DEFINICIÓN.
Trastorno bifásico caracterizado por
oscilaciones bruscas de una fase a otra (hipomania
o depresión), donde cada fase dura
días, con ánimo normal poco
frecuente.
ETIOLOGÍA. Algunos
investigadores han postulado que el trastorno
ciclotímico está más
relacionado con el trastorno límite
de la personalidad que con los trastornos
del estado de ánimo.
FACTORES BIOLÓGICOS.
De acuerdo con los datos genéticos
aproximadamente un 30% de los pacientes con
este trastorno presentan historia familiar
de trastorno bipolar I. La prevalencia del
trastorno ciclotímico es frecuente
en pacientes con un trastorno bipolar I. Un
tercio de los pacientes con trastorno ciclotímico
evolucionan hacia trastornos afectivos mayores,
y son particularmente sensibles a la hipomanía
inducida por los antidepresivos.
EPIDEMIOLOGÍA.
Entre un 3 y un 10% de los pacientes psiquiátricos
tratados ambulatoriamente pueden presentar
un trastorno ciclotímico. En la población
general, la prevalencia en la vida del trastorno
se ha estimado en un 1%, igual que con el
trastorno bipolar I, los pacientes pueden
tener conciencia de un problema psiquiátrico.
El trastorno psicológico coexiste con
frecuencia con el trastorno límite
de la personalidad. Se ha estimado que un
10% de pacientes ambulatorios y un 10% de
pacientes ingresados por un trastorno límite
de la personalidad presentan a la vez un trastorno
ciclotímico. La proporción hombre-mujer
en el trastorno ciclotímico en aproximadamente
3 a 2 y de un 50 a un 75% de los pacientes
han iniciado el trastorno entre los 15 y 25
años.
DIAGNÓSTICO.
Los problemas matrimoniales y la inestabilidad
en las relaciones son quejas comunes por las
que los pacientes con este trastorno son con
frecuencia promiscuos e irritables. Cuando
pasan por estados hipomaníacos o mixtos
existen casos de incremento de la productividad
y la creatividad cuando los pacientes están
hipomaníacos, pero la mayoría
de los clínicos observan que sus pacientes
se convierten en desorganizados e ineficaces
en el trabajo y en la escuela cuando atraviesan
estos periodos. Los criterios establecen la
presencia más o menos constante de
los síntomas durante 2 años
o 1 año para niños y adolescentes.
|