logo
  Cita PDF

Observatorio Astronómico Nacional: 131 años explorando el universo

Marco Arturo Moreno Corral y Norma Leticia Ávila Jiménez
 
 

El universo según San Pedro Mártir

El crecimiento de las ciudades de Puebla y Cholula –y por lo tanto, de la contaminación lumínica-, así como la atmósfera poco transparente de su bóveda celeste, fueron factores que influyeron en la decisión de encontrar otro lugar para instalar el OAN.

En 1966, Eugenio Mendoza y otros especialistas del IAUNAM se dieron a la tarea de encontrar este sitio, en base al análisis de cartas meteorológicas. El Parque Nacional de la Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, parecía un espacio muy prometedor, ya que las imágenes permitieron ver que cuenta con un alto porcentaje anual de noches oscuras y baja turbulencia atmosférica. Guillermo Haro accedió a la nueva construcción en la península; se iniciaba la hazaña para abrir la brecha que conduciría a las estrellas.

A mediados de 1967, año en que el Observatorio Astronómico Nacional fue denominado Instituto de Astronomía, se dinamitó la parte más alta de la montaña elegida para aplanar el terreno, espacio ubicado frente al imponente Picacho del Diablo; más adelante, se comenzaron a subir casas prefabricadas con ayuda de helicópteros o camiones. Arcadio Poveda, director del IAUNAM de 1968 a 1980, continuó impulsando este proyecto y las semillas comenzaron a dar frutos: en 1970, a 2 mil 800 metros de altura, se instalaron los telescopios de metro y medio y de 84 centímetros de diámetro en el espejo, y para 1971 el nuevo observatorio comenzó a operar. Habría que esperar 8 años más para realizar la inauguración oficial del Observatorio Astronómico Nacional, así como la del telescopio de 2.1 metros de diámetro en el espejo, que en esa época, era el más grande del mundo hispanohablante. La parte del control de mando de la consola y la electrónica, estuvieron a cargo de Elfego Ruíz y José Warman, mientras que el diseño mecánico lo realizó José de la Herrán.

El espacio del OAN, considerado a nivel mundial un sitio privilegiado para la observación astronómica –los otros tres son Hawai, el norte de Chile y las Islas Canarias frente a la costa de África- no debe desaprovecharse, por lo que urge la construcción de un telescopio con tecnología de punta, que compita con los que últimamente se han levantado en otros puntos del planeta. Por ello, investigadores del IAUNAM, en coordinación con especialistas de la Universidad de California y del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, ya trabajan en el nuevo proyecto: el telescopio Synoptic All Sky Infrared Survey (SASIR), de seis y medio metros de diámetro, que realizará un muestreo completo de la cúpula celeste durante cuatro años, en la banda electromagnética infrarroja. Llevará a cabo cinematografía cósmica, porque el cielo se grabará cuatro veces por año, lo que permitirá observar los cambios que hayan sufrido algunos cuerpos del Universo. La construcción del SASIR permitirá la formación de recursos humanos de gran nivel, que podrán ser aprovechados en las empresas de telecomunicaciones, computacionales o de sistemas de seguridad, entre otras.

La investigación y el OAN

Con apoyo del citado observatorio, se han llevado a cabo investigaciones –por especialistas nacionales y extranjeros- trascendentes para la astrofísica internacional.

Algunas de las allí realizadas están dirigidas al estudio del medio interestelar –su dinámica, química y evolución-, y al nacimiento, evolución y muerte de las estrellas, entre otros temas. Este último tópico implica el estudio de los jets o chorros interestelares de gas que producen las estrellas cuando se están formando; el estudio de las nebulosas planetarias, una de las etapas finales de estrellas como nuestro Sol, y las explosiones de supernovas, que marcan la muerte de estrellas que tienen una masa ocho veces mayor que el Sol. Cuando sucede esta explosión, una parte del material es arrojado violentamente al espacio interestelar, y otra, se contrae hasta formar, en algunos casos, un pulsar –que tienen la masa del Sol, pero dentro de un diámetro de sólo 10 kilómetros de diámetro-, que giran a gran velocidad emitiendo pulsos de radio.

Asimismo, destacan los trabajos que se han llevado a cabo sobre las galaxias, conglomerados de miles de millones de estrellas. A los astrofísicos les interesa conocer a fondo su evolución y la dinámica de los núcleos de galaxias activas, en cuyo centro se encuentran los objetos más exóticos del Universo: los agujeros negros, que tienen tal fuerza de gravedad, capaz de tragarse todo aquello que se acerca demasiado, hasta la luz.

Desarrollo tecnológico

Especialistas del IAUNAM han demostrado gran capacidad en el desarrollo de instrumentación astronómica, lo que ha sido reconocido a nivel internacional. Entre los utilizados en el OAN, está el Microchannel Electronic Position Sensor with Time Resolution o Mepsicron, un detector y contador bidimensional de fotones individuales con el que se registraron imágenes con alta resolución. Operó de 1983 a 1985 y fue el primero, a nivel mundial, en detectar imágenes y espectrogramas de diversos objetos celestes, entre estos, de galaxias con núcleos activos. Su aplicabilidad en otras áreas está básicamente en la microscopía electrónica y en la difracción de rayos X.

Otro instrumento ha sido el PUMA, un interferómetro de barrido que, colocado en el telescopio más grande del Observatorio Astronómico Nacional, el de 2.12 metros en el espejo, ha sido esencial para estudiar la velocidad de movimiento de las nebulosas y de las galaxias.

Un detector de alta sensibilidad que se monta en el citado telescopio y que desde 1994 se ha convertido en un instrumento esencial para el estudio de diversos objetos celestes, es Camila. El impacto de este instrumento pionero ha sido a nivel internacional en la detección de imágenes y espectrogramas infrarrojas, y desde 1997 su demanda observacional se incrementó. Con Camila, en 1994 se obtuvieron imágenes del segmentado cometa Shoemaker-Levy número 9, gracias a las cuales se podía calcular la energía desprendida en cada impacto.

Al igual que el OAN en su sede de Tonantzintla, el de San Pedro Mártir dentro de poco tiempo contará con un sistema de observación remota. La idea es que esta automatización sea total, esto es, que ni siquiera se cuente con un asistente de cúpula que la abra para iniciar la sesión.

Para conservar la oscuridad del cielo y evitar la contaminación lumínica, la dirección del OAN-Ensenada, ha solicitado a los gobernantes de los municipios aledaños a este observatorio que apliquen la Ley del Cielo El rector de la UNAM, José Narro Robles, el pasado 8 de julio solicitó a los diputados de Baja California este apoyo, “hacer historia”, cuando asistió como invitado a la instalación de la mesa técnica para elaborar la iniciativa de Ley de Protección del Observatorio Nacional de San Pedro Mártir. Conservar este exclusivo espacio astronómico beneficiará indudablemente, al desarrollo tecnológico en México, y por lo tanto, a la economía nacional. Además, la aprobación de esa ley será indispensable para que siga siendo el puerto de partida hacia las profundidades cósmicas.

anterior

subir

siguiente

Número actual
Biblioteca de Edición Digital
Trayectos
Ecoteca
D.R. © Coordinación de Publicaciones Digitales
Dirección General de Servicios de Cómputo Académico-UNAM
Ciudad Universitaria, México D.F.
Se autoriza la reproducción total o parcial de los artículos aquí presentados,
siempre y cuando se cite la fuente completa y su dirección electrónica