se puede pretender adquirir verdades eternas (8).

Sin embargo, a pesar de las diferencias en cuanto a qué deba considerarse como ciencia o conocimiento de la naturaleza Bacon y Descartes coinciden al proponer que, el objeto de ese conocimiento es una estructura profunda de lo real. Bacon llama forma a esa estructura, en parte siguiendo a la tradición; y Descartes, siguiendo también el uso tradicional pero tomando en cuenta el nuevo contenido de que Bacon dotó a la expresión, lo usa también. Como la coincidencia no es meramente nominal y en mi opinión muestra una conexión importante entre Descartes y el empirismo en lo que sigue la considero con mayor detalle.

Bacon
Descartes