embargo,
que la pertenencia a un territorio no constituye una condición
suficiente para que exista la coordinación entre los actores
y la articulación de sus capacidades. Bajo esas condiciones
la mediación tiene un papel relevante para propiciar la
construcción de mecanismos de intercambio que permitan
construir el conocimiento colectivo al que se ha hecho referencia.
En
el estudio desarrollado por Merino y otros autores se establece
que las instituciones locales operan como instancias de mediación
entre los mercados, los factores demográficos, los cambios
tecnológicos y políticos y el uso de los recursos
forestales. Estos autores señalan que “[las] instituciones
se construyen sobre la base del capital social de las comunidades,
pero la operación de instituciones sólidas permite
a su vez crear una sinergia de conservación y desarrollo
de ese capital; o a la inversa, la insuficiencia o falta de adecuación
de esas instituciones puede deteriorar las relaciones y perspectivas
comunes” (Merino et al., 2000).
Los
autores citan la experiencia de dos comunidades que revelan cómo
la pertenencia a un territorio no es un factor determinante para
desarrollar la coordinación entre los actores locales.
En la comunidad El Oyamel del estado de Michoacán. “[...]
existen posiciones extremas sobre el bosque comunal, que dificultan
la construcción de acuerdos coherentes con las condiciones
sociales” (Merino et al., 2000). Por otro lado, en Santiago
Nuevo Zoquiapam, Oaxaca se señala que a “[...] pesar
de que existe en la comunidad cierta diferenciación socioeconómica
al interior del poblado de Zoquiapam y de San Matías, fundamentalmente
derivado de las remesas que los emigrantes envían a sus
familias, hasta ahora ello no ha generado un acceso diferenciado
a los recursos comunes, ni a distintas capacidades de decisión
y participación en la dirección de la comunidad”
(Merino et al., 2000).
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Especialización productiva
La
especialización productiva es otro factor que influye en
la coordinación entre los actores locales, pero también
es un espacio de intervención de las políticas públicas
para promover la innovación sustentable. A este propósito
pueden contribuir en gran medida diversos grupos locales mediante
el procesamiento y la difusión de información que,
en primer lugar, ubique las actividades económicas en que
se especializa un territorio y, en segundo término, dé
cuenta de las modalidades de intercambio (de producción,
de información, de otros recursos) que existen entre los
productores que conforman un segmento productivo.
Experiencias
como la desarrollada en el municipio de Vitoria-Gasteiz en España
muestran la importancia de los mecanismos institucionales dedicados
a la generación de información. “Un Observatorio
Municipal, preferiblemente localizado dentro del gobierno municipal,
es un prerrequisito para la instrumentación de una variedad
de políticas industriales o sociales [...] Éste
es necesario por diversas razones: consenso, el estudio de los
sistemas productivos permite a los actores locales tomar decisiones
con mayor confianza, comunicar los objetivos de las políticas
locales de manera más persuasiva e involucrar a otros actores
en la elección de estrategias apropiadas [...] dinamismo,
una evaluación de las fortalezas económicas de la
región es un prerrequisito para establecer una política
económica y social coherente y es necesaria para que el
potencial de la región pueda ser maximizado” (OECD,
1995, se agrega énfasis).
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