30 de junio de 2003, Vol 4, no. 2
ISSN: 1607-6079

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La prevención de las enfermedades es uno de los principios rectores de la estrategia de Atención Primaria a la Salud, que puede ser instrumentada de acuerdo a las condiciones particulares de cada comunidad.

Cada grupo poblacional tiene características propias que lo distinguen de otros. Estas también le permiten estimar la probabilidad de riesgo por alguna enfermedad. En el caso del grupo de personas de la tercera edad, de acuerdo al proceso natural de envejecimiento, se generan condicionantes que las hacen más vulnerables al ataque de alguna entidad. La enfermedad parodontal no es la excepción, porque las estructuras que conforman el parodonto van perdiendo resistencia conforme se incrementa la edad. En este grupo de edad, por lo tanto, las alteraciones que se desarrollan en los tejidos de soporte dentario, ocupan el primer lugar de morbilidad bucal y el quinto en morbilidad general.

Actualmente la atención estomatológica a esta población es prácticamente tardía. Se orienta fundamentalmente a la rehabilitación, debido a que una alta proporción de los órganos dentarios que clínicamente deberían estar presentes, incrementa considerablemente el costo del tratamiento. En muchos casos resulta económicamente inaccesible. Como consecuencia, el paciente tiene que adaptarse a su condición de edentulismo parcial o total, lo que propicia el desarrollo de otros problemas de salud generales y bucales, y la pérdida paulatina de la autoestima.

La atención que en materia de salud, por lo general, se da en cualquier estrato poblacional, se caracteriza por acciones fragmentadas, de acuerdo a la zona especifica de afectación. En muy pocos casos se desarrollan acciones integrales de salud, en las que estén involucrados conjuntamente profesionales de la salud, lo que, sin embargo, representa la duplicidad de actividades y funciones, así como un muy bajo impacto en la calidad de vida del paciente. En este sentido, la atención primaria promueve el trabajo interdisciplinario, con roles de actuación bien definidos y el trabajo en equipo como premisa fundamental. Esto ha propiciado el diseño y la aplicación de estrategias, para favorecer la implantación de modelos de coparticipación y corresponsabilidad profesional dentro del campo de la salud, en cualquier tipo de organización social.

Esta experiencia es un ejemplo de ello. No surge como un hecho fortuito, porque toma en cuenta el papel relevante de la enfermera, como un vínculo entre los servicios asistenciales y la comunidad. En este sentido ¿por qué no incorporar y capacitar al personal de enfermería, para que identifique a los ancianos que presentan un alto riesgo de desarrollar la enfermedad parodontal, o bien, para que sean detectados oportunamente los casos que requieren atención clínica?

Las bondades de este curso taller se presentaron gracias a los siguientes factores: a) La disposición y el gran interés de las participantes por involucrarse en una disciplina que les permite adentrarse en un campo de acción más amplio y necesario, para abordar el proceso salud/enfermedad de manera integral; b) La voluntad y el compromiso institucional para capacitar a los pacientes, de acuerdo a las necesidades sociales de salud bucal y a su entorno referencial actual; c) La confrontación y la concertación de intereses, disciplinas y programas académicos, y d) La estrategia didáctica empleada, que promovió una inquietud mayor y el compromiso del personal de enfermería con respecto a la estomatología.

En su desarrollo este proyecto mostró que la mayoría de los conceptos sobre salud bucal, incluidos en el temario del curso-taller, fueron novedosos para las participantes, lo que se hizo evidente por los bajos porcentajes de conocimientos del grupo de enfermeras que presentaron el examen diagnóstico inicial. Sin embargo, se incrementó sustancialmente el bagaje de conocimientos, debido probablemente al interés mostrado por las participantes y la metodología pedagógica empleada durante el proceso de enseñanza aprendizaje. En la mayoría de las sesiones se buscó la interacción de las enfermeras, no sólo desde el punto de vista teórico, sino también en la comprobación de éste al nivel práctico.

En la sesión de trabajo sobre las características anatomo-funcionales de la cavidad oral, en lo tocante al tema de la "estructura del parodonto", se dio un porcentaje menor de aprendizaje, debido, probablemente, a que este concepto lo desconocían la mayoría de las alumnas. Lo mismo sucedió cuando se revisaron los aspectos relacionados con las alteraciones parodontales. Aunque fue alto el nivel de calibración alcanzado en el diagnóstico de gingivitis y periodontitis, se debe tomar en cuenta que el único propósito fue capacitarlas para identificar los sujetos con alguna de estas enfermedades, sin la obligación de tipificar la alteración gingival o periodontal.

Asimismo, en un alto porcentaje identificaron algunas condiciones de riesgo en la detección de la enfermedad gingival y/o parodontal. Con respecto a la acumulación de placa dentobacteriana, en todos los casos fue detectada fundamentalmente con el uso de pastillas reveladoras. Esto simplificó e incrementó la efectividad del procedimiento, sin embargo, la identificación de cálculo subgingival no resultó tan eficaz, debido a que el concepto es más complejo y, por lo tanto, más difícil de llevarse a la práctica.

Finalmente, el nivel alcanzado en el desarrollo de habilidades y destrezas para el manejo de algunas técnicas de carácter educativo-preventivo, fue alto. Esto se debió a que en la mayoría de los casos esta habilidad fue reforzada. El uso de hilo seda dental fue la excepción, probablemente porque la mayoría de las participantes desconocían su modo de empleo.

Esta capacitación permitió a las enfermeras involucrarse amplia y conscientemente en acciones de prevención de la enfermedad parodontal. Además, les ofreció la posibilidad de informar y educar a los ancianos sobre la presencia de la enfermedad parodontal y la importancia de prevenir su aparición, así como la aplicación de métodos y técnicas preventivos, tales como el cepillado; el uso de hilo seda dental; el control de la dieta; el uso y mantenimiento adecuado de prótesis, y el control profesional.

Ahora tienen la posibilidad de derivar a los ancianos con padecimientos parodontales severos para su atención clínica, con lo que se simplifica la atención a este grupo de edad y se incrementa la cobertura, viéndose así mejorada su calidad de vida.


 
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