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La
experiencia de la autora de este trabajo como docente y editora
de revistas le ha permitido constatar que una de las fallas
frecuentes en los artículos de investigación es
que no comunican con precisión y solidez la argumentación
subyacente. Las mayores debilidades encontradas en las primeras
versiones de los artículos de investigación que
se consignan, las cuales, obviamente, son devueltas para que
se hagan las modificaciones ad hoc son, entre
otras: (a) ausencia de una tesis específica, punto de
vista o aserción que se defiende ante una audiencia (lector),
(b) tendencia a sobregeneralizar, (c) poca capacidad crítica
a los referentes teóricos, los cuales son utilizados
sin cuestionamiento alguno y muchas veces sin adaptarlo al contexto
de la investigación que se realiza, (d) uso de fuentes
secundarias, “referencia a un trabajo del cual se tiene
conocimiento por medio de una referencia que hace otro autor”
(UPEL, 2003), (e) falta de relación entre las conclusiones
y los datos manejados en el cuerpo del trabajo. Es obvio que
la presencia de uno o algunos de estos aspectos debilita la
argumentación de un artículo, le resta densidad
conceptual y argumentativa (contenido convincente) al ponerse
de manifiesto que no se conocen en profundidad los respaldos
que sustentan los argumentos que se admiten, y se crea un vacío
de información (falta de precisión) en el documento
escrito.
Los
problemas confrontados por los artículos de investigación
referidos son un indicador de la poca conciencia que tienen
algunos docentes investigadores sobre la importancia de la argumentación,
un elemento de la competencia comunicativa, que se adquiere
o en forma natural, o en contacto con discursos argumentativos
o gracias a un método. Así lo intuyó Aristóteles,
el padre de la retórica como disciplina:
La
retórica es correlativa de la dialéctica, pues
ambas versan sobre cosas que, de alguna manera, son conocidas
por todos y no las delimita o incluye ninguna ciencia. Por eso
todos, en algún grado, participan de ambas, ya que todos
hasta cierto punto intentan inquirir o resistir a una razón,
defenderse y acusar. Y de ellos unos lo hacen al azar, otros
mediante el hábito que nace del ejercicio. (Retórica,
I, 1)
Sirvan
las palabras del Maestro para justificar el conocimiento que
deben tener los docentes sobre la argumentación. En tal
sentido, este trabajo de naturaleza teórica, intenta
revisar y ejemplificar el modelo argumentativo de Toulmin, uno
de los más conocidos y aplicados en varias disciplinas.
Se busca forjar conciencia sobre la importancia de la argumentación
y ofrecer insumos que permitan, especialmente a los docentes
investigadores, ser los primeros lectores críticos de
sus textos.
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