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Crisis económica, crisis energética y libre mercado
Jésica Lorena Escobar Delgadillo y Jesús Salvador Jiménez Rivera
 




 

Libre mercado: Análisis de casos, Argentina y Brasil

Sistema Eléctrico Brasileño

Antes de la privatización

En Brasil, en la década de los años cincuenta, el Estado construye la represa de Furnas para garantizar el necesario aumento de la oferta. El moderno sistema eléctrico brasileño fue dimensionado para soportar la demanda que pudiera presentarse del suministro. Incluso se acumuló combustible (agua) suficiente para cinco años de operación, sin contar el factor de las lluvias (Makovsky, 2004).

Con el tiempo, el esfuerzo y talento de varias generaciones, el sistema eléctrico se perfeccionó. Incluso, como las lluvias varían de región en región, el sistema se interconectó con las líneas de transmisión, de manera que se permitió que un operador central racionalizara el uso del agua disponible en todo el país. Un gran apagón que dejó la mitad del país a oscuras y afectó, principalmente a la región Centro Sur más desarrollada industrial y económicamente, demostró la fragilidad del sistema en su funcionamiento y el riesgo enorme que diariamente enfrentaba el país.

Marco jurídico

Con la enmienda constitucional número 9 de 1995, comienza la inserción de la iniciativa privada en el sector eléctrico del país. La decisión de desregular o privatizar el sistema energético era técnica y financieramente injustificable para muchos sectores. De hecho, la privatización fue asumida por motivos ideológicos y de posición subalterna, por la expectativa de propiciar grandes negocios para algunos grupos y por la necesidad de atraer capital para disminuir el desequilibrio en las cuentas externas brasileñas a corto plazo.

Por último, en Brasil, tanto en el ámbito estatal como en el federal, gran parte de las empresas suministradoras de energía eléctrica continúan en manos del gobierno. Sin embargo, conforme avanzan los años, se han estado realizando pasos más amplios hacia la privatización total, principalmente en la distribución y generación, a través de contratos específicos entre el gobierno y los compradores (AIUME, 1999). El gobierno brasileño ya privatizó el 85% de las empresas de distribución de energía eléctrica, pero tan sólo ha vendido una de las cinco generadoras públicas del país.

Consecuencias de la privatización

El gobierno brasileño, tras los malos resultados de la privatización eléctrica, ha tratado de explicar al público que la razón de la crisis energética estaba relacionada directamente a la falta de lluvia. Por eso se dice, que la fuerte crisis que se presenta en Brasil por la escasez de energía, se debe al mal manejo del proceso de privatización por parte del gobierno de ese país, que frenó la expansión de su economía. Un análisis del Banco de Desarrollo Estatal de Brasil (BNDES) afirma que el problema principal fue la falta de dirección y planeamiento para la privatización del sector energético del país que se quiso emprender desde 1993” (AIUME, 1999). La crisis energética causó un incremento en la inflación, porque era inevitable que el gobierno aumentara sensiblemente las tarifas eléctricas, para forzar al ahorro eléctrico de los consumidores.

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