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Vicisitudes en la relación madre-hij@

Madres e hij@s de ALDEAS SOS: propuesta de un modelo psicoemocional para mejorar sus vínculos afectivos

Norma Elena Vega González y Jorge Rogelio Pérez Espinosa
  • Uno
  • Dos
  • Tres

Introducción

Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial un sinfín de familias quedaron desintegradas. No sólo mujeres, sino incontables niños y niñas quedaron en situación de desamparo, específicamente de orfandad y abandono en el caso de los últimos. Esta situación lleva al austríaco Hermann Gmeiner a fundar, en el año de 1949, la organización denominada Aldeas Infantiles SOS, en la ciudad de Imst, Austria. Con el objetivo de restaurar la casa y familia con la que alguna vez contó esta población.

A diferencia de las instituciones de beneficencia, tanto públicas como privadas, (que ofrecían albergue temporal y que resultaban insuficientes ante el ambiente caótico de la posguerra, se buscaron formas alternativas para enfrentar la situación. Surge entonces Aldeas Infantiles SOS como una alternativa que brindó la posibilidad, no sólo de un espacio, sino de una reestructuración de modelos familiares, que tanta falta hacía en ese momento.

El modelo de Aldeas Infantiles SOS comenzó poco a poco a expandirse por países de Europa, África, Asia, y latinoamericanos, llegando a México en los años 70´s.

Según Hermann Gmeiner: "Las instituciones de ayuda a los niños desamparados funcionarán mejor cuanto más se acerquen sus estructuras a las de una familia normal y cuanto mejor reemplacen al niño la familia perdida". (MARTÍNEZ, 1994) Bajo esta premisa, Aldeas Infantiles SOS se crea tomando en cuenta la importancia de que los niños y niñas abandonados o desamparados por diversas circunstancias se puedan integrar a una nueva familia, conformada por una madre y hermanos. Este modelo familiar, a su vez inserto en una comunidad mayor, la aldea, permite también la integración en el contexto social, buscando equiparar la situación lo más posible a las condiciones de vida de las familias comunes. Por ello en Aldeas SOS, los niños y niñas asisten a las escuelas públicas que se encuentran en su comunidad. Con la preparación académica también se busca salir de la situación de marginación a la que se enfrenta este grupo vulnerable.


Kindergarden. Foto: Sakena.

Aldeas Infantiles SOS es una organización no gubernamental, internacional, sin fines de lucro, ni religiosos, que se especializa en el cuidado de niños y niñas basado en un modelo familiar. Está dirigida a infantes que se encuentren en situaciones de riesgo por haber perdido a sus padres o porque los padres no pueden hacerse cargo de ellos.

Los objetivos de esta organización consisten en crear un ambiente similar al familiar proporcionando tanto la base material como emocional que permitan su adecuado desarrollo, al brindarles una madre sustituta, hermanos y hermanas, educación y sustento.

En México, actualmente se cuenta con 7 aldeas que siguen los lineamientos organizacionales establecidos por Aldeas SOS Internacional. Los niños y niñas que ingresan provienen principalmente del filtro que realiza el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Este modelo pionero de atención y desarrollo planeado a largo plazo se basa en lo que Aldeas Infantiles SOS denomina los 4 Principios que rigen su esquema.
a) La madre. En las familias los lazos afectivos que se establecen para el adecuado desarrollo de toda persona son fundamentales. Por tradición cultural de género, es principalmente la madre quien se hace cargo de brindar los elementos para el establecimiento de estos vínculos. En Aldeas Infantiles SOS se designa una madre sustituta quien será la encargada de satisfacer las necesidades básicas tanto físicas como emocionales que cada niño y niña necesitan. Así, al establecer una relación estrecha con cada uno de ellos, se pretende que proporcione el cuidado, atención, seguridad, estabilidad y amor necesarios.
Las mujeres que desean emplearse como madres SOS pasan por un proceso de selección y capacitación. En un primer momento, las aspirantes adquieren el grado de “tías”, fungiendo como auxiliares de las madres SOS, viviendo con la familia asignada como parte de su inducción, para conocer a los integrantes, la dinámica de vida cotidiana, las funciones y labores específicas dentro de la familia y de la Aldea. Si la institución considera que son candidatas adecuadas, pasando el período de prueba determinan si realmente quieren ser madres SOS. (MARTÍNEZ, 1994) Reciben cursos de entrenamiento en psicología infantil, su labor como mamás SOS dentro de la Aldea y cuestiones referentes al cuidado de los niños como cocina, nutrición, cuidados médicos, etc.
El perfil que deben cubrir estas mujeres está pensado para los requerimientos de la institución. Asumen hacerse cargo de aproximadamente 10 niños a largo plazo y “quererlos como si fueran propios”. Personas con una actitud positiva ante la vida, con personalidades sólidas y firmes, que sirvan de ejemplo para sus futuros hijos, pues dependerá de ellas la integración de una nueva familia. (Martínez Moreno,1994) Requisitos: Tener entre 30 y 45 años. Ser responsable, libre de compromisos, sin hijos menores de edad, padres y hermanos ancianos o enfermos de los cuales tenga que cuidar. Estar física y psíquicamente sana. Con estudios de primaria concluidos. Tener el deseo de una vida distinta a la que se ha llevado para convertirse en madre de un grupo de niños. Ser soltera, divorciada o viuda.
b) Los Hermanos. Los niños y niñas son integrados en una familia SOS donde habrá otros niños y niñas de diversas edades, todos ellos fungen como hermanos. Los hermanos biológicos no son separados, se mantendrán juntos viviendo en una misma familia. Se reciben desde bebés hasta niños de 10 años, a excepción de que ingresen acompañando a hermanos pequeños.
c) La Casa. Cada familia vive en su propia casa, que cuenta con las características funcionales necesarias para vivir: recámaras, baño, comedor y sala de estar. Cada lugar tiene funciones específicas que contribuyen a que los niños y niñas adquieran un sentido del orden. (MARTÍNEZ, 1994) Es el espacio donde se espera se desarrolle un sentido de seguridad y pertenencia.
d) La Aldea. Se encuentra constituida por un grupo de casas, generalmente de 14 a 20. Cuenta con áreas verdes y juegos junto con espacios recreativos y canchas donde se puedan realizar actividades deportivas, también se cuenta con un salón de usos múltiples y un área de oficinas donde se realizan las actividades administrativas de la Aldea. Se plantea que el director de la Aldea, posea conocimientos pedagógicos que le permitan intervenir en la labor educativa de los niños apoyando a las madres sustitutas. Sin embargo, el ser básicamente un puesto administrativo, le impide tener pleno conocimiento de la dinámica de todas las familias que habitan en la Aldea, fungiendo muchas veces sólo como una autoridad cuando hay que sancionar a los niños.
El análisis presentado por Montes, en el año de 1993, quien realizó un trabajo de investigación en Aldeas SOS México, arrojó lo siguiente:
• El desempeño real de las familias, por lo general, no corresponde con el desempeño idealizado que permea en nuestra sociedad. De esta forma, la organización institucional familiar que propone Aldeas SOS pretende hacer frente a las dificultades que se presentan en el diario convivir de sus integrantes, como son problemas de comunicación, de resolución de conflictos, formas de vinculación, educación no formal repetidora de roles, abuso y maltrato infantil.
• El número de candidatas para el trabajo de madres es reducido, lo cual restringe una adecuada selección apegada al perfil que consideran idóneo para dicha actividad.
• Asignar de ocho a diez niños/as al cuidado de una madre y una tía SOS implica grandes esfuerzos para brindarles los cuidados adecuados para su desarrollo emocional y afectivo. Sin embargo, la institución se esfuerza en compensar esta limitación al brindar un programa de amplio de capacitación.
• Debido a las condiciones previas de vida de cada uno de los niños y niñas que ingresan a Aldeas SOS, la convivencia y relación vincular que se establece al interior de la familia así constituida, es particularmente difícil. La muerte, abandono o maltrato de sus padres originales, condiciona situaciones como llegar retraídos o desconfiados. Llegar a aceptar a una mujer que no conocen y llamarla "mamá" implica todo un proceso emocional a elaborar para las partes involucradas.
• Dadas las circunstancias anteriores es difícil cubrir satisfactoriamente las necesidades afectivas de cada niño/a, lo cual puede promover o acentuar conductas de rebeldía, fugas de la institución, peleas dentro de la Aldea y en las escuelas a las que asisten, bajo desempeño académico, apatía y poca participación en actividades recreativas.


Vinculación Afectiva

Como seres sociales, las personas necesitan de la relación con un otro para sobrevivir. No sólo se necesita que se cubran las necesidades fisiológicas primarias, también es necesario atender aquellas necesidades psicológicas que son la base del desarrollo emocional y de la personalidad. Un proceso importante de este desarrollo tiene que ver con la vinculación. De qué manera, la unión y liga afectiva que se forma con los primeros cuidadores es importante.

Durante el primer año de vida el infante despliega un fuerte vínculo con la figura materna, la cual no es estrictamente la madre biológica, sino la persona que tiene a su cargo la crianza del niño, con la cual él llega a apegarse (BOWLBY,1993).

El comportamiento de apego, como lo llama Bowlby (1993) es un tipo de conducta social y afectiva en la que se manifiestan conductas motrices y verbales que buscan asegurar la proximidad del infante con la madre. Entre ellas se encuentran el llanto, los gritos o cualquier movimiento que el niño realice para mantenerse cerca de la madre. A dichas pautas de conducta el autor las denomina "conducta de apego". Es también durante el primer año de vida que el niño crea gradualmente conciencia de la figura materna y al comenzar a moverse por sí mismo buscará su compañía. El rasgo esencial para considerar que se ha formado un vínculo afectivo es que los participantes tratan de mantener proximidad y si se encuentran alejados buscan restablecerla.

De esta manera, cuando el niño se encuentra en presencia de una figura importante de apego o cercano a ella se sentirá seguro, sin embargo, la posibilidad de perder a esta figura le genera angustia y su pérdida real puede llegar a sumirlo en el dolor, ambas situaciones propician la ira del niño, la cual en ocasiones se dirige de manera indiscriminada a todo cuanto le rodea.

Bowlby (1993) considera los postulados de Freud, los cuales hacen referencia a la importancia del periodo de lactancia durante la primera infancia, pues durante esta etapa se establecen los orígenes de la vida emocional. Además, la separación de un niño de su madre puede resultar traumática si sucede durante un periodo específico de vulnerabilidad, como lo son los primeros cinco o seis años de vida, sobre todo si el niño es trasladado a un lugar desconocido, causando cambios psicológicos por el dolor de la separación. Los niños que no cuenten con amor, seguridad y compañía en la infancia temprana vivirán constantemente buscando amor y afecto y, de igual manera, mostrarán tendencias a odiar a quienes no se los proporcionen o a quienes ellos sientan que no se los suministran. Se crearán así dificultades en las relaciones que establezcan con quienes les rodean, limitando su propio proceso de desarrollo emocional.


Window. Foto: marimbajlamesa.

En referencia a la conducta agresiva, Bowlby (1986) nos habla de cómo los niños agresivos actúan de esa manera debido a que, para ellos, el ataque es el mejor medio de defensa, pues cuando un niño pequeño carece de confianza sobre su capacidad para regular y controlar sus impulsos agresivos puede recurrir, de manera involuntaria, a mecanismos ineficaces que, en muchos casos, llevan a evadir o negar la existencia de los problemas, en vez de resolverlos. Sinnúmero de investigaciones realizadas coinciden en la importancia de mantener una relación estable y permanente con una madre amorosa o en su defecto con alguien que supla su lugar durante la lactancia y la niñez.

En los seres humanos, puede presentarse una alteración en la capacidad de vinculación afectiva la cual en ocasiones es derivada de un desarrollo emocional carente, producto de un medio ambiente familiar atípico, en el que muchas veces se ve involucrada la ruptura de los vínculos que unen a un niño con sus padres.

Ocurren efectos perniciosos en el desarrollo de la personalidad de un niño cuando se produce la separación de su madre, una vez que ya se había establecido una relación emocional con ella. Bowlby (1986) señala la presencia de intensa ansiedad y agitación en los niños, así como desesperación; estas observaciones se dieron en situaciones como ingresos a un hospital o guardería y, cuando sus madres regresaban, eran rechazadas por sus hijos, siendo acusadas de haberlos abandonado.


Durante el primer año de vida el infante despliega un fuerte vínculo con la figura materna, la cual no es estrictamente la madre biológica, sino la persona que tiene a su cargo la crianza del niño [...]
Experiencias vividas por los niños donde la separación de sus madres o seres queridos son más prolongadas o más frecuentes pueden generar en los niños la sensación de no ser amados, de haber sido abandonados o rechazados. (BOWLBY, 1986) El autor relata de sus observaciones niños de corta edad que, al encontrarse en presencia de personas extrañas, lejos de sus figuras parentales familiares se alteraban momentáneamente, pero además las relaciones afectivas con sus padres se veían afectadas de manera temporal pues mostraban desapego emocional (se mostraban distantes, apartaban de sus madres la mirada, los evitaban, parecían no reconocerlos) evitando toda conducta de proximidad típica de una vinculación afectiva. Este desapego por lo general causaba gran dolor a las madres y podía durar desde unos minutos hasta días.

En el caso de la separación temporal, la hostilidad infantil puede presentarse como un reproche hacia las figuras de apego por haber estado ausentes, se muestran conductas punitivas que tienen por objetivo facilitar el reencuentro con la figura de apego, así como evitar futuras separaciones, a esto Bowlby (1993) le llama ira funcional. La ira no funcional es aquella que en vez de reforzar vínculos los debilita, se presenta en niños y adolescentes que además de experimentar separaciones reiteradas sienten la amenaza del abandono. Ante pérdidas permanentes, como en el caso de un fallecimiento, surgen la ira y conductas agresivas. Al considerar los postulados teóricos anteriores, es predecible que las relaciones entre las madres SOS y sus hijos SOS se caractericen por ser complejas. Aunada a las vicisitudes de toda madre y padre para establecer vínculos afectivos que garanticen un óptimo desarrollo emocional de sus descendientes, se incorporan variables como haber sido niños/as previamente rechazados y/o abandonados. Es decir, en su mayoría, estos infantes ya habían establecido un proceso de apego con sus figuras familiares importantes; sin embargo, por alguna razón estos lazos se rompieron o se interrumpieron. Esta situación dificultará aún más el establecimiento de nuevas relaciones afectivas entre ellos y, por consiguiente, conflictos en las interacciones madre-hijo/a con el consiguiente desgaste y agotamiento emocional entre las partes involucradas.

Metodología

Objetivo general: Capacitar a un grupo de madres y tías de Aldeas Infantiles SOS Huehuetoca para mejorar los vínculos afectivos con sus hijos e hijas a través un programa Psicoemocional. Objetivo específico: Entrenar a las madres y tías en los procesos y habilidades de observar, aprender a escuchar, no criticar, reflexionar, tomar decisiones y actuar en consecuencia, en la interacción con sus hijos/as.

Tipo de estudio: El estudio es de tipo exploratorio, de orden fenomenológico, ya que en este método la perspectiva hace énfasis en las experiencias subjetiva de las personas tomando en cuenta sus ideas sus vivencias y sus sentimientos (RODRÍGUEZ, 1999).

Muestra: Es una muestra no probabilística, donde la elección de los elementos no depende de la probabilidad sino con las causas relacionadas con la investigación (HERNÁNDEZ, 2003). El grupo estuvo constituido por ocho integrantes, las cuales mitad fungían como madres y las otras como tías.

Escenario: El espacio donde se llevaron a cabo las diversas actividades fue un salón de usos múltiples de Aldeas SOS Huehuetoca.

Procedimiento: Se llevaron a cabo seis sesiones del programa de apoyo psicoemocional dirigido a las integrantes del grupo de Aldeas SOS Huehuetoca. Cada sesión tuvo una duración de 4 horas. Durante cada sesión se abordó el entrenamiento en procesos y habilidades de cada uno de los siguientes temas: observar, aprender a escuchar, no criticar, reflexionar, tomar decisiones y actuar en consecuencia, en la interacción con sus hijos/as. Se enfatizó trabajar únicamente la relación psicoemocional entre madres, tías e hijas/os, más no aspectos de índole laboral; sin embargo, cuando la gente aprende a ser reflexiva y aprende a tomar en cuenta a los demás puede expresar mejor lo que desea y ser comprendida. En cada reunión de trabajo con el grupo se llevó a cabo la recopilación de la información a través de una serie de notas que tomaba cada uno de los expositores/investigadores.

Resultados

Como parte del programa de capacitación que se les brinda a las madres y tías SOS, se encuentran una serie de cursos que versan sobre el desarrollo del niño y escuela para padres. La información les proporciona herramientas para su desempeño integral, además, en Aldeas se subraya la importancia del apoyo emocional a las madres y tías SOS. Si bien se les ha brindado la posibilidad de asistir a psicoterapia cuando así se requiere, las dificultades para desplazarse de sus hogares, dejando sin atención a sus hijos SOS, aunado a las resistencias que todo proceso de este tipo conlleva, ha llevado a la necesidad de plantear una intervención alterna.

En un sentido colateral el Dr. Jorge Rogelio Pérez Espinosa y la Psicoterapeuta Norma Elena Vega González, fundadores del Instituto de Investigación y Atención Psicoterapéutica para Mamás, A.C. (IAPSIM) han trabajado, desde 1996, con programas dirigidos hacia el mejoramiento de los vínculos afectivos entre madres/padres e hijas/os. Uno de estos programas lo constituye el taller denominado Padres y Madres Reflexivos sobre el que se realizó un diseño de adecuación para Aldeas Infantiles SOS, contribuyendo así al trabajo conjunto e interinstitucional.


Namu0054. Foto: Namu Lim.

El presente trabajo presenta la implementación de un modelo orientado a la mejora de los vínculos afectivos entre las madres SOS y sus hijos e hijas. Diseñado en forma de taller, se incluyeron temas relacionados con la educación de los hijos, sin embargo, la propuesta incluye un trabajo de carácter psicoeducativo y psicodinámico que permite, con base en la participación y requerimientos propios y específicos de cada una de las participantes, orientar la intervención hacia los aspectos inconscientes que subyacen en sus intervenciones. Se determinó llamar a este nuevo programa “Madres y Tías reflexivas de Aldeas Infantiles SOS Huehuetoca”, tomando en consideración que estuvo dirigido a la capacitación de las personas cuyo trabajo es fundamental en la institución, las madres y las tías que viven, en este caso, en la institución localizada en Huehuetoca Cada sesión se diseñó incorporando elementos surgidos de la dinámica de las sesiones de trabajo con el grupo de madres/tías, a las temáticas ya establecidas previamente en el programa. Además de que se puntualiza sobre problemas específicos que plantean las mismas madres. De esta manera se establece con ello una vinculación entre el aspecto teórico y las necesidades concretas de este grupo objetivo de población.

Las técnicas y tácticas programadas se enriquecen con la información obtenida, sesión a sesión, específicamente del grupo de madres/tías de Huehuetoca. Todo ello con miras al mejoramiento, en su relación cotidiana, del vínculo afectivo existente entre las madres/tías y sus hijos e hijas.


Reflexionar y no actuar por impulso implica establecer la demora necesaria para que nuestras funciones mentales intervengan y permitan establecer el contacto con la realidad y, con base en esta ubicación de la realidad, observar las diversas opciones para resolver un conflicto.
El programa pretendió entrenarlas en los procesos y habilidades de observar, aprender a escuchar, no criticar, reflexionar, tomar decisiones y actuar en consecuencia, en la interacción con sus hijos/as. Como se ha mencionado, se ponderó el proceso emocional que incide en las conductas propias de la madres y tías, y de los hijos e hijas.

El programa Madres y Tías reflexivas de Aldeas Infantiles SOS Huehuetoca estuvo dirigido a las mujeres que desempeñan el rol materno dentro de esta institución y que desearon participar de manera voluntaria en el proceso de reflexión. Recibieron un entrenamiento con el objetivo de aprender a escuchar, a reflexionar, a tomar decisiones en relación al vínculo que establecen con sus hijos/as SOS en particular, y con la familia en general. El aspecto fundamental de este proceso implica aprender a tomar en cuenta al otro, para saber que el otro existe; y cómo vincularse afectivamente con ese otro, que en este caso son los hijos/as. La escucha no significa simplemente oírlos ni que las madres digan “si ya sé lo que ellos quieren, los conozco desde siempre”. La escucha es un proceso que implica aprender a saber cómo sienten, qué piensan, cuáles son sus sufrimientos, sus anhelos, sus dificultades, sus fracasos y triunfos en la vida, entre otros aspectos más, y, a partir de ello aprender a ubicarlos en la realidad.

Reflexionar y no actuar por impulso implica establecer la demora necesaria para que nuestras funciones mentales intervengan y permitan establecer el contacto con la realidad y, con base en esta ubicación de la realidad, observar las diversas opciones para resolver un conflicto. De ahí que sea fundamental el desarrollo de estas habilidades. Escuchar, analizar, tomar en cuenta al otro, saber que somos personas diferentes, no vivir a través del otro, saber cómo ubicarme y ubicar al otro, respetar diferentes puntos de vista, tomar decisiones y saber que no necesariamente va a salir todo bien, manejar la frustración, entre otros aspectos, implican un arduo trabajo de entrenamiento.

Principios básicos del programa

• Observar.
• Aprender a escuchar.
• Aprender a preguntar.
• No juzgar (porque cuando se critica ya no comprende lo que le pasa a los demás).
• Saber preguntar.
• Aprender a tomar en cuenta la existencia del otro(a).
• Evaluar la forma de actuar en el presente y cuáles serían las posibles consecuencias en un futuro inmediato, a mediano y largo plazo.
• Aprender a expresarse para plantear alternativas de posibles soluciones.
• Identificar la intencionalidad de las propuestas.
• Reflexionar.
• Tomar decisiones.
• Actuar en consecuencia.
• Asumir responsabilidad.

Principios generales del programa

• No es necesario leer ningún texto por parte de las participantes porque la verdadera “información” a trabajar la constituye la misma relación con sus hijas e hijos a través de aprender a observarlos y proceder a conocerlos.
• Es un programa de mucha práctica y posterior supervisión.
• Aprender a guardar silencio, escuchar y reflexionar es esencial para que el otro(a) exista.
• Aprender a ubicar en la realidad a sus hijos/as, es decir, se les ubica respecto a las circunstancias que tienen al vivir en ALDEAS INFANTILES SOS; se busca educar sin maltratar.
• Se promueven conceptos de hermandad y cooperación entre los niños/as y adolescentes, de respeto y ayuda mutua.
• Se promueve como aspecto esencial el mejoramiento de los vínculos afectivos entre madres, tías e hijas/os de esta institución.
• Se promueve el tomar en cuenta a los demás y se ensaya el proceso de reflexión para ser transmitido a las hijas/os y adolescentes por parte de las madres y tías.
• Se promueve apoyar las soluciones de los problemas que se presentan en Aldeas Infantiles SOS y no generar competencia y rivalidad.
• Se incide en el trabajo con las madres y tías en la preparación emocional de las hijas/os y adolescentes para que éstos, al dejar ALDEAS INFANTILES SOS, tengan mayores herramientas emocionales de adaptación.
• Se promueve la diferenciación, es decir, que las madres identifiquen que cada niña/o es diferente, con historias diferentes y se les quiere de forma diferente siempre con el respeto de ambas partes.
• Se trabaja únicamente la relación psicoemocional entre madres, tías e hijas/os, más no aspectos de índole laboral; sin embargo, cuando la gente aprende a ser reflexiva y aprende a tomar en cuenta a los demás es menos impulsiva, pudiendo manejar hostilidades y puede ser asertiva al plantear sus diferencias con las autoridades correspondientes.
• El programa tiene como ejes rectores los Derechos de la Niñez, la promoción de la no violencia y la equidad de género.
• Esto no es escuela para padres, es escuela para la vida.
El programa se llevó a cabo en forma de taller, distribuido en 6 sesiones, una cada mes, con duración de 4 horas cada sesión. Se realizó en las instalaciones de Aldeas SOS Huehuetoca, Edo. de México. El grupo estuvo formado por 7 participantes.

Los temas del taller fueron los siguientes:
Sesión 1. Observar a mi hijo(a).
Sesión 2. Escuchar a mi hijo(a).
Sesión 3. Cómo preguntar a los hijos(as).
Sesión 4. No a la crítica.
Sesión 5. Qué significa ser mamá.
Sesión 6. Cómo ser asertiva con mis hijos(as).

Guardería. Foto: Universidad de Sevilla.

A lo largo del taller se pudieron identificar, tanto algunas inquietudes, como satisfacciones más frecuentes en las madres/tías de Aldeas Huehuetoca:
• Preocupación sobre si están realizando bien o no su trabajo, y si agradan a los hijos/as en su función de madres.
• Se preocupan por el bienestar de sus hijos/as, pero principalmente por cómo éstos/as han vivido sus respectivas experiencias de rechazo de sus familias de origen.
• Consideran que es difícil lograr que los niños/as puedan llegar a tenerles confianza, pero al lograrlo se sienten muy satisfechas y gratificadas emocionalmente.
• Se dan cuenta de que los niños/as son muy demandantes y que ello les implica mucho desgaste físico y emocional.
• Reconocen sus momentos de frustración, falta de paciencia y enojo ante los problemas cotidianos que no pueden resolver directamente. En ocasiones perciben falta de apoyo de la Institución.
• Identifican en los hijos/as sentimientos de bloqueo, de no saber qué hacer ante las situaciones difíciles de la vida y por ello sentir que no valen nada. Sienten temor de no poder apoyarlos y guiarlos en estas situaciones.
• Sentirse altamente gratificadas cuando han desarrollado un vínculo afectivo con sus hijos/as y éstos/as las nombran “mamá”.
A continuación, se mencionan los principales puntos que se abordaron a lo largo de las seis sesiones de trabajo de análisis y reflexión con el grupo.
• Un niño hace berrinche porque está en proceso de adaptación a la realidad.
• El berrinche es una expresión de la poca tolerancia a la frustración.
• Para los padres/madres son años difíciles porque son años de adaptación y frustración para ellos también.
• Es desesperante para los padres/madres escuchar a su hijo llorar por un berrinche. Hay que reconocer e identificar cómo y con qué intensidad nos altera este comportamiento del niño.
• Crea sentimientos de vergüenza y culpa frente a las demás personas que presencian el berrinche.
• También se experimenta impotencia porque no encuentra con que satisfacer al niño en su demanda.
• Es importante que en el niño se formen hábitos de limpieza, de orden, de escucha hacia los demás, etc. y estos ejemplos los toman de los padres/madres.
• Lo importante es ubicar al niño en el contexto o realidad de una manera continua. Enseñarle a desarrollar el juicio de realidad.
• En lugar de castigar es importante poner límites y éstos no deben ser interpretados como un rechazo del padre/madre.
• Antes de actuar preguntémonos: ¿es un niño renuente específicamente para comer o lo es en todo?, ¿el niño ha estado enfermo?
• Estas preguntas nos sirven para primero ubicarnos nosotros los adultos y luego actuar en consecuencia.
• Cuando se pone un límite o una regla debemos estar conscientes que nuestro objetivo es la educación del niño, y no el deseo de maltratarlo.
• El niño registra la fortaleza de las palabras del padre o madre y distingue si la consecuencia de no respetar los límites es para dañarlo o para ubicarlo.
• El castigo continuo es vivido por el niño como una forma de rechazo hacia su persona.
• Los padres son facilitadores, orientadores, guías de la conducta de los hijos, pero los hijos son responsables de sus propias decisiones.
• Comunicarle constantemente que se tienen que responsabilizar de lo que a él le toca.
• Ayude a que el niño encuentre una alternativa de solución ante la frustración. “A ver, cálmate. Si lloras no te entiendo y no podemos saber qué hacer…”
• Otro aspecto muy importante de los padres/madres es la congruencia que puedan tener. Si no queremos que el hijo fume, nuestro ejemplo consiste en no fumar.
• No ofrezca lo que no pueda dar, porque eso aumenta la frustración.
• Los hijos necesitan la seguridad, constancia y congruencia de los padres/madres.
• No utilice el chantaje para lograr lo que uno quiere de ellos, “si no haces lo que te digo, entonces ya no te quiero”.
• No genere sentimientos de culpa. Simplemente exprese lo que quiere.
• Al niño hay que indicarle con la palabra y con la acción la tarea que tiene que desarrollar. En lugar de decir varias veces que se lave las manos, hay que decirlo y llevarlo a ejecutar tal acción.
• Sea concreto, explique en una frase lo que desea que haga su hijo, no exprese todo un sermón o letanía. Por ejemplo: “Haz la tarea sobre Benito Juárez, porque si no la haces después vas a reprobar el año y tú nunca vas a salir bien en la escuela, entonces vas a ser un don nadie, flojo y probablemente un drogadicto que no va a servir para nada en el mundo”.
• No le aplique la ley del hielo a su hijo, porque éste se confunde y en lugar de saber cuál es el motivo de su enojo, puede crear una serie de fantasías sobre el por qué usted no lo quiere. Mejor sea claro en lo que desea del niño.
• Cuando su hijo le hable, contéstele. Cualquier persona tiene la sensación de que con la acción de no responderme el otro está negando mi existencia. Cuando suceda al revés, es decir, que el hijo no le escuche o no le responda haga lo siguiente: gire al niño (más no lo zangolotee) y exprésele lo que le está solicitando. Es cuestión de entrenamiento.
• No se desespere, tome consciencia de que sus hijos no son una prolongación de sus propios deseos, permita que se independicen, ellos tienen su propio propósito en la vida.
• Sea consciente de su forma de actuar frente a sus hijos, porque metafóricamente, los hijos se pierden ante un capitán que no sabe dirigir el barco.
• Cuando los hijos se peleen entre ellos, es función de la madre/padre recordarles que son hermanos y que como tal deben apoyarse. No actúe de réferi, a ninguno se le da la razón. Pídales que lo solucionen entre ellos o usted tomará cartas en el asunto, sin favorecer a ninguno.
• No permita que el sentimiento de culpa le impida poner límites; examine este sentimiento.
• Antes de castigar, pregunte qué pasó. Los padres/madres suponen mucho y preguntan poco. Cambie esta actitud.
• Si su hijo no le entiende no lo insulte, explíquele de varias maneras. O investigue si él no le quiere hacer caso y por qué.
• Respete al niño como la persona, diferente a usted, que es.


Conclusiones

Los resultados a destacar, sobre la evaluación del taller, son los siguientes:
1. Se promovió la comunicación y la relación afectiva entre las madres y tías de Aldeas SOS Huehuetoca, fortaleciendo la confianza y el apoyo que pudiera darse entre ellas ante las diversas situaciones que enfrentan cotidianamente al estar frente a su familia en Aldeas.
2. Se favoreció la auto observación y el reconocimiento de ser personas y mujeres valiosas, contribuyendo con ello a su autoestima.
3. Los conceptos no se manejaron en abstracto, sino que se relacionaron con las características de la población de trabajo, los niños y niñas de Aldeas SOS, y con los casos particulares de las madres participantes. Lo que permitió dar respuesta a las demandas planteadas específicamente por ellas. Esto incidió en que la preocupación y el estrés bajara, y se sintieran más confiadas en el afrontamiento de los problemas.
4. La importancia de aprender a ubicarse en la realidad y fomentar la estructura emocional, tanto de ellas como de los niños y niñas, fue reconocida por las participantes.
5. Se dieron avances en el manejo de la inteligencia emocional de las participantes pues lograron ver la importancia del aspecto emocional y psicológico en la relación o vínculo que establecen con los hijo/as. Pudieron distinguir que pueden aprender diversas herramientas para manejar los problemas, pero que es igualmente importante la forma en que establecen la relación con los niños/as: conocerlos/as, reconocer sus propias expectativas y diferenciarlas de las de ellos/as, saber comunicarse a través de la escucha y la forma de decir las cosas, detenerse a pensar o reflexionar antes de actuar.
6. Cuando alguno de los niños participaba en el taller como invitado, para que las mamás/tías pudieran poner en práctica real lo aprendido en las sesiones, se observaba la disposición de todas, el respeto del grupo ante el desempeño de sus compañeras, y lo más importante, se daban cuenta de las emociones implicadas en las interacciones.
7. Siempre mostraron interés en acudir y participar en el taller.
El vínculo afectivo que se establece entre madres (o quién desempeñe esta función de figura de apego) e hijos/as es sumamente importante pues permite sentar la base sobre la cual se irá estructurando la psique, la personalidad y la relación con las demás personas. Cuando este vínculo proporciona un apego seguro y amoroso, resulta un factor protector contra el maltrato infantil. El compromiso de Aldeas SOS permite dar otra oportunidad a los niños y niñas que han perdido a esta figura de origen, proporcionándoles una madre y una familia que les proporcione contención y afecto. La intervención que se tuvo con las mujeres que se han unido al logro de este objetivo, convirtiéndose en madres y tías SOS, deja claro la importancia del trabajo emocional que apoye su labor cotidiana. fin

Bibliografía

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PÉREZ, Espinosa, J. y Vega González, N., Madres e hij@s. Cuando los Vínculos Afectivos derivan en Maltrato, México, IAPSIM, 2016.

RODRÍGUEZ, G., Gil J y García E, Metodología de la investigación cualitativa, Málaga, Aljibe, 1999.

Sánchez, G., Conductas agresivas en niños con padres ausentes que habitan en casa hogar, Tesis de Licenciatura, Universidad Don Vasco A. C., Uruapan, 2012.


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2016 Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
Norma Elena Vega González
Coordinadora del Instituto de Investigación y Atención Psicoterapéutica para Mamás, A.C. (IAPSIM).

Norma Elena Vega González Obtuvo el grado de Licenciatura en Psicología, con mención honorífica, por la Facultad de Psicología de la UNAM. Posteriormente realizó estudios de posgrado cursando la Especialidad en Psicología Clínica y Psicoterapia de Grupo en Instituciones por la misma institución. Ha sido Secretaria Académica del Colegio de Psicología de la Universidad del Claustro de Sor Juana, A.C.; coordinadora del Programa de Licenciatura en Psicología de la Universidad del Valle de México (UVM); docente a nivel preparatoria y nivel superior en las licenciaturas de Psicología y Ciencias de la Educación por la misma institución.
En los últimos 8 años se ha especializado en la atención al maltrato infantil, tomando diversos cursos de especialización y diplomados con perspectiva de género y derechos humanos. Ha sido integrante de la RED de Referencia y Contrarreferencia para la Atención en Casos de Violencia Sexual contra Niñas, Niños, Adolescentes y Jóvenes de la Ciudad de México. Ha participado como especialista en diversos diplomados y conferencias sobre el tema. Actualmente es Coordinadora General del Instituto de Investigación y Atención Psicoterapéutica para Mamás, A.C. (IAPSIM). Cuenta con más de 18 años como psicoterapeuta individual y grupal.

Jorge Rogelio Pérez Espinosa
Profesor titular “B” de medio tiempo en la Facultad de Psicología de la UNAM.
Director del Instituto de Investigación y Atención Psicoterapéutica para Mamás, A.C. (IAPSIM).


Jorge Rogelio Pérez Espinosa Obtuvo el grado de Licenciatura en Biología por la Facultad de Ciencias de la UNAM. Posteriormente realizó estudios de maestría y doctorado en Psicología por la Facultad de Psicología de la UNAM. Además, cuenta con estudios de Psicoterapia Psicoanalítica Individual por el Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPICS), y de Psicoterapia Grupal por la misma institución.

Ha sido profesor de licenciatura, especialidad y maestría por 30 años en la Facultad de Psicología de la UNAM. Ha fungido como sinodal y asesor de diversas tesis. Ha participado como especialista en diversos diplomados, conferencias y congresos nacionales e internacionales, así como en programas de radio. Actualmente es profesor titular “B” de medio tiempo en la misma institución; y Director fundador del Instituto de Investigación y Atención Psicoterapéutica para Mamás, A.C. (IAPSIM). Tiene más de 25 años en la práctica psicoterapéutica privada.

Actualizado hasta septiembre, 2016.


VEGA GONZÁLEZ, Norma Elena y Jorge Rogelio Pérez Espinosa "Madres e hij@s de ALDEAS SOS: propuesta de un modelo psicoemocional para mejorar sus vínculos afectivos ", Revista Digital Universitaria, 1 de septiembre de 2016, Vol. 17, Núm. 9. Disponible en Internet: <http://www.revista.unam.mx/vol.17/num9/art66/index.html> ISSN: 1607-6079.

Madres e hij@s de ALDEAS SOS: propuesta de un modelo psicoemocional para mejorar sus vínculos afectivos

Norma Elena Vega González y Jorge Rogelio Pérez Espinosa

La relación vincular entre la principal figura de relación (generalmente la madre) y el hijo/a es de suma importancia. Entre las principales funciones del maternaje y paternaje se encuentran, entre las más conocidas, la educación y la socialización. Sin embargo, el desarrollo emocional que implican la contención, la estructuración de la psique y de la personalidad, la regulación de emociones, entre otras, son menos distinguibles, pero no por ello menos importantes. El actual trabajo exhibe el diseño de un modelo de intervención, el cual, a través de temas específicos, enseña a las madres el manejo básico de estos aspectos. Ello con miras a mejorar los vínculos afectivos que establecen con sus hijos/as, aspecto trascendental para la prevención del maltrato infantil. La población objetivo estuvo constituida por madres y tías SOS pertenecientes a la institución de Aldeas Infantiles SOS Huehuetoca.

Palabras clave: vínculo afectivo, maltrato infantil, tomar en cuenta al otro, ubicar en la realidad, proceso reflexivo..