31 de octubre de 2003, Vol. 4, No. 6. ISSN: 1607-6079
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embargo, que la pertenencia a un territorio no constituye una condición suficiente para que exista la coordinación entre los actores y la articulación de sus capacidades. Bajo esas condiciones la mediación tiene un papel relevante para propiciar la construcción de mecanismos de intercambio que permitan construir el conocimiento colectivo al que se ha hecho referencia.

En el estudio desarrollado por Merino y otros autores se establece que las instituciones locales operan como instancias de mediación entre los mercados, los factores demográficos, los cambios tecnológicos y políticos y el uso de los recursos forestales. Estos autores señalan que “[las] instituciones se construyen sobre la base del capital social de las comunidades, pero la operación de instituciones sólidas permite a su vez crear una sinergia de conservación y desarrollo de ese capital; o a la inversa, la insuficiencia o falta de adecuación de esas instituciones puede deteriorar las relaciones y perspectivas comunes” (Merino et al., 2000).

Los autores citan la experiencia de dos comunidades que revelan cómo la pertenencia a un territorio no es un factor determinante para desarrollar la coordinación entre los actores locales. En la comunidad El Oyamel del estado de Michoacán. “[...] existen posiciones extremas sobre el bosque comunal, que dificultan la construcción de acuerdos coherentes con las condiciones sociales” (Merino et al., 2000). Por otro lado, en Santiago Nuevo Zoquiapam, Oaxaca se señala que a “[...] pesar de que existe en la comunidad cierta diferenciación socioeconómica al interior del poblado de Zoquiapam y de San Matías, fundamentalmente derivado de las remesas que los emigrantes envían a sus familias, hasta ahora ello no ha generado un acceso diferenciado a los recursos comunes, ni a distintas capacidades de decisión y participación en la dirección de la comunidad” (Merino et al., 2000).

 

Especialización productiva

La especialización productiva es otro factor que influye en la coordinación entre los actores locales, pero también es un espacio de intervención de las políticas públicas para promover la innovación sustentable. A este propósito pueden contribuir en gran medida diversos grupos locales mediante el procesamiento y la difusión de información que, en primer lugar, ubique las actividades económicas en que se especializa un territorio y, en segundo término, dé cuenta de las modalidades de intercambio (de producción, de información, de otros recursos) que existen entre los productores que conforman un segmento productivo.

Experiencias como la desarrollada en el municipio de Vitoria-Gasteiz en España muestran la importancia de los mecanismos institucionales dedicados a la generación de información. “Un Observatorio Municipal, preferiblemente localizado dentro del gobierno municipal, es un prerrequisito para la instrumentación de una variedad de políticas industriales o sociales [...] Éste es necesario por diversas razones: consenso, el estudio de los sistemas productivos permite a los actores locales tomar decisiones con mayor confianza, comunicar los objetivos de las políticas locales de manera más persuasiva e involucrar a otros actores en la elección de estrategias apropiadas [...] dinamismo, una evaluación de las fortalezas económicas de la región es un prerrequisito para establecer una política económica y social coherente y es necesaria para que el potencial de la región pueda ser maximizado” (OECD, 1995, se agrega énfasis).



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